miércoles, 3 de noviembre de 2010

Montán y sus alrededores

Y llegó el mes de agosto y con ello el desplazamiento definitivo de la familia entera para pasar el verano en el pueblo: Montán. Pequeña población del interior de Castellón de unos 400 habitantes regularmente, pero que llega a los 2000 en verano. Yo estoy dentro de esos 2000.




Este año la familia tenía un miembro más, la Pequeña Estrella Blanca, con la que recorrí algunas carreteras de los alrededores de la población. Han sido rutas cortas, de exploración, de búsqueda. Casi siempre con el punto de mira en poblaciones de la vecina Teruel. Por eso mismo por ser cortas, las voy a reunir todas en esta única entrada, dejando a parte la salida en grupo con los Moteros de Montán, de los que hablaré más tarde y la visita a Montalbán a visitar al compañero Vitocorleone de Espíritu Custom.


Escapada nº 1 Segorbe: Apenas 30 kilómetros de los cuales 17 son por sinuosas carreteras hasta llegar a la A23 por donde trascurren los otros 13. Ni qué decir tiene que los 17 kms sinuosos son lo mejor.




El primer tramo consta de 12 kms desde Montán a Caudiel con el alto de Arenillas de 1000 ms. justo en el medio. 6 kms de subida y otros 6 de bajada. Ojo que en el primer tramo hay una zona bastante peligrosa, pero está muy señalizada. No la subestiméis, pues es realmente peligrosa y no lo parece. Desde Caudiel hasta la autovía otros 5 kms también divertidos. Una vez en la autovía, pues eso, gas hasta el destino.
He perdido la cuenta de las veces que he hecho esta ruta. Visita a ARC, para mirar chaleco. Para comprarlo. Para preguntar si ponían el nick en la espalda. Para ponérselo.




Para buscar pantalones. Para encargarlos. Para recogerlos...
Y diréis. ¿Y no podrías haberlo hecho todo en dos viajes? Pues no. Así tenía excusa para escaparme de vez en cuando. Si hasta un día bajé a comprar café...
- ¿30 kms para comprar café? Si en casa Miguel Ángel  hay café... (El Corte Inglés del pueblo)
- Sí, pero es que me gusta el de Hacendado.
Jijiji. La policía no es tonta, pero consiente. Si es que tengo una santa, con una paciencia...


Escapada nº 2 Mas de los Pastores: 27 kms francamente recomendables.




Como veis el destino no está marcado en el mapa. Es que no está. La explicación. Mi cuñado había oído hablar de unos pajares perdidos por la montaña que algún constructor iluminado había decidido convertir en una especie de pequeña urbanización tipo turismo rural. Apartamentos y casas rurales, (rehabilitando los antiguos pajares y rediles), pensados para esquiadores, dada la proximidad de las pistas de Valdelinares. Pasó él con el coche y como había un Hotel pensó en hacer una escapada con los niños a comer y verlo. Buscamos en Internet y el Hotel tenía teléfono, pero nadie lo cogía. "No os preocupéis, mañana cojo la moto y me informo de todo y reservo mesa y esas cosas". Anda que con el coche me hubiese ofrecido, jejeje.
Pues al día siguiente, rumbo a Mas de los Pastores. Se puede apreciar en el perfil de la carretera la sinuosidad de esta. Sobre todo una vez te desvías nada más pasar el embalse de Arenós, precioso cuando lleva agua como en este verano. Pero espeluznante cuando esta seco o con poca agua, pues aparece el campanario del antiguo pueblo de Campos de Arenoso, que fue sacrificado por la construcción del embalse. Con el coche había pasado muchas veces por ese desvío, por el que se puede ir a Barracas, pero nunca lo había usado. Una vez nos desviamos allí ir con tiento, pues llega una bifurcación. Hacia la izquierda marca Los Calpes, Barracas, Fuente la Reina y a la derecha simplemente Barracas. Pues es la de la derecha. Si vais por abajo no lo veréis. Tambíen está bien la carretera, pero la de arriba, es genial, con 3 curvas de 180 grados impresionantes. Se nota que he disfrutado ¿verdad?
Carreteras olvidadas, perdidas entre pinos, ascensos y descensos contínuos y curvas, muchas curvas. Pensadas para pasear. Para disfrutarlas. Y el firme, en contra de lo que pensaba, en muy buen estado. De pronto cuando vas ensimismado ante tanta tranquilidad, en una curva surgen las almenas de un castillo muy bien conservado. La sorpresa es tremenda, soy apasionado de los castillos y desconocía la presencia de semejante construcción que desde lejos parecía en perfecto estado.






Falsa alarma. Cuando llegas al desvío que da acceso a la edificación aparece el cartel: Mas de los Caballeros. Es una construcción moderna de cemento y pintado, aprovechando una antigua masía. Da el pego, pero nada más.
Y unas cuantas curvas más adelante, aparece Más de los Pastores. Han recreado una especie de pueblo rural, muy pequeño, con casas de piedra, un par de calles, una piscina, muerta de risa, pues ahí arriba hace un frío del carajo incluso en agosto, una plaza y un Hotel. Es curioso ver como en medio de esta reconstrucción un vecino rebelde no quiso vender y está su pajar en ruinas, en medio de toda la rehabilitación. Me imagino al hombre, cubierto con boina y garrote en las manos y un liadillo en la comisura de los labios, erre que erre "que no vendo porque no me sale los cohone..." Olé por el propietario que se mantuvo firme ante los constructores que seguro compraron por 4 perras el resto del complejo.








Yo juraría que hice más fotos, pero no las encuentro. Estaban la piscina, la plaza y el pajar rebelde muy cerca de la plaza. En fin si las encuentro las pondré. Esta última es la entrada principal y a la derecha hay una gran explanada de césped rodeando la piscina. Detrás de la casa grande se encuentra la plaza y el Hotel. El complejo está vallado pero se puede entrar a visitarlo, pidiendo permiso a los porteros, que viven en la primera casa de la izquierda, nada más atravesar esta puerta. Son muy amables. Es una familia del este que me indicaron que el Hotel llevaba cerrado ya 3 años y que estaba en venta. La verdad es que había muy pocos vecinos y la mayor parte de las casas del complejo, en venta o alquiler y ademñas carísimas ambas cosas. Me da a mí que alguno se coló invirtiendo, jejeje.
Cuando vi la zona y el complejo se me ocurrió que es un lugar ideal para hacer una kdd motera o concentración. El sitio es perfecto. Pero me dijeron que ni hablar. Una lástima porque como enclave es privilegiado.
Olvidé mencionar que antes de llegar, me entró la reserva. Tenía dos opciones. Continuar hasta Barracas (10 kms) o volver a Montanejos (22 kms). En esos momentos no sabía cuántos kms podía hacer con mi reserva, así es que opté por acercarme a Barracas y volver por donde había venido de vuelta a Montán.
En breve volvería por allí, pero eso sí, esta vez con la chupa, que había venido con el chaleco y pasé un pelín de frío.


Escapada nº 3 Barracas, Pina de Montalgrao, Mas de los Pastores: 35kms aproximadamente.






Descartado el comer en el hotel de Mas de los Pastores, nos planteamos otras opciones. Pili y yo nos iríamos con la moto a Barracas a comprar cecina y otras cosillas de carnicería. Mientras el resto iría en coche al alto de Pina para que los niños vieran el panorama. Desde el alto de Pina hay unas vistas impresionantes. No obstante se encuentra allí el observatorio forestal del seprona. Quedamos en el pueblo de Pina de Montalgrao cuando terminemos unos y otros.
Nosotros salimos antes con la moto. Pili disfrutó de lo lindo. Le encantan las carreteras cerradas o enmarcadas por árboles. La llevé por la ruta de Mas de los Pastores, aunque no paramos para poder verlo después con toda la tropa. Paseo tranquilo y sin prisas. Disfrutando del paisaje. Creo que pasé hasta 3 veces por esta carretera y si no recuerdo mal me crucé con dos coches en las 3 veces. llegamos con tiempo de sobra a Barracas. Buscamos carnicería y la mejor situada, estaba en la misma carretera. Allí mismo había un barecillo, así es que como teníamos tiempo decidimos refrescarnos. Entre a por una cervecilla para ella y una cocacola para mí, por aquello del conducir, pero salí del bar con dos jarritas de cerveza helada. No lo pude evitar. Al entrar al bar la camarera estaba sirviendo unas cervezas en jarras recien sacadas del congelador y la tentación era demasiada... Jajaja. ¡Cómo estaba la cervecita! Se nos pasó el tiempo volando y cuando nos dimos cuenta recibimos la llamada de móvil que nos indicaba que estaban bajando ya del alto de Pina al pueblo. Ni habíamos comprado, pero daba igual. Había más días que longanizas y así otra excusa más para sacar la moto a pasear y volver a hacer la ruta.
Llegamos al pueblo antes que la tropa y paramos en la plaza en un bar. Están de fiestas y andan montando escenarios y barreras para los toros. Atravieso la plaza como puedo. La moto causa sensación entre los lugareños. Es que es bonica la jodía. Llega la tropa, tomamos algo fresco y hacia Mas de los Pastores. Vemos el complejo y se hace la hora de comer. Ya teníamos pensado comer en Albentosa en el restaurante Los Maños: Hay que ver como ha cambiado este restaurante, a mejor. Ya se comía bien cuando era un bar de carretera, pero ahora, con salón comedor ya se come de lujo.
Y poco más. Tras una buena comida tocaba volver a casa. Esta vez el regreso lo hicimos por la carretera de abajo, por Villanueva de Viver, Fuente la reina y Los Calpes. También muy entretenida aunque menos que la de arriba y con mucho más tráfico. Realmente la de arriba se usa para acceder a las tres masías que hay o por que te has perdido. ¿Si no de qué?


Escapada nº 4 Mora de Rubielos: Unos 60 kms aproximadamente.




Escapada tradicional. Todos los años subimos a Mora o a Rubielos un par de veces. A Mora a las tiendas de Outlet y a la Adidas y a Rubielos al fin de semana Medieval. Este año no iba a ser menos. Pero esta vez subiríamos en moto. Tenía unas ganas enormes de subir, pues ya había pasado por allí en la Primera salida en solitario y la ruta, realmente vale la pena. Lo más rápido y cómodo es salir a Jérica a la Autovía Mudéjar y salir en la salida de Mora de Rubielos, sobre todo si llevas niños y son propensos al mareo. Pero hacer eso yendo en moto "es más feo que pegarle a un padre con un calcetín sudao". Por el interior son todo curvas, curvas y más curvas. El tramo del pantano delicioso. Se impone una paradita allí para admirarlo y de paso conocer la historia del pueblo que sucumbió a la creación de la presa. Se te encoge el corazón cuando lees como ha desaparecido un fragmento de la historia de la comarca. Sus costumbres, su gastronomía, sus campos, tan parecida era la vida en ese pueblo a la de Montán o Montanejos o la Puebla de Arenoso... Y lo borraron del mapa de un plumazo.
En fin, seguimos. Tras pasar la Puebla de Arenoso, y siempre con curvas, pasas por pequeñas aldeas semiabandonadas y ruinosas. Y digo semi porque entre tanta casa ruinosa se aprecian signos de vida en una casa encalada que destaca sobre las demás, o en un vehículo aparcado al lado de la carretera bajo una techumbre de reciente creación. (Lástima, mi puñetera manía de no coger la cámara de fotos. Voy a hacer propósito de enmienda aprovechando estas crónicas). Las aldeas tienen nombres tan pintorescos como Los Cantos, Los Lucas o Los Ibáñez.
Al llegar a Olba giras a derechas y enfilas hacia Fuentes de Rubielos. No hace mucho tiempo a partir de aquí no había más que pistas sin asfaltar hasta llegar al cruce que te lleva a la A-232 en dirección a Rubielos de Mora. Es de recibo parar en esta población y ver su casco antiguo, donde parece haberse detenido el tiempo. Marco incomparable del fin de semana medieval. Si de normal ya es impresionante el conjunto, durante ese fin de semana, gracias a la magnífica ambientación, pareces haber sido teletrasportado en el tiempo a épocas mágicas y oscuras. El Medievo en todo su esplendor.
Salimos de Rubielos y entre secaderos de jamones nos dirijimos hacia Mora de Rubielos, la hermana mayor. No menos recomendable su visita, por sus monumentos de estilo gótico, mención especial al castillo. Y comer, come donde te de la gana, lo harás de lujo.
Y poco más. Visitamos las tienas outlet y la Adidas, para equipar a los niños de cara al inicio del curso y de vuelta a casa por el mismo camino. Bueno, con una pequeña variante.
Al llegar a Montanejos vimos que era pronto aún y decidimos hacer una visita al Rincón de la Araña, el restaurante de Amadeo en Arañuel. Todo un personaje en Montán y en Arañuel. Junto a su gran amigo el Rul, tuvieron una ganadería llamada "Los bravos ganaderos de reses mansas". Es que son auténticos. Los viajes iniciáticos con ellos por las poblaciones de Teruel en busca de viandas para las fiestas de septiembre fueron antológicas, pero desgraciadamente no tienen cabida aquí, jejeje. Llegamos al restaurante con idea de tomar un tentempié antes de regresar a casa. Poco ambiente en el bar. Los parroquianos habituales, entre ellos, como no, el Rul y el Molinero. Y en la barra, Enrique, el "culumbiano", el hombre feliz y hermano de Amadeo. Sorpresa al vernos aparecer vestidos de moteros y si no lo freno, aún está poniendo quintos. Un platito de fiambres de la casa, hechos por ellos mismos, de lujo, remojados por los quintos de Enrique. Salió Amadeo con su mostacho a saludar, pero pronto se retiró, pues se acercaba la hora de las comidas y se encarga de las cocinas. Un digno final para una estupenda mañana de escapada motera, solo empañada por un pequeño percance sin importancia.
Nos disponíamos a salir hacia Montán. No sé qué andaba buscando yo en la alforja cuando pasa un coche y me tengo que enderezar y apegar a la moto de espaldas para que pase. La moto había estado al sol, y al apoyar la mano en el depósito me pego un quemazo del 7... ¿O no?. No. En ese momento vi salir volando del depósito la puñetera avispa que me acaba de picar en el dedo anular de mi mano derecha. El dedo empezó a engordar y rápidamente entré al bar en busca de remedio. Alcohol y hielo, que mejoraron mucho la hinchazón. Menos mal, pues tengo una especie de alergia a esos bichos y me suelo hinchar como un globo en la zona afectada. Nada grave, pero sí molesto.
Y ahora sí, solucionado el picotazo, pusimos rumbo a casa.

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