viernes, 29 de octubre de 2010

La matinal de Torrent

Esta matinal si prometía algo más. 18 de julio IV Matinal de Torrent organizada por el Grup Custom La Rabosa. Había mucha gente apuntada para acudir a la Pink Panther. Malo, malo. Cuanta más gente más parado soy. Pero bueno, había que tirar para adelante.  La salida la organizaban los Dracs de la Llum, que parece que son los que mueven el subforo de la Comunidad Valenciana y además tienen conocidos en La Rabosa, el club que organizaba la matinal.

Los fines de semana ya empezábamos a irnos toda la familia al pueblo, Montán, del que leeréis bastante por este blog, pues además de ser mi lugar de veraneo, tiene unos alrededores para disfrutar de la moto, como pocos. Supongo que los que sean de esta zona conocerán Montanejos, pues es ruta obligada de curvas los domingos, bien desde Onda o bien desde Sagunto.

Total que ese fin de semana subimos al pueblo, pero yo ya tenía la idea de bajarme a la matinal el domingo y volverme a subir a comer. En el pueblo tocaba presentar a la Pequeña Estrella Blanca en sociedad. Desde hace unos 3 años se ha montado un grupillo motero y me animan a que me una. Yo, con tal de salir, me apunto a un bombardeo. Pero de este peculiar grupo hablaré más adelante.

LLegó el domingo y me levanté prontito, pues hay una hora de viaje hasta Valencia. A las 7:00 ya estaba de pie, cogí la equipación reglamentaria, chupa, casco y guantes y me puse en camino. Para variar se me hizo tarde. Me está costando adaptarme a los tiempos con la moto. Sigo demasiado acostumbrado a los tiempos del coche y en la moto siempre tardo más, pues por esos días mi velocidad media de crucero era 120. Muy rara vez pasaba a los 130. Resultado: Como la primera vez, llego tarde. Esta vez sin percances raros, pero tarde. Justo cuando entro en la rotonda, veo que el dragón se pone en marcha. Cuando llego al sitio, solo quedan por salir una chica con una 125 y Chiwy, que como siempre cierra la marcha. Paro a su lado, se gira, me mira sin saber quien soy ni qué pinto allí y me presento, Artus, de Espíritu Custom.  "Ah", contesta él. "Pues ya nos íbamos sin ti". A decir verdad, me dio la sensación que ni sabía que venía y lo dijo para quedar bien, jejeje. Pero bueno arranqué delante de él y alcancé la cola del dragón, donde estaba, ¡Vaya sorpresa! Bicipalo en persona. "Crei que no venías", le grité. "Artuss", contestó él. "Y no voy, solo he venido a veros". Y así fue, una vez en la margen del río, se salió por el carril derecho despidiéndose de todos. Una lástima, pero ya habría otras veces para coincidir.

El resto seguimos ruta hacia Torrent, con Corso a la cabeza y Chiwy cerrando el grupo junto a la chica de la 125, a la que no conocía, pero que veía bastante insegura en la moto. Tanto es así que sin ir demasiado deprisa, a unos 100km/h se quedaron atrás casi sin que me diera cuenta. Estaba yo demasiado pendiente de no perder a los que llevaba por delante. Iríamos unas 15 motos. Era mi primera rutilla en grupo. Pero fue muy corta. Casi sin despeinarnos habíamos llegado a Torrent y nos detuvimos a la entrada a esperar a los de Murcia, que aunque estaban en Valencia, se les habían pegado las sábanas. Era el momento delicado. Aparcamos las motos y como yo había llegado tarde me tocó saludar, pero como siempre, dado mi carácter paradillo, sólo saludé a los que ya conocía, es decir a Mathius y al Indio y un saludo frío y general al resto. No recuerdo si saludé a alguien más.

Aparte de Corso y Chiwy, que tardó en llegar con la otra chica, no reconocí a nadie, por los nicks que oía. Al parecer no frecuentaban mucho el foro de Espíritu Custom, pero tenían relación con los Dracs de la Llum. Al rato llegaron los de Murcia, Torres, Xoxe y otra pareja, Paco Arroniz y señora, creo. En fin que arrancamos y continuamos hasta el lugar de la concentración. Aparcamos juntos y nos recibieron con una mistela o un aguardiente. No estaba mal para empezar, yo que no acostumbro a desayunar lo primero que me metí en el cuerpo fue un chupito de aguardiente. Había bastante ambiente. Hacía bastante calor y yo había dejado la chupa en la moto. Para variar era el único que la llevaba. Chiwy iba hasta en bermudas y chancletas. Tampoco era eso, pero bueno.

Fuimos a sacar los tickets para el almuerzo y nos sentamos juntos a almorzar. Nuevamente en una zona techada con muchas mesas largas y sillas. Me senté cerca del Indio, pues era al único que conocía, por lo menos de La Pobla. Mathius se había sentado con lo que entendí como la cúpula del grupo, Corso y Chiwy, que asistían como de anfitriones de los de Murcia. Cerca nuestro estaban Pájaro, Dany y Fratres y a mi lado se sentó la chica de la 125. Me sorprendió que no hablaba con nadie. Estaba un poco como fuera de lugar, más o menos, como yo. Je,je,je. En fin almorzamos y charlamos con buen ambiente y dimos una vuelta por las paraetas (esto me suena). Había un escenario con música y una estructura con mangueritas que iban soltando vapor de agua para paliar el sofocante calor que empezaba a arrear con fuerza. Al rato, nos fuimos a tomar un café a un bar cercano.

Al momento hubo movimiento y es que daba la salida la ruta barítima. Recogimos las motos y allá que nos fuimos. No fue muy larga y nos llevaron a una especie de restaurante como de esos de bodas con unas buenas explanadas delante. Cada cual aparcó donde pudo y la gente se agolpaba donde la barra de cerveza. Yo quería agua, pero solo daban cerveza. Que se le iba a hacer, pues cerveza. Tenía mucha sed y a las 11:30 el sol apretaba de lo lindo. En el restaurante había una especie de fuente alargada y de esas con chorros, aunque estaban apagados. Nos refrescábamos allí mojándonos la cabeza. Bueno, hubo quien se mojó algo más.







Nines y el Indio se metieron enteritos en el agua y los dueños del restaurante en vez de salir a pegarles la bronca, encendieron los chorros. Así es que los aprovecharon.



Juraría que hubo una segunda parada, pero no lo recuerdo así es que volvimos al lugar de la matinal y dio comienzo el concierto y el lavadero de motos. Tres chicas de muy buen ver y de escasa ropa, unos biquinis negros de lo más sugerentes se dedicaban a lavar la moto con una manguera a todo el que pasaba.




Luego hasta hubo una pelea de dos chicas en una piscina de barro, pero de esas del todojuguete. Un poco cutre la verdad. 


Seguía el concierto y mientras el grueso del grupo bailaba delante del escenario, me acerqué a una de las paraetas porque había visto un cofre para la parrilla trasera de la moto. En ese momento andaba maquinando ya el viaje del aniversario y necesitaba un cofre para convencer a mi mujer de hacerlo esta vez con la moto. Era barato, pero lo veía muy blando. La piel parecía buena, pero blanda. Ademas no llevaba dinero encima y tenía que buscar un cajero. Mejor lo dejaba para otra ocasión. Observaba todo con atención y a veces me preguntaba qué hacía yo allí... Aún no lo sé. Había mucha gente, muchas motos, mucho chaleco de cuero llenos de parches. Era una pieza del "disfraz" que aún me faltaba. Había visto un par de ellos en alguna tienda, pero no acababa de decidirme. Los que me quedaban bien abiertos, me hacían parecer una morcilla de Burgos si los cerraba. Y los que me quedaban bien cerrados, si los dejaba abiertos parecía que le había robado el chaleco a Shaquille Oneal. Hubo un chaleco que me llamó la atención, pues era diferente al resto. Había leído por el foro lo de los MCs y los colores con tres partes. Allí había uno. No recuerdo ni de que MC era, pero sí que la gente lo miraba. Es curioso este mundo del custom, en este sentido, en otros también, pero en este concretamente me sorprende. En otra entrada ya hablaré de mi visión particular sobre los chalecos, los MCs y los free riders. Porque señores, sí, el chaleco me lo compré. Más adelante, pero me lo compré. ¿O ya lo tenía en la matinal de Torrent? No puedo acordarme, pero en fin, esa será otra historia. Tampoco es que importe mucho.
La matinal llegaba a su fin para mí. Fui a la barra a pedir una cocacola para el viaje, pues todavía tenía una bebida para la comida. Saqué el ticket con comida porque total costaba 1€ más y te daban otra bebida. Como algunos se quedaban a comer, les di mi ticket por si lo querían usar y me despedí de todos, hasta la próxima.
Cogí la moto y puse rumbo a Montán, donde me esperaban a comer. Lo mejor de la matinal fueron los últimos 15 kms desde Jérica a Montán, con ese alto de arenillas en el medio, que tantas veces he pasado con el coche y tantas veces voy a disfrutarlo de manera diferente con la moto. ¡Cómo cambia el puerto cuando vas con la moto! Me sé el puerto al dedidllo y la primera vez que lo pasé con la Silverado, parecía que no había pasado nunca por allí. Y ya llevo unas cuantas, al final me haré con él...

martes, 26 de octubre de 2010

La Pobla de Vallbona, mi primera Matinal

Es lo que tiene no haber puesto por escrito las vivencias según fueron pasando, que ahora no recuerdo nada entre el 20 de junio y el 4 de julio, fecha de mi primera matinal. Estoy seguro de que cogí la moto todos los días, para cualquier tontería, pero queda tan lejano que no recuerdo nada especial. Voy a intentar ponerme al día para que pueda convertirse esto en un diario y no en un baúl de recuerdos. El problema es la falta de tiempo, ya que en estos momentos ando liado leyendo todo blog sobre experiencias moteras que se cruzan en mi camino. En fin haré lo que pueda.


No recuerdo nada especial encima de la moto, pero sí que andaba vigilando el foro de Espíritu Custom y en el subforo de la Comunidad Valenciana hay un post fijo de esos donde están todas las matinales y concentraciones de la Comunidad (en realidad no están todas, pero bueno, sirve de guía). Vi que para el día 4 había una matinal en la Pobla de Vallbona. En el subforo de la Comunidad la gente se apuntaba para asistir. Punto de quedada, la Pink Panther (la pantera rosa) en Valencia. Para los que no seáis de aquí, es una escultura-fuente que hay en un cruce bastante transitado de Valencia. La hora, las 9:00 de la mañana. En fin, había que ir. No sabía qué era una matinal y había que averiguarlo. Hombre lo que sí sabía era que se reunían muchas motos y poco más. Además, seguiría conociendo gente del foro.


Intercambié algunos mensajes con algunos miembros de Dracs de la Llum, un grupo de aquí de Valencia. Ahora mismo no sé si me apunté o no en la lista (o tonta como le llaman algunos), pero sí comenté que iría. Eran pocos los apuntados.


Me levanté pronto, sobre las 8:00 de la mañana. Cogí la chaqueta, los guantes y el casco y sobre las 8:30 salí disparado hacia Valencia. El día recuerdo que era estupendo, muy soleado sin una nube y no muy caluroso, pero eran cerca de las 9 de la mañana. Luego seguro que apretaba el calor. No había mucho tráfico, pero la V-21 de acceso a Valencia, andaba en obras (sigue estándolo) y mi pericia con la moto todavía no es muy allá. En resumen, eran las 9:05 y aún estaba parado en un semáforo del río, según el tráfico a unos 5 ó 10 minutos del punto de encuentro. Nervioso yo, veo que se pone verde el semáforo, pongo primera, salgo y plof, se cala la moto. Más nervios. Meto la mano con cuidado de no quemarme por debajo del depósito, como si allí hubiese una tecla o un cable suelto que hubiese provocado el fallo de la máquina y no la poca pericia y los nervios de este motero novato. (Curiosamente esta anécdota leí más tarde, que le ha pasado a un montón de gente y la siguiente también). Menos mal que no había mucho tráfico. Le doy al arranque y ni un solo ruido. La moto no arranca. Atacao de los nervios, me aparto como puedo. Venga a darle al botón y nada de nada. Ni un ruido. "Pues va a ser que ese cable inexistente que estaba suelto no lo has podido arreglar" (diría un hipotético asistente a la maniobra, con cierta sonrisilla). De pronto, me vino a la mente un suceso similar que me ocurrió en mitad de una de las prácticas del cerrado con la Honda Dominator. Al salir del zigzag y hacer el giro a izquierdas y abrir gas la moto se caló y es que había salido en segunda y había llegado al giro en tercera y debido a la poca velocidad, al salir del giro y acelerar la moto se caló y no me fui al suelo de milagro. Intenté arrancar la moto de nuevo, pero no se encendía. El monitor a lo lejos me preguntaba con aspavientos qué hacía y yo le indicaba que no arrancaba. Lo vi venir con parsimonia. Llegó a mi altura le dio a un botoncito rojo que hay encima del arranque y me metió un carxot (golpe en la parte trasera de la cabeza), que menos mal que llevaba el casco puesto. Ay, el jodido botoncito. Con los nervios y al haber estado a punto de caer seguramente le di al dichoso botoncito. Pues efectivamente, al recordar la anécdota en aquel semáforo, en circusntacias parecidas, miré de reojo el jodido botoncito y ahí estaba la horrible avería. Puse el caballete, me agaché a escudriñar debajo del depósito, toqué el grifo de la gasolina, ya ves tú para qué, volví a montar y disimuladamente volví a poner el botón rojo en la posición correcta. Le di al arranque y la moto rugió a la primera. Ya ves tú cuanta tontería si no había nadie mirando. Debe ser el orgullo herido del motero novato. Puse primera y salí de allí zumbando, no sin antes sacarle la lengua al hipotético mirón de la sonrisilla sarcástica. Total ya no habría nadie y tendría que ir solo a la Pobla. Efectivamente, cuando llegué a la Pink Panther, no había nadie. En realidad tampoco sabía donde quedaban exactamente porque aquel cruce es bastante grande. Ahora sí lo sé, donde el lavadero de coches, en la acera. Pero aquel día pegué una mirada rápida por todo el lugar y no vi ninguna moto, así es que continué camino y me fui solo al lugar.


Salí de Valencia buscando la CV35 y ya en la autovía empecé a ver motos pasándome . Cada vez más, conforme me acercaba al lugar. Encontré la zona sin problemas, pues estaba bien señalizada. Al llegar a la plaza de la concentración ya había bastante gente y muchas motos aparcadas. Tanto es así que no veía ni un hueco. De pronto vi una zona, pegada a la barra donde se sacaban los tickets, que estaba vacía. Me pareció extraño porque estaba en medio del tinglado. Me vio uno de la organización y me dijo que no aparcara allí. Ya me parecía a mí que eso estuviera vacío esperándome a mí. Ya me iba a ir cuando otro de la organización que estaba en la barra le dijo al otro, déjalo que aparque ahí, si no molesta. Ole. Y allí me quedé.


Pues ya estoy en mi primera matinal. Bajé de la moto puse el caballete, me quité el casco y eché un vistazo a mi alrededor. Ya apretaba el calor. Me fijé en la gente y nadie llevaba chaqueta. Todo el mundo en manga corta, en camiseta o chaleco, pero nadie con chaqueta. Algunos me miraban, no sé si a la moto o al pardillo que había venido con una chaqueta de cuero de puro invierno, jijiji. Me la quité y empujando y plegando conseguí meterla en una de las alforjas, esperando que ningún amigo de lo ajeno viera la maniobra y decidiera desplegarla de allí. Bien, vamos relajándonos. Seguí observando a mi alrededor y vi que había aparcado al lado de un trike, ejem, en aquel momento le llame "esoquecoñoes?", con mucha gente alrededor haciéndole fotos y dándole vueltas. Era bastante llamativo y decorado con estrellas y llamas.






Miraba el rostro de la gente en busca de una cara conocida, pero qué demonios, si no le había visto la cara a nadie. Solo a un tal Mathius que tenía una foto pequeña y de lejos en su perfil. Así es que me dediqué a mirar los chalecos por detrás en busca, bien de un nick conocido o del parche de los Dracs de la Llum. No veía ni una cosa ni otra.


Bueno y ahora ¿qué hay que hacer en una matinal? Me preguntaba yo. Voy a ver qué hace la gente. La barra estaba vacía. De vez en cuando se acercaba alguien pagaba y le daban unos tickets. Pues debe ser eso. Pero decidí esperar a encontrarme con los Dracs. Me di una vueltecilla por la plaza, mirando motos y buscando nicks y parches, pero ni rastro de los Dracs. En medio de la plaza habían colocado unas mesas largas con muchas sillas y la gente que salía de la barra, venía con bocadillos y cervezas o cocacolas y se sentaban a almorzar. Entonces se trata de eso, vas a la barra pagas lo que toque, te dan unos tickets, recoges bocata, bebida y bolsa con regalos (camiseta, pin y mil papeles de propaganda) y vas y te sientas con los colegas a almorzar. Vale, ya pillo. Pues nada, me voy a la barra y saco los tickets que a los "colegas" ya los encontraré. Mecagoenmiestampa. Mientras hacía el panoli dando vueltas se había formado una cola de mil pares de cojones. Burro, novato, pardillo, me decía en mi interior. Has aparcado en la misma jodida barra, que estaba vacía, podías haber sacado el ticket y haberlos buscado después. En fin, para descargo mío, debo confesar, que leyendo por los foros sobre otras matinales, me enteré de que hacían concursos, del motero más lejano, del más joven, del más viejo, del grupo más numeroso... No quise meter la pata y me esperé por si estos participaban o bien como Dracs o como Espíritu Custom. Y esa es la explicación.


El caso es que me desanimé un poco y estaba decidiendo si coger la moto y largarme de allí o hacer aquella cola infernal y almorzar solo, cuando me pareció ver una cara conocida en la cola. Me acerqué un poco y distinguí en el chaleco un nick, Mathius y un parche con los Dracs de la Llum. Por fin los había encontrado. Iban 4. Aun así no dije nada, ni me acerqué a ellos. Estaba bastante cortado y no sabía cómo podían reaccionar. Seguí pensando si coger la moto y largarme o ponerme en la cola. Descarté acercarme a ellos pues hubiese supuesto, primero el corte de presentarme así a las buenas y segundo colarme delante de 6 ó 7 mastodontes encueraos que iban detrás de ellos. Decidí ponerme a la cola, vigilar sus movimientos, ver donde se sentaban y mientras tenía tiempo de pensar, si pillaba el bocata y me sentaba con ellos, si pillaba el bocata y me sentaba en la otra punta yo solo o si directamente cogía la moto y me largaba de allí ya quela tenía aparcada justo al final de la cola. Al final la cola aunque larga iba rapidita, pues había bastante gente repartiendo tickets y repartiendo los bocatas y regalos y bastante bien organizados. Vi que ellos salían de la barra y se colocaban en un sitio los cuatro con plazas libres a los lados. La cola avanzaba y de vez en cuando echaba una miradita para no perderlos de vista y para confirmar que seguían teniendo sitio libre. Salí de la barra con el bocata, la cocacola, la bolsa, el casco, sorteando gente. Había ido allí a conocer gente del foro, así es que decidí acercarme y almorzar con ellos. Llegué allí y pregunté si estaba libre, me miraron asombrados, pues había bastante sitio y yo había decidido sentarme allí pegado a ellos, pero no dijeron nada. Dejé los trastos y ya con las manos libres me presente."Soy Artus, de Espíritu Custom." Solo a Mathius le sonaba mi nick. Los otros 3 eran de Espíritu Custom también, pero del antiguo foro de 125. Ahora apenas entraban. Se presentaron como Dro, Roca y El Indio. Almorzamos, charlamos, tomamos un café en un bar cercano, dimos una vuelta por la plaza, mirando las paraetas de artículos moteros malos malotes, asistimos a los concursos ... Tampoco había sido para tanto. Incluso me indicaron dónde tenían ellos las motos para hacer la ruta barítima juntos. Ruta barítima, otro ingrediente típico de las matinales. Una vueltecilla con todas las motos asistentes, haciendo ruido por la población y alrededores rumbo a algún bar o local similar que ofrece cerveza, normalmente gratis, a los participantes. Yo opté por cocacola, no sea que me encuentre a la GC y me hagan soplar.


Terminada la parada, se disponían a volver al lugar de la matinal y como ya eran las 13:00 horas, opté por volver a casa a comer, aprovechando que El Indio, Dro y Roca también se iban. Mathius se quedaba. Este tío conoce a todo cristo, jejeje. Lo he podido comprobar en siguientes salidas.


Me despedí de ellos dándoles las gracias por la acogida y salimos rumbo a Valencia. Cuando llegué a mi desvió, les salude y puse rumbo a casa tras mi primera matinal.


Valoración: Pues como me dijo El Indio: "Vista una, vistas todas". Y es cierto, he asistido a unas 4 más y poca diferencia hay. Pero bueno, un día hablaré sobre lo que pienso de las matinales en general.

sábado, 23 de octubre de 2010

La primera salida en solitario

Pues una semana la moto en casa y moviendola lo justo, para enseñarla aquí y allá. Cualquier excusa era buena para sacarla a pasear. Había decidido llevarla al Instituto, pues para eso me había sacado el carnet, pero no me atreví. Me daba un palo tremendo que mis alumnos me vieran llegar montado en un bicho de esos. Además novato. Mira que si se me cala o peor aun, me caigo. En fin que retrasé el viaje al instituto. Un compañero motero me comentó que me llamaría para hacer una rutilla. Otros amigos me dijeron lo mismo, pero llegaba el fin de semana y no llegaba ninguna llamada. Así es que tomé la decisión. El domingo saldría sí o sí.


Domingo 20 de junio, un espléndido día soleado, cogí la chupa (con el calor que hacía ya), el casco, los guantes y salí con la moto rumbo a Teruel. A la aventura. Pensaba acercarme a Venta del Aire o a Barracas almorzar y volver a casa. Para la primera salida ya estaba bien.
Cogí la A-23 rumbo a Teruel. Bastante calor y algo de viento, pero nada importante. En cuanto cogí velocidad la sensación de calor desapareció y me encontraba a gusto en la moto. Muy a gusto. Cuando pasé Segorbe e inicié la ascensión a Navajas empecé a notar un poquillo de frío. Seguí subiendo y a la altura de Barracas llevaba las piernas heladas con los vaqueros. Coñes, pensaba yo, si estamos en junio... ¿En diciembre que va a pasar??? Además empezó a soplar el viento con muy mala leche. Había pensado parar a almorzar en Barracas, pero estuve a punto de volverme debido al viento que soplaba racheado y bastante fuerte. Vamos, que la cosa para ser el primer día se estaba poniendo fea. Pero ¡Qué demonios! ¿Soy motero no? ¿Voy a arredrarme ya el primer día porque Eolo ha decidido salir a pasear? Pues yo también había decidido salir a pasear, ea. Decidí continuar a Venta del aire, pero como tampoco conocía ningún sitio para almorzar, decidí continuar hasta Mora de Rubielos, que sí tenía un par de sitios localizados. Eso si el viento me lo permitía porque soplaba realmente duro. Tanto es así que tuve que bajar la velocidad a 60-70 km/h porque veía que iba dando tumbos. A la altura de la salida de Rubielos de Mora veo en la rotonda de abajo de la autovía la silueta de 3 customs que se dirigían hacia Rubielos. Estuve tentado de seguirlos, pero los vi ya tarde y no era plan de hacer locuras. Decidí seguir, por tanto hasta mi última idea, Mora de Rubielos, probar en la Carrasca y si no al Hotel. Nada más abandonar la autovía Mudéjar el viento se calmó un poco, protegido por las montañas de las sierras de Gudar y Javalambre.


Llegué por fin a Mora de Rubielos y al pasar por la Carrasca vi solo tres Rs en la puerta. No tengo nada contra las Rs, pero preferí probar suerte en el Hotel. Además allí hay tiendas de estas de Outlet de deportes y podría echar un vistazo a las oportunidades. Me adentré pues por las estrechas callejueas de Mora, rumbo al castillo y nada más pasarlo se encuentra el Hotel. Menudo susto. En el parking no cabía un alfiler. Estaba lleno de motos de todo tipo, aunuqe abundaban las Custom y sobre todo llamaban la atención dos o tres Goldwins, con toda su parafernalia de luces y banderitas. Sorprendido, aparque la moto a la izquierda, apartado del resto. No sé por qué lo hice, supongo que algo desconcertado, no quería meterme donde no me llamaban. Pero para mi sorpresa, estaba quitándome el casco cuando se me acerca un mozo y me pregunta si venía a almorzar. Dubitativo yo, le digo que sí, que esa era la idea. Y él que se ve que me vio cara de no saber ni donde estaba: "¿pero vienes al motoalmuerzo?" Y yo, ejem... pues no. No tenía ni idea. He llegado aquí por casualidad. (¿Seguro que fue casualidad? Estuve a punto de parar en Barracas, en Venta del Aire y de desviarme a Rubielos de Mora...). "Pues nada hombre si quieres apuntarte, hemos organizado un motoalmuerzo los de Moto Club Moto Mora, por 7 eurillos, huevos fritos con jamón, bebida y café y un llavero". La verdad es que no sabía que hacer, allí plantado como un pasmarote. Pensé almorzar por mi cuenta, pero al final decidí aceptar el ofrecimiento. "Claro que sí hombre. Subete que acaba de entrar un grupo, te sientas con ellos y a almorzar". Así de fácil, jejeje. Con lo "parao" que soy yo para estas cosas... En fin. Ya había dicho que sí. Me armé de valor y subí al salón. Estaba repleto de gente, con monos, chupas, cascos, en una especie de salón de bodas, pero comiendo huevos fritos con jamón. Había un grupo delante de mí sacando los tickets. Y yo esperando allí de pie, prestando mucha atención a lo que había que hacer para no meter la pata. Pues nada. No había que hacer nada. Pagar, recoger el ticket, el llavero e ir a sentarme. Mientras esperaba a sacar el ticket el grupo charlaba animádamente. Por supuesto el tema de conversación era el viento. Un par de compañeros que habían venido en Goldwin decían que habían subido a 40-50. Uno llegó a comentar que de lo inclinado que iba si llega a cortar el viento de golpe se va al suelo. Otros reían y se burlaban de los que nos quejábamos del viento. Yo asentía y confirmaba lo del viento... jejeje sin abrir mucho más la boca. Total que recojo el ticket y, casco y chaqueta en mano, busco un sitio para sentarme. Seguí al grupo que acababa de entrar delante de mí y cuando se hubieron sentado, me pille un lugar cerca. Me acogieron muy bien. Degusté los huevos fritos con jamón con ganas, pues con la indecisión de parar a almorzar ya eran cerca de las 10:30 y hacía hambre. Yo solo bebí agua, pero por aquellas mesas corría el tinto que no veas. Mientras esperaba para el café decidí salir a fumar a la calle y llamar a casa y contar lo que estaba viviendo. Mi primer motoalmuerzo, jejeje. Qué ilu. Pero ay, no contaba con lo traicionera que es la sierra en junio. Había dejado la chaqueta dentro y salí en manga corta. La conversación con casa fue breve, entre otras cosas porque el frío no me dejaba articular palabra. Con el calor que hacía en casita, en la costa. Menuda diferencia de temperatura. Volví adentro en busca del café calentito que me hiciera entrar en calor. Pero no aparecía. Hasta que vi unos termos con grifitos y que la gente se acercaba y se ponía el café. Leches, ya podía yo esperar. Allá que me fui y me agencié dos cortados con la leche calentita. Y a mi alrededor la gente con carajillos, pues también teníamos a nuestra disposición botellitas de coñac y whisky. ¡Pero como coge la moto esta gente luego! Yo me mantuve sin gota de alcohol. No era plan de estropear mi primera salida.


En fin, un buen almuerzo, rodeado de mucha gente que comparte mi afición, aunque más curtida que yo. Lo miraba todo con atención. Gente que iba en grupo con los mismos distintivos en el chaleco o con camisetas. Los más jóvenes, entre los 20 y los 35 con monos y pintas de llevar Rs y los más maduritos, entre los que me incluyo con más cuero y pinta de llevar customs. La gente se concoce entre sí. No solo los del mismo grupo sino con los de otros grupos. No es la primera vez que coinciden en eventos como estos. Me da la sensación de que el único que ha ido solo soy yo. He visto a alguna pareja, pero alguien solo, por ningún sitio. He visto gente de Castellón, de Valencia y hasta de Barcelona.


De repente, como si hubiesen tocado diana, se levanta la mayoría y comienzan a equiparse. Oigo fragmentos de conversaciones. "Nosotros no vamos que hace mucho viento y en las pistas debe soplar de lo lindo". "Yo no voy que hay mucha R y van a ir zumbando". " Vamos a la ruta y volvemos para comer". Total que me pongo la chaqueta y el casco y salgo fuera a ver que se cocía. Algunas motos ya en marcha se estaban colocando para salir. Al parecer estaba prevista una ruta por las pistas de esquí para volver al Hotel a comer. Decidí hacer la ruta. Había salido a rutear, ¿no?, pues ale, mejor en compañía. Mi primera ruta en grupo. Bueno eso pensé cuando salíamos, pero se quedó en algo menos...


Como había dejado la moto a la izquierda, estaba prácticamente delos primeros, cerca de la salida. Pero ya había bastante gente preparada para salir y me lo tomé con calma. Me acabé de equipar con el casco y los guantes y arranqué la moto y me preparé para salir en cuanto viera un hueco. Mejor ir por el centro del grupo. Venga a pasar motos y yo a esperar. No me decidía. A ver si salgo y me meto en medio de un grupo que va junto y cuelo en medio. Pues eso, la indecisión del novato, que cree que todo lo que haga va a estar mal. En ese momento pasa una goldwin y nadie más detrás. Era mi oportunidad y salí tras ella. Aún quedaban más motos por salir. Me acomodé bien, dispuesto a disfrutar del paseo. Ibamos tranquilos, más bien despacito. Veo que algunas motos empiezan a adelantarme. No solo a mí. A los que iban delante también. Me fijo bien y veo que todos andan adelantando a una moto pequeña, una 125, que ahora mismo no sabría identificar. Las motos se iban alejando y nos quedábamos cortados. La Goldwin adelantó a la 125 y me quedé detrás de ella. Miré hacia atrás y solo quedaban dos motos de la organización con el peto amarillo fofi. Estuvimos un rato viéndole el culo a la Goldwin hasta que finalmente la perdimos de vista. Nos quedamos la 125, yo y las dos motos de cierre. El de la 125 me hacía señas para que pasara, pero me mantuve en mis trece. De mis lecturas en los foros, leí un post titulado algo así como "como circular en grupo" y se me quedó la idea de que no hay que adelantar y de que hay que adecuar la velocidad y la marcha a la de las motos más pequeñas. Lástima que nadie más lo hiciera. Jejeje.


La ruta no estuvo mal. Fuimos hasta la Virgen de la Vega, de allí a Valdelinares. La carretera estaba un poco castigada por aquello de la nieve y las cadenas. Seguimos hasta Linares de Mora, Nogueruelas, hasta buscar Rubielos de Mora para volver a Mora de Rubielos. Justo antes de Rubielos pare por necesidades fisiológicas (con las prisas no había ido al WC en el hotel) y cuando paró la moto de cierre, les dije que no se preocuparan y que siguieran que yo me desviaba en Rubielos hacia Olba. Les di las gracias y me despedí de ellos. Efectivamente, al llegar a Rubielos tome el desvío a la izquierda, justo antes de entrar, en dirección a Castellón.










Y me dirigí hacia Olba para volver a casa por Montanejos, Montán y buscar de nuevo rumbo a Caudiel la Autovía Mudéjar a la altura de Jérica. Me apetecía volver por estas carreteras que tantas veces he recorrido con el coche, pues sin lugar a dudas las usaré en muchas ocasiones. Veraneando como veraneo en Montán, veréis en este Blog, muchas veces mencionadas estas pequeñas poblaciones del Alto Mijares, tan póximas a la provincia de Teruel.
Volví a casa sin más novedades, después de haber disfrutado de mi primera salida, mi primer motoalmuerzo y mi primera ruta en grupo "numeroso". Comenzaba en serio mi nueva aventura motera.

domingo, 17 de octubre de 2010

El primer viaje

En fin estaba todo listo para partir. Ya era seguro que llegaríamos de noche y Roberto nos ofreció pasar la noche en su casa y hacer el viaje tranquilamente por la mañana. Se lo agradecimos pero tenímos a los niños en casa de los abuelos y había que recogerlos. Así es que nos despedimos y dejamos Murcia con dirección a Puerto de Sagunto en mi primera experiencia inolvidable encima de mi Vstar Silverado. Recupero aquí el relato que expuse en el foro de Espíritu Custom de ese primer viaje. Fue el siguiente:


Hoy el espíritu custom ha penetrado en mi bien profundo. Siempre he creido que estaba ahí, lo sentía al ver pasar una máquina de estas, cuando las oía rugir, cuando veía sus destellos por la carretera... Hoy lo sé con certeza. Han sido 273 kms, mejor dicho, 170 millas, muy intensas. Llenas de sensaciones. Apenas dejaré constancia de algunas de ellas. Pero empecemos desde el principio.
He llegado a Murcia sobre las 18:15 y no he podido salir con la moto hasta las 20:15. Pero esas dos horas no las he desaprovechado. Como faltaban un par de cosillas en la maquina hemos aprovechado para tomar un café y charlar. Sí, sí, cuando he llegado a Murcia ya me esperaba Manazas con su chica. (En apenas dos días consecutivos he conocido a dos personas de este foro, no está mal). Nos hemos conocido, hemos charlado, me ha enseñado su Intruder... Desde aquí le quiero agradecer el detallazo de haberse acercado para acompañarme en este momento. Te has ganado un amigo para siempre compañero.
En fin, ha llegado la hora de la despedida. Con el retraso, yo ya sabía que llegaría de noche a casa y andaba preocupado y la preocupación no era en vano y más tarde sabréis por qué. Me pongo el equipo, arranco la moto, últimas fotos y salgo a la carretera N-340 de Alicante a esperar a que mi mujer sacara el coche de la acera. Comienzo titubeante, inseguro, patoso... Cuando he parado a esperar a que mi mujer se incorporara a la carretera se me ha pasado por la cabeza: "¿Qué has hecho, insensato? No estás preparado para hacer esto... Lo he visto todo muy negro. Me veía muy inestable en la moto y apenas había avanzado 50 metros ¡Y me faltaban 273 kms! ¡Virgen Santa de los Centímetros Cúbicos Consagraos! No había vuelta atrás, no quedaba sino batirse. Pongo primera y salgo marcando el camino. Mi mujer detrás más asustada que yo, si cabe, jajaja.
No llevaba ni 5 minutos en la moto, no había salido de Murcia aún, cuando ha llegado la primera alegría. En el segundo semáforo que paro me he sentido especial... Mejor dicho, me han hecho sentirme especial. Tenso, mirando el semáforo, atento a la salida y de repente oigo a una chica en el coche de al lado que me llama bajando la ventanilla: "Oye por favor, ¿puedes saludar a mi hijo?" Sorprendido, giro la cabeza y veo en el asiento de atrás un niño que no tendría los 3 años con la cara pegada en el cristal y la boca abierta y los ojos más abiertos aún, que no me quitaba ojo. Le he dedicado la mejor de mis sonrisas, dado mi estado de nervios, le he saludado y ni ha pestañeado, seguía igual de alucinado, que pasaría por esa cabeza... Estaría viendo a Terminator, a Dark Vader o al mismísimo rey Arturo en persona. Nunca olvidaré la cara de ese niño. Pero para mí ha resultado balsámico. No podía defraudarle. El semáforo se ha puesto en verde y he salido todo digno y motero yo, saludando al niño de nuevo como despedida. No me ha quitado el ojo de encima hasta que me ha perdido de vista. A todo esto, mi mujer detrás con cara de incredulidad y pensando: "¿¿¿A quien saluda este si no conoce a nadie en Murcia???" Se lo he tenido que explicar en la primera gasolinera.
A partir de aquí todo ha ido como la seda. Se han acabado las rotondas, los semáforos, la intensidad del tráfico y hemos enfilado por la autopista rumbo a casa, mucho más relajado. En la primera gasolinera que hemos encontrado he llenado el depósito y ya tranquilo hasta los siguientes 200 kms. Contador parcial en 13, por tanto hasta el 213 tranquilo. Sabía yo que hasta que quedaran unos 80 para llegar a Valencia no tendría que repostar... ejem...
Comienzo a comer kms (bueno millas, jijiji). Y aquí es donde empiezo a comunicarme con la máquina. Este bicho tiene alma, la he notado. No sé si la he traído yo, o me ha traído ella a mí. Velocidad de crucero 100 km/h para hacerme con ella, alguna vez para adelantar me ponía a 120, con mucho respeto, hasta que le he cogido confianza, o ella me la ha dado, y he pasado a una velocidad constante de 120 sin problemas. Poco viento, pocos camiones y la carretera toda para mí. En recto muy bien las ligeras curvas muy bien, pero cuando han empezado las curvas más exigentes he tenido problemillas. La inexperiencia me hacía tumbar ligeramente con los brazos. Tumbar, tumbaba, poquito, de tal manera que veía que me salía del carril, porque no tumbaba lo suficiente. El bicho no me respondía a los brazos, al menos no lo que yo quería. En una de las más pronunciadas veo que me voy a salir al carril de la izquierda por mucha fuerza que hiciera con los brazos e instintivamente he metido la rodilla izquierda en el depósito, presionando suavemente hacia el carril derecho... La moto se ha convertido en yegua y dócilmente se ha dejado llevar al carril de nuevo. A partir de ahí se acabaron los problemas. He entendido a la yegua y ella a mí. Ahí le he descubierto el alma. Kilómetro a kilómetro ha ido introduciéndose en mi interior el espíritu custom y el alma de mi máquina. Hasta me ha dado por pensar que los flecos de las manetas que golpeaban mis brazos, no sólo golpeaban si no que buscaban a propósito el contacto para establecer la conexión (todos habéis visto Avatar, supongo, jajaja).
Muchos kilómetros después, sin más novedades que el viento en la cara, los diferentes olores del paisaje, algo nuevo para mí, pues siempre he ido encerrado dentro del coche, empieza a caer el sol y a anochecer. Veía mal el contador de kms pero me ha parecido ver 70. Aun tengo muuuuuuucho margen (ay ay ay). Seguimos avanzando y bastantes kms después en una zona bien iluminada veo correctamente el contador, 100. Perfecto, aún puedo hacer otros 100... Ejem. De pronto veo un cartel: "Valencia 60 kms". ¿Me han abducido o qué pasa aquí? Soy de letras pero sumar y restar aun sé. No puedo llevar 100 y quedarme 90 (60 hasta Valencia + 30 hasta el Puerto), eso hacen 190 y de Murcia al Puerto hay 273. Lo dicho, o me han abducido durante 83 kms o algo está fallando. Empiezo a darle vueltas a la cabeza (alguno ya imaginará donde está el problema)... ¡Maldita sea mi estampa! La moto es estadounidense... Esto...¿¿¿¿ no serán millas???? Y cuantos kms son 100 millas. Ay, ay, ay... Ya he dicho antes que era de letras, ¿verdad? Sé sumar y restar, pero no ¡¡¡¡¡¡cuantos kms son 100 jo***as millas!!!!!!!!!!! Se abre una lucecita de esperanza en forma de gasolinera. Paro y confirmado. No me ha abducido nadie. Son jo***as millas, jajaja, jajaja. Aún quedaban 40 kms de margen pero el ataque me lo he llevado. Total no había marcado ni la reserva.
En fin, vuelvo a llenar el depósito y recta final del viaje con susto morrocotudo final. El susto podía haber sido fatal. Zona de by-pass pasada la salida de Madrid-Manises. Noche cerrada. Velocidad de crucero de 120 kms/h y a la altura de la salida de El Puig, a unso 15 kms de casa, algo no va bien. Vía de 3 carriles por lado con mediana de cemento. Accidente en el carril derecho. Muy poca visibilidad apenas unas luces rojas de un par de coches siniestrados y de repente se me viene encima un bulto gris (el bulto estaba parado, más bien soy yo el me iba contra él) que ocupaba el carril central. Me he acordado de mi profesor de prácticas, del examinador, de la dirección General de Tráfico y de la bendita maniobra final del examen cerrado en la parte rápida, porque he tenido que hacer esa maniobra en décimas de segundo pero a 100 kms/h ya que había soltado el puño al ver el accidente. El bulto lo he visto más o menos con tiempo a pesar de no tener ninguna luz ni zona reflectante, estaba volcado, pero la maniobra la he tenido que hacer porque a continuación del bulto venían las barras y el enganche, que es lo que he tenido que esquivar. (Aun se me ponen los pelos de punta). Miro por el retrovisor  y veo a mi mujer que pega volantazo a la izquierda y rápidamente a la derecha porque se daba con la mediana de cemento. Sólo quedaba libre el carril izquierdo. Y tras mi mujer un camión, que aún estoy flipando de cómo ha pasado. Ya había 5 coches parados pero detrás del remolque. Delante no se veía una leche.
En fin, y ya acabo. Una tarde preciosa ha podido acabar en tragedia, pero el espíritu de todos vosotros (el espíritu custom), la pericia de mi yegua y la suerte del novato, no han querido amargarme mi primer día como motero. Cuando he llegado a casa, aun me temblaban las piernas.
Chica, al garaje y a dormir tranquila que te lo has ganado. Mañana será otro día y si Manazas lo permite te presentaré en sociedad. Un beso, princesa y buenas noches.
En realidad, antes de guardar la moto en el garaje fuimos con ella a recoger a los ninios y por supuesto bajaron mis padres y hasta la abuela. Con lo que había luchado mi madre para que no tuviera moto y a los 40 le toca sufrir. Pobrecilla. Eso sí, les gustó mucho a todos. Pero coincidieron también en: ¡Qué grande!¿No te has pasado?

viernes, 15 de octubre de 2010

La compra

Mientras buscaba moto por internet, intentaba ilustrarme y empaparme de esto del custom. Era la ilusión de mi vida, manejar una moto tipo custom, supongo que por mi afición juvenil al mundillo Rocker. Pero en realidad no tenía ni idea de motos ni de esta cultura que voy conociendo día a día. Empecé a buscar foros de motos para saber opiniones y comparativas sobre los modelos que tenía en mente. Encontre algunos foros, pero la mayoría eran generalistas, de todo tipo de motos, donde se comentaban las ultimas novedades de los grandes premios de MOTO GP y esas cosas, que sinceramente no me interesan en absoluto (menudo motero de mierda, diran algunos. Pues vale). Hasta que por fin encontré un foro propiamente dedicado al Custom: http://www.espiritucustom.com. Mucho movimiento, muchas secciones, por Comunidades Autónomas, por cilindradas, por Marcas. Y no todo eran motos. Se hablaba de otras cosas. Total que me animé y me registré allá por el mes de abril. Empecé tímido, novato, leyendo más que aportando. Lo primero que hice fue poner un anuncio en busca de moto, pero no hubo suerte, Poco a poco iba leyendo cosas, sobre el mundo Custom, sobre como rodar en grupo, las Guardians Bells, Los MCs y sus líos, parches y colores, el saludo motero y tantas cosas nuevas para mí... De vez en cuando anunciaba que iba al examen cerrado y me animaban y deseaban suerte, luego el abierto, y por fin que había aprobado el examen y ya tenía mi carnet A2. Ya había ido a ver mi Yamaha VStar cuando vi un post de un tal Bicipalo donde anunciaba la apertura de una nueva tienda Custom en Valencia. Necesitaba comprar una chaqueta para el inminente viaje asi es que le pedi la direccion. Yo tenía que bajar a Murcia el viernes 11 de junio, así es que el jueves me fui a visitar la tienda para comprar la chaqueta. Estuve bastante tiempo mirándolo todo. No sé cuantas chaquetas me llegué a probar, creo que todas. En un momento dado entro un tipo vestido de ciclista y supe que era él. Bicipalo en persona. Nos presentamos, celebrando la casualidad y charlamos con los dueños un buen rato. Finalmente nos despedimos y él ya apuntó que esa casualidad debía de significar algo. Yo también lo creo y significó el inicio de una amistad que iremos gestando con el paso del tiempo a lomos de nuestras monturas. Finalmente me decidí por una chupa clásica de cremalleras, de rocker de toda la vida, de las que salían en Grease. Huí de los flecos, de los indios y de las águilas, que aunque me gusta verlas, me parecían demasiado atrevidas para un novato. No quisiera llamar mucho la atención en mis primeros momentos moteros. Igual de aquí a 5 años parezco Buffalo Bill, pero por el momento opto por la discreción, dentro de lo llamativo que es el mundo custom y su estética. Porque la estética sí hay que cuidarla. Llamarme lo que queráis, pero no concibo un tipo en chandal en una custom, o con traje y corbata.
En fin que un par de días antes había anunciado en el foro que iba el viernes a Murcia a por la moto y un tal Manazas me dijo que vendría a verme. Que le avisara. Al principio no me lo tomé en serio. Total yo era un novato recién llegado y a quién le importaba que yo me comprara una moto. Pues no, el tío hablaba en serio. Vivía en Orihuela y estaba dispuesto a acompañarme en esos momentos tan especiales. Quedaríamos y tomaríamos unas cervecillas. Me dio su móvil y el viernes le avisé de que bajaba a por la moto. Tomaríamos algo si daba tiempo, porque no quería regresar de noche. Me dijo que no me preocupara, que él vendría igual, aunque no tomáramos nada.
Llegó tan deseado día. Aparcamos a los niños en casa de los abuelos y ya salimos con retraso. Yo quería haber llegado a Murcia a las 17:00 y salir a las 18:00 para casa y que no se me hiciera de noche, pero ni de coña. Salíamos de casa entre pitos y flautas a las 16:00 largas y llegabamos a Murcia a las 18:00 horas. Vovía de noche fijo. Hacia las 17:00 Llamé a Manazas para advertirle del retraso. Me tranquilizó diciéndome que no me preocupara, que él estaría allí. Y así fue. Aparcamos el coche en la acera en la puerta del concesionario. Y mientras entraba en la tienda marqué el número de móvil de Manazas y sonó cerca. Vi un tipo alto y delgado con coleta larga: Soy Manazas, bueno Roberto, jejeje. Me presentó a su chica, Henrienne (espero haberlo escrito bien), que resultó ser profesora de lengua y literatura castellana en secundaria como yo. Si realmente el mundo es un pañuelo. Nos presentamos mi mujer y yo y fuimos en busca de la máquina. No estaba por ningún lado. Hasta que al final a través de una puerta que se entreabrió y daba al taller la vimos.






Mírala que bonita es, y tal y cual... pero esa no es. La mía llevaba alforjas y pantalla... Ah no, es aquella que está subida en el elevador. Uy, y no tiene puestas ni las defensas ni las plataformas del pasajero que les dije que me pusieran.






Total que fuimos a hablar con el vendedor y me dijo que se les había pasado, pero que en menos de una horita estaba lista. Joderrrrrrrrrrrrrrrrrr. De noche, no, de madrugada llego a casa hoy. En fin, que compramos casco para mi chica y nos fuimos a tomar algo los 4 a un bar cercano. Total ya no había prisa. Pasamos la hora contándonos batallitas de nuestras vidas y volvimos a por la bicha. Aún no estaba. Aprovechamos para ver la Volusia de Manazas con sus alforjas de piel de vaca. Muy original. Le quedan bien a la Intruder.
Finalmente me avisan de que ya está lista. Paso a pagar y mientras me la sacan a la calle. Yo ya la había visto y hasta me había montado, pero al verla allí en la calle y sabiéndola mía ya, me impresionó.






Las defensas le daban otro aire. Una preciosidad. A mi mujer le encantó.






Y a mis dos nuevos amigos también. El no sale que es el artista... Tiene unas manos el jodío...




Lucía bien el blanco en una custom. En este mundo abunda el negro y de hecho era mi prioridad, hasta que vi esto.


Más tarde cuando presenté la moto en el foro, alguien me dijo que no había Custom blancas en Europa y realmente se ven pocas. Y yo que no quería llamar la atención... Entre el blanco y la rubia, al que menos miran, al feo que coge el manillar.








He cogido prestadas las fotos que me hizo Manazas del reportaje que colgó en Espiritu Custom. No solo tengo que agradecerle que me acompañara en estos momentos, sino que ademas los inmortalizó con estas instantaneas. Muchas gracias campeón.

miércoles, 13 de octubre de 2010

La búsqueda

Una vez aprobado el teórico ya veía más cerca la adquisición de la montura. Y a ello me puse como hacia el mes de abril, aprovechando las vacaciones de pascua. De mi época de juventud, tenía una máquina entre ceja y ceja: la Yamaha Virago 500 (535 en realidad).






Qué bien sonaba eso de Virago 500. Así es que por ahi empecé la búqueda. Empecé a rastrear la red y me di cuenta de que me había hecho mayor. La Virago 500 era ya una moto viejecita y auque estaban bien de precio, tenían muchos kms y muchos años. A partir de ahí empecé a buscar alternativas más modernas. Ahí comenzaron a surgir, la Yamaha XVS 650 DragStar (La hermana mas moderna, aunque ya descatalogada, de mi antiguo sueño),






las Hondas Shadow 750 en todas sus versiones,




las Kawasakis Vulcan 800






las Intruder 800. Una locura. Los precios aumentaban, pero eran mas modernas, tenían menos kms y menos años. Empecé a buscar anuncios de particulares, pero muchos de ellos eran antiguos y ya hacía tiempo que vendieron la moto. Empecé a pensar que no iba a ser tan fácil encontrar montura. Mis dos principales opciones eran La Drag Star y la Shadow, por aquello de que no había que limitarlas con el nuevo carnet. Dirigí mi punto de mira a tiendas de motos de ocasión, por aquello de que te da más confianza. Eran más caras, pero estaban en mejor estado, al menos aparentemente. Pero Customs había pocas y no me convencía ninguna. Encontré una Drag Star negra en Valencia y me fui a verla. 4500€ pero tenía que pasar la revisión, yo, arreglar los tubos de escapes rozados, cambiar las maletas... En fin que a lo tonto a lo tonto se me iba a los 6500€. Como no tenía aun el carnet, me limité a subirme y a probar sensaciones. La verdad es que la moto me encantó. Lo que no me gustó fue el sonido... pero qué quieres.... es una japonesa... Mi límite para segunda mano estaba entre 4000 y 5000€ en función de años, kms y equipamiento. Y se me escapaban todos los presupuestos a mas de 6000€. Nuevo cambio de chip y me voy a por una nueva. Total para gastarme 6000 y pico en algo de segunda mano y equiparlo, prefería estrenar. Me monté en las nuevas Shadow 750,





la Vulcan 900






y la Intruder c800.






Realmente me gustaban todas, pero siempre había algo que no me dejaba decidirme. En la shadow el depósito, en la Kawa los escapes, demasiado cerca de la pierna, y la Intruder el precio. Equipada con lo que yo quería se me ponía en cerca de 9000€. Demasiado para empezar. Demasiado para un novato. Así es que volví otra vez a las de segunda mano, sin prisas, aunque el carnet estaba al caer. Di con un par de webs de ocasion: Motissimo en Barcelona e Intruder en Murcia. Esta última me abrió los ojos. ¿Por qué no una Harley que es realmente lo que yo quiero? (aunque no para empezar). La verdad es que viendo los precios para gastarme 6500€ prefería comprarme una HD. Lo malo es que por ese precio solo estaba la Sporter y había que limitarla. Además, es la única HD que no me gusta. En cualquier caso mirando la web de intruder, revisando Harleys y precios, encontré una Heritage Softail Classic por 5000€. Había dos muy parecidas, una que valía 15000€ y la de 5000€. Ahí había gato encerrado. Me fijo bien y encontré el fallo, la de 5000€ no era una HD sino una Yamaha VStar 650 Silverado.






Blanca, preciosa, equipadísima, con alforjas, pantalla, parrilla, plataformas delanteras, asiento Mustang claveteado como las alforjas y el respaldo... En fin que me enamoré y me dije, esa es mi moto. Recuerdo que fue un viernes, 4 de junio y sin pensarlo dos veces, el lunes siguiente, 7 de junio cogí el coche y me fui a Murcia a verla. Llevaba otras alternativas por si me fallaba la VStar, hasta 5 folios con 4 ó 5 motos por folio. Una cosa era segura, de allí salía con moto.
Nada más entrar en la tienda empecé a alucinar, tanto cromado, tanta Harley, tanta Custom en definitiva. Con la de vueltas que había dado yo buscando moto. Y estaban todas aquí. Todas las motos llevaban una funda de plástico con un folio con las características de la moto y su precio. Buscaba ansioso la VStar blanca y no la veía. No veía vendedores que me pudieran ayudar, hasta que por fin la encontré y el corazón me dio un vuelco. La funda de plástico estaba vacía... ¡Maldita sea mi suerte! Solo podía significar o que estaba reservada o peor, vendida. Busqué a un vendedor hecho un manojo de nervios y a la menor ocasión le pregunté: ¿Ésta por qué no tiene folio? Y me contestó lo que yo ya me temía: Pues puede ser por dos cosas, o porque la han reservado o porque ya está vendida. Se me cayó el alma a los pies. La tenía allí al lado y era preciosa. Era mi moto. El vendedor se apiadó de mí y me dijo, espera y te lo confirmo. Así es que desapareció en las oficinas y allí me dejó con la incertidumbre. Empecé a ver otras motos que había cerca, pero los ojos se me iban una y otra vez a la preciosidad blanca. Entonces vi venir al vendedor con un folio en la mano. Has tenido suerte, me dijo. Estaba fuera el folio porque un cliente estaba dudando en llevarse esta blanca o una roja y se decidió por la roja... Iba a colocar el folio en la funda y lo paré, no no, no hace falta. Te doy la señal y me la guardas. cuando la matriculeis vengo a por ella. Y así quedamos, pagué la señal y ya era míaaaaaaaaaaa. Mi tesoroooooooooooo, jejeje. Me monté por última vez y dejé la tienda como un niño con zapatos nuevos. Sólo había que esperar. Estaría matriculada el jueves o el viernes, porque habia fiesta en Murcia. No importa, no importa, todavía no me han dado ni el provisional. ¡Qué semana más larga me esperaba! Me tenían que dar el carnet provisional y me lo dieron esa misma tarde. Ya podría traerme la blanca en cuanto estuviera matriculada.

martes, 12 de octubre de 2010

La decisión

Llevaba mucho tiempo tras la idea de sacarme el carnet de moto gorda. Siempre había sido mi ilusión, pero nunca había tenido la oportunidad de sacarme el carnet y mucho menos de comprar la máquina. Todos los veranos, allá por el mes de junio, decidía que había llegado el momento, pero año tras año lo posponía, a veces por otras obligaciones, otras por falta de dinero y otras por pura vagancia. Y año tras año modificaban el carnet y cada vez lo ponían más difícil. Finalmente, en marzo de 2010 sin pensarlo dos veces me presenté en la autoescuela donde hacía 20 años me había sacado el de coche y me matriculé. Recogí los libros de test y no volví a pisar la autoescuela hasta el día del examen. No me presenté hasta no cometer ni un solo error en los test. Aun así, el día del examen, un fallo, pero por fin tenía el teórico aprobado. Ahora había que lanzarse a por las prácticas. Mucho respeto me daban a mí las prácticas, pues con los dedos de una mano se pueden contar las veces que cogí una moto de marchas. Y todas ellas en mi lejana adolescencia. Así es que el primer día de prácticas me subí a la Honda Dominator de 250cc y salí muy contento. El monitor ese mismo día ya me preguntó cuando quería ir a examen. Le dije que no corriera tanto, que era muy novato, pero el me insistió en que fijando el examen a 15 días iba sobrado porque controlaba bien la moto. Había que pulir algunos defectos, pero lo conseguiría. La verdad es que la parte rápida al segundo día ya la superaba en tiempo. Mi cruz era la parte lenta. Las planchas me llevaban a mal traer. Total qu efijamos la fecha, me presento allí, hago la maniobra de la cajam me subo a la moto, pongo primera y enfilo las planchas... Salí airoso, y no sé si por la subida de adrenalina de pasarlas o por qué demonios, en el segundo cono pongo el pie en el suelo. No me dejaron terminar el examen y a casa cabizbajo. Viendo un imposible la parte lenta. No nos dejaban practicar antes. COn un par de veces que nos dejaran hacerlo el examen sería mucho más facil de aprobar. Las siguientes 3 fechas del examen se tuvieron que aplazar por las inlcemencias del tiempo. Y el carnet se retrasaba y en el instituto ya me miraban de reojo, por tantas faltas por acudir a examen. Finalmente llego el día, salió soleado y al Saler que nos fuimos. Esta vez si. Antes de salir le dije al examinador (que tenía fama de ogro) el respeto que me daban las planchas y me animó. Puse primera, salí con decisión, pasé las planchas sin problemas, los conos con alguna dificultad, pero los pasé. Acelerón, segunda y frenazo. Ok del examinador y a la zona rápida. Me quité un peso de encima. Al menos probaría la parte rápida. Salí nuevamente con decisión hacial el zig zag, un poco lento, pero seguro, Virage a izquierdas para meter tercera y encarar el esquive, hice la maniobra y frené en su sitio. Salí del circuito tranquilo, hasta que el monitor me dijo: "muy lento, pero ya veremos". Me fui a trabajar con la incertidumbre de saber si había aporbado o no hasta las 4 de la tarde. Me llamó el monitor para darme la nueva: Ya tenía el A2. Ya tenía al alcance de mi mano la moto gorda, la moto soñada.