martes, 26 de octubre de 2010

La Pobla de Vallbona, mi primera Matinal

Es lo que tiene no haber puesto por escrito las vivencias según fueron pasando, que ahora no recuerdo nada entre el 20 de junio y el 4 de julio, fecha de mi primera matinal. Estoy seguro de que cogí la moto todos los días, para cualquier tontería, pero queda tan lejano que no recuerdo nada especial. Voy a intentar ponerme al día para que pueda convertirse esto en un diario y no en un baúl de recuerdos. El problema es la falta de tiempo, ya que en estos momentos ando liado leyendo todo blog sobre experiencias moteras que se cruzan en mi camino. En fin haré lo que pueda.


No recuerdo nada especial encima de la moto, pero sí que andaba vigilando el foro de Espíritu Custom y en el subforo de la Comunidad Valenciana hay un post fijo de esos donde están todas las matinales y concentraciones de la Comunidad (en realidad no están todas, pero bueno, sirve de guía). Vi que para el día 4 había una matinal en la Pobla de Vallbona. En el subforo de la Comunidad la gente se apuntaba para asistir. Punto de quedada, la Pink Panther (la pantera rosa) en Valencia. Para los que no seáis de aquí, es una escultura-fuente que hay en un cruce bastante transitado de Valencia. La hora, las 9:00 de la mañana. En fin, había que ir. No sabía qué era una matinal y había que averiguarlo. Hombre lo que sí sabía era que se reunían muchas motos y poco más. Además, seguiría conociendo gente del foro.


Intercambié algunos mensajes con algunos miembros de Dracs de la Llum, un grupo de aquí de Valencia. Ahora mismo no sé si me apunté o no en la lista (o tonta como le llaman algunos), pero sí comenté que iría. Eran pocos los apuntados.


Me levanté pronto, sobre las 8:00 de la mañana. Cogí la chaqueta, los guantes y el casco y sobre las 8:30 salí disparado hacia Valencia. El día recuerdo que era estupendo, muy soleado sin una nube y no muy caluroso, pero eran cerca de las 9 de la mañana. Luego seguro que apretaba el calor. No había mucho tráfico, pero la V-21 de acceso a Valencia, andaba en obras (sigue estándolo) y mi pericia con la moto todavía no es muy allá. En resumen, eran las 9:05 y aún estaba parado en un semáforo del río, según el tráfico a unos 5 ó 10 minutos del punto de encuentro. Nervioso yo, veo que se pone verde el semáforo, pongo primera, salgo y plof, se cala la moto. Más nervios. Meto la mano con cuidado de no quemarme por debajo del depósito, como si allí hubiese una tecla o un cable suelto que hubiese provocado el fallo de la máquina y no la poca pericia y los nervios de este motero novato. (Curiosamente esta anécdota leí más tarde, que le ha pasado a un montón de gente y la siguiente también). Menos mal que no había mucho tráfico. Le doy al arranque y ni un solo ruido. La moto no arranca. Atacao de los nervios, me aparto como puedo. Venga a darle al botón y nada de nada. Ni un ruido. "Pues va a ser que ese cable inexistente que estaba suelto no lo has podido arreglar" (diría un hipotético asistente a la maniobra, con cierta sonrisilla). De pronto, me vino a la mente un suceso similar que me ocurrió en mitad de una de las prácticas del cerrado con la Honda Dominator. Al salir del zigzag y hacer el giro a izquierdas y abrir gas la moto se caló y es que había salido en segunda y había llegado al giro en tercera y debido a la poca velocidad, al salir del giro y acelerar la moto se caló y no me fui al suelo de milagro. Intenté arrancar la moto de nuevo, pero no se encendía. El monitor a lo lejos me preguntaba con aspavientos qué hacía y yo le indicaba que no arrancaba. Lo vi venir con parsimonia. Llegó a mi altura le dio a un botoncito rojo que hay encima del arranque y me metió un carxot (golpe en la parte trasera de la cabeza), que menos mal que llevaba el casco puesto. Ay, el jodido botoncito. Con los nervios y al haber estado a punto de caer seguramente le di al dichoso botoncito. Pues efectivamente, al recordar la anécdota en aquel semáforo, en circusntacias parecidas, miré de reojo el jodido botoncito y ahí estaba la horrible avería. Puse el caballete, me agaché a escudriñar debajo del depósito, toqué el grifo de la gasolina, ya ves tú para qué, volví a montar y disimuladamente volví a poner el botón rojo en la posición correcta. Le di al arranque y la moto rugió a la primera. Ya ves tú cuanta tontería si no había nadie mirando. Debe ser el orgullo herido del motero novato. Puse primera y salí de allí zumbando, no sin antes sacarle la lengua al hipotético mirón de la sonrisilla sarcástica. Total ya no habría nadie y tendría que ir solo a la Pobla. Efectivamente, cuando llegué a la Pink Panther, no había nadie. En realidad tampoco sabía donde quedaban exactamente porque aquel cruce es bastante grande. Ahora sí lo sé, donde el lavadero de coches, en la acera. Pero aquel día pegué una mirada rápida por todo el lugar y no vi ninguna moto, así es que continué camino y me fui solo al lugar.


Salí de Valencia buscando la CV35 y ya en la autovía empecé a ver motos pasándome . Cada vez más, conforme me acercaba al lugar. Encontré la zona sin problemas, pues estaba bien señalizada. Al llegar a la plaza de la concentración ya había bastante gente y muchas motos aparcadas. Tanto es así que no veía ni un hueco. De pronto vi una zona, pegada a la barra donde se sacaban los tickets, que estaba vacía. Me pareció extraño porque estaba en medio del tinglado. Me vio uno de la organización y me dijo que no aparcara allí. Ya me parecía a mí que eso estuviera vacío esperándome a mí. Ya me iba a ir cuando otro de la organización que estaba en la barra le dijo al otro, déjalo que aparque ahí, si no molesta. Ole. Y allí me quedé.


Pues ya estoy en mi primera matinal. Bajé de la moto puse el caballete, me quité el casco y eché un vistazo a mi alrededor. Ya apretaba el calor. Me fijé en la gente y nadie llevaba chaqueta. Todo el mundo en manga corta, en camiseta o chaleco, pero nadie con chaqueta. Algunos me miraban, no sé si a la moto o al pardillo que había venido con una chaqueta de cuero de puro invierno, jijiji. Me la quité y empujando y plegando conseguí meterla en una de las alforjas, esperando que ningún amigo de lo ajeno viera la maniobra y decidiera desplegarla de allí. Bien, vamos relajándonos. Seguí observando a mi alrededor y vi que había aparcado al lado de un trike, ejem, en aquel momento le llame "esoquecoñoes?", con mucha gente alrededor haciéndole fotos y dándole vueltas. Era bastante llamativo y decorado con estrellas y llamas.






Miraba el rostro de la gente en busca de una cara conocida, pero qué demonios, si no le había visto la cara a nadie. Solo a un tal Mathius que tenía una foto pequeña y de lejos en su perfil. Así es que me dediqué a mirar los chalecos por detrás en busca, bien de un nick conocido o del parche de los Dracs de la Llum. No veía ni una cosa ni otra.


Bueno y ahora ¿qué hay que hacer en una matinal? Me preguntaba yo. Voy a ver qué hace la gente. La barra estaba vacía. De vez en cuando se acercaba alguien pagaba y le daban unos tickets. Pues debe ser eso. Pero decidí esperar a encontrarme con los Dracs. Me di una vueltecilla por la plaza, mirando motos y buscando nicks y parches, pero ni rastro de los Dracs. En medio de la plaza habían colocado unas mesas largas con muchas sillas y la gente que salía de la barra, venía con bocadillos y cervezas o cocacolas y se sentaban a almorzar. Entonces se trata de eso, vas a la barra pagas lo que toque, te dan unos tickets, recoges bocata, bebida y bolsa con regalos (camiseta, pin y mil papeles de propaganda) y vas y te sientas con los colegas a almorzar. Vale, ya pillo. Pues nada, me voy a la barra y saco los tickets que a los "colegas" ya los encontraré. Mecagoenmiestampa. Mientras hacía el panoli dando vueltas se había formado una cola de mil pares de cojones. Burro, novato, pardillo, me decía en mi interior. Has aparcado en la misma jodida barra, que estaba vacía, podías haber sacado el ticket y haberlos buscado después. En fin, para descargo mío, debo confesar, que leyendo por los foros sobre otras matinales, me enteré de que hacían concursos, del motero más lejano, del más joven, del más viejo, del grupo más numeroso... No quise meter la pata y me esperé por si estos participaban o bien como Dracs o como Espíritu Custom. Y esa es la explicación.


El caso es que me desanimé un poco y estaba decidiendo si coger la moto y largarme de allí o hacer aquella cola infernal y almorzar solo, cuando me pareció ver una cara conocida en la cola. Me acerqué un poco y distinguí en el chaleco un nick, Mathius y un parche con los Dracs de la Llum. Por fin los había encontrado. Iban 4. Aun así no dije nada, ni me acerqué a ellos. Estaba bastante cortado y no sabía cómo podían reaccionar. Seguí pensando si coger la moto y largarme o ponerme en la cola. Descarté acercarme a ellos pues hubiese supuesto, primero el corte de presentarme así a las buenas y segundo colarme delante de 6 ó 7 mastodontes encueraos que iban detrás de ellos. Decidí ponerme a la cola, vigilar sus movimientos, ver donde se sentaban y mientras tenía tiempo de pensar, si pillaba el bocata y me sentaba con ellos, si pillaba el bocata y me sentaba en la otra punta yo solo o si directamente cogía la moto y me largaba de allí ya quela tenía aparcada justo al final de la cola. Al final la cola aunque larga iba rapidita, pues había bastante gente repartiendo tickets y repartiendo los bocatas y regalos y bastante bien organizados. Vi que ellos salían de la barra y se colocaban en un sitio los cuatro con plazas libres a los lados. La cola avanzaba y de vez en cuando echaba una miradita para no perderlos de vista y para confirmar que seguían teniendo sitio libre. Salí de la barra con el bocata, la cocacola, la bolsa, el casco, sorteando gente. Había ido allí a conocer gente del foro, así es que decidí acercarme y almorzar con ellos. Llegué allí y pregunté si estaba libre, me miraron asombrados, pues había bastante sitio y yo había decidido sentarme allí pegado a ellos, pero no dijeron nada. Dejé los trastos y ya con las manos libres me presente."Soy Artus, de Espíritu Custom." Solo a Mathius le sonaba mi nick. Los otros 3 eran de Espíritu Custom también, pero del antiguo foro de 125. Ahora apenas entraban. Se presentaron como Dro, Roca y El Indio. Almorzamos, charlamos, tomamos un café en un bar cercano, dimos una vuelta por la plaza, mirando las paraetas de artículos moteros malos malotes, asistimos a los concursos ... Tampoco había sido para tanto. Incluso me indicaron dónde tenían ellos las motos para hacer la ruta barítima juntos. Ruta barítima, otro ingrediente típico de las matinales. Una vueltecilla con todas las motos asistentes, haciendo ruido por la población y alrededores rumbo a algún bar o local similar que ofrece cerveza, normalmente gratis, a los participantes. Yo opté por cocacola, no sea que me encuentre a la GC y me hagan soplar.


Terminada la parada, se disponían a volver al lugar de la matinal y como ya eran las 13:00 horas, opté por volver a casa a comer, aprovechando que El Indio, Dro y Roca también se iban. Mathius se quedaba. Este tío conoce a todo cristo, jejeje. Lo he podido comprobar en siguientes salidas.


Me despedí de ellos dándoles las gracias por la acogida y salimos rumbo a Valencia. Cuando llegué a mi desvió, les salude y puse rumbo a casa tras mi primera matinal.


Valoración: Pues como me dijo El Indio: "Vista una, vistas todas". Y es cierto, he asistido a unas 4 más y poca diferencia hay. Pero bueno, un día hablaré sobre lo que pienso de las matinales en general.

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