domingo, 17 de octubre de 2010

El primer viaje

En fin estaba todo listo para partir. Ya era seguro que llegaríamos de noche y Roberto nos ofreció pasar la noche en su casa y hacer el viaje tranquilamente por la mañana. Se lo agradecimos pero tenímos a los niños en casa de los abuelos y había que recogerlos. Así es que nos despedimos y dejamos Murcia con dirección a Puerto de Sagunto en mi primera experiencia inolvidable encima de mi Vstar Silverado. Recupero aquí el relato que expuse en el foro de Espíritu Custom de ese primer viaje. Fue el siguiente:


Hoy el espíritu custom ha penetrado en mi bien profundo. Siempre he creido que estaba ahí, lo sentía al ver pasar una máquina de estas, cuando las oía rugir, cuando veía sus destellos por la carretera... Hoy lo sé con certeza. Han sido 273 kms, mejor dicho, 170 millas, muy intensas. Llenas de sensaciones. Apenas dejaré constancia de algunas de ellas. Pero empecemos desde el principio.
He llegado a Murcia sobre las 18:15 y no he podido salir con la moto hasta las 20:15. Pero esas dos horas no las he desaprovechado. Como faltaban un par de cosillas en la maquina hemos aprovechado para tomar un café y charlar. Sí, sí, cuando he llegado a Murcia ya me esperaba Manazas con su chica. (En apenas dos días consecutivos he conocido a dos personas de este foro, no está mal). Nos hemos conocido, hemos charlado, me ha enseñado su Intruder... Desde aquí le quiero agradecer el detallazo de haberse acercado para acompañarme en este momento. Te has ganado un amigo para siempre compañero.
En fin, ha llegado la hora de la despedida. Con el retraso, yo ya sabía que llegaría de noche a casa y andaba preocupado y la preocupación no era en vano y más tarde sabréis por qué. Me pongo el equipo, arranco la moto, últimas fotos y salgo a la carretera N-340 de Alicante a esperar a que mi mujer sacara el coche de la acera. Comienzo titubeante, inseguro, patoso... Cuando he parado a esperar a que mi mujer se incorporara a la carretera se me ha pasado por la cabeza: "¿Qué has hecho, insensato? No estás preparado para hacer esto... Lo he visto todo muy negro. Me veía muy inestable en la moto y apenas había avanzado 50 metros ¡Y me faltaban 273 kms! ¡Virgen Santa de los Centímetros Cúbicos Consagraos! No había vuelta atrás, no quedaba sino batirse. Pongo primera y salgo marcando el camino. Mi mujer detrás más asustada que yo, si cabe, jajaja.
No llevaba ni 5 minutos en la moto, no había salido de Murcia aún, cuando ha llegado la primera alegría. En el segundo semáforo que paro me he sentido especial... Mejor dicho, me han hecho sentirme especial. Tenso, mirando el semáforo, atento a la salida y de repente oigo a una chica en el coche de al lado que me llama bajando la ventanilla: "Oye por favor, ¿puedes saludar a mi hijo?" Sorprendido, giro la cabeza y veo en el asiento de atrás un niño que no tendría los 3 años con la cara pegada en el cristal y la boca abierta y los ojos más abiertos aún, que no me quitaba ojo. Le he dedicado la mejor de mis sonrisas, dado mi estado de nervios, le he saludado y ni ha pestañeado, seguía igual de alucinado, que pasaría por esa cabeza... Estaría viendo a Terminator, a Dark Vader o al mismísimo rey Arturo en persona. Nunca olvidaré la cara de ese niño. Pero para mí ha resultado balsámico. No podía defraudarle. El semáforo se ha puesto en verde y he salido todo digno y motero yo, saludando al niño de nuevo como despedida. No me ha quitado el ojo de encima hasta que me ha perdido de vista. A todo esto, mi mujer detrás con cara de incredulidad y pensando: "¿¿¿A quien saluda este si no conoce a nadie en Murcia???" Se lo he tenido que explicar en la primera gasolinera.
A partir de aquí todo ha ido como la seda. Se han acabado las rotondas, los semáforos, la intensidad del tráfico y hemos enfilado por la autopista rumbo a casa, mucho más relajado. En la primera gasolinera que hemos encontrado he llenado el depósito y ya tranquilo hasta los siguientes 200 kms. Contador parcial en 13, por tanto hasta el 213 tranquilo. Sabía yo que hasta que quedaran unos 80 para llegar a Valencia no tendría que repostar... ejem...
Comienzo a comer kms (bueno millas, jijiji). Y aquí es donde empiezo a comunicarme con la máquina. Este bicho tiene alma, la he notado. No sé si la he traído yo, o me ha traído ella a mí. Velocidad de crucero 100 km/h para hacerme con ella, alguna vez para adelantar me ponía a 120, con mucho respeto, hasta que le he cogido confianza, o ella me la ha dado, y he pasado a una velocidad constante de 120 sin problemas. Poco viento, pocos camiones y la carretera toda para mí. En recto muy bien las ligeras curvas muy bien, pero cuando han empezado las curvas más exigentes he tenido problemillas. La inexperiencia me hacía tumbar ligeramente con los brazos. Tumbar, tumbaba, poquito, de tal manera que veía que me salía del carril, porque no tumbaba lo suficiente. El bicho no me respondía a los brazos, al menos no lo que yo quería. En una de las más pronunciadas veo que me voy a salir al carril de la izquierda por mucha fuerza que hiciera con los brazos e instintivamente he metido la rodilla izquierda en el depósito, presionando suavemente hacia el carril derecho... La moto se ha convertido en yegua y dócilmente se ha dejado llevar al carril de nuevo. A partir de ahí se acabaron los problemas. He entendido a la yegua y ella a mí. Ahí le he descubierto el alma. Kilómetro a kilómetro ha ido introduciéndose en mi interior el espíritu custom y el alma de mi máquina. Hasta me ha dado por pensar que los flecos de las manetas que golpeaban mis brazos, no sólo golpeaban si no que buscaban a propósito el contacto para establecer la conexión (todos habéis visto Avatar, supongo, jajaja).
Muchos kilómetros después, sin más novedades que el viento en la cara, los diferentes olores del paisaje, algo nuevo para mí, pues siempre he ido encerrado dentro del coche, empieza a caer el sol y a anochecer. Veía mal el contador de kms pero me ha parecido ver 70. Aun tengo muuuuuuucho margen (ay ay ay). Seguimos avanzando y bastantes kms después en una zona bien iluminada veo correctamente el contador, 100. Perfecto, aún puedo hacer otros 100... Ejem. De pronto veo un cartel: "Valencia 60 kms". ¿Me han abducido o qué pasa aquí? Soy de letras pero sumar y restar aun sé. No puedo llevar 100 y quedarme 90 (60 hasta Valencia + 30 hasta el Puerto), eso hacen 190 y de Murcia al Puerto hay 273. Lo dicho, o me han abducido durante 83 kms o algo está fallando. Empiezo a darle vueltas a la cabeza (alguno ya imaginará donde está el problema)... ¡Maldita sea mi estampa! La moto es estadounidense... Esto...¿¿¿¿ no serán millas???? Y cuantos kms son 100 millas. Ay, ay, ay... Ya he dicho antes que era de letras, ¿verdad? Sé sumar y restar, pero no ¡¡¡¡¡¡cuantos kms son 100 jo***as millas!!!!!!!!!!! Se abre una lucecita de esperanza en forma de gasolinera. Paro y confirmado. No me ha abducido nadie. Son jo***as millas, jajaja, jajaja. Aún quedaban 40 kms de margen pero el ataque me lo he llevado. Total no había marcado ni la reserva.
En fin, vuelvo a llenar el depósito y recta final del viaje con susto morrocotudo final. El susto podía haber sido fatal. Zona de by-pass pasada la salida de Madrid-Manises. Noche cerrada. Velocidad de crucero de 120 kms/h y a la altura de la salida de El Puig, a unso 15 kms de casa, algo no va bien. Vía de 3 carriles por lado con mediana de cemento. Accidente en el carril derecho. Muy poca visibilidad apenas unas luces rojas de un par de coches siniestrados y de repente se me viene encima un bulto gris (el bulto estaba parado, más bien soy yo el me iba contra él) que ocupaba el carril central. Me he acordado de mi profesor de prácticas, del examinador, de la dirección General de Tráfico y de la bendita maniobra final del examen cerrado en la parte rápida, porque he tenido que hacer esa maniobra en décimas de segundo pero a 100 kms/h ya que había soltado el puño al ver el accidente. El bulto lo he visto más o menos con tiempo a pesar de no tener ninguna luz ni zona reflectante, estaba volcado, pero la maniobra la he tenido que hacer porque a continuación del bulto venían las barras y el enganche, que es lo que he tenido que esquivar. (Aun se me ponen los pelos de punta). Miro por el retrovisor  y veo a mi mujer que pega volantazo a la izquierda y rápidamente a la derecha porque se daba con la mediana de cemento. Sólo quedaba libre el carril izquierdo. Y tras mi mujer un camión, que aún estoy flipando de cómo ha pasado. Ya había 5 coches parados pero detrás del remolque. Delante no se veía una leche.
En fin, y ya acabo. Una tarde preciosa ha podido acabar en tragedia, pero el espíritu de todos vosotros (el espíritu custom), la pericia de mi yegua y la suerte del novato, no han querido amargarme mi primer día como motero. Cuando he llegado a casa, aun me temblaban las piernas.
Chica, al garaje y a dormir tranquila que te lo has ganado. Mañana será otro día y si Manazas lo permite te presentaré en sociedad. Un beso, princesa y buenas noches.
En realidad, antes de guardar la moto en el garaje fuimos con ella a recoger a los ninios y por supuesto bajaron mis padres y hasta la abuela. Con lo que había luchado mi madre para que no tuviera moto y a los 40 le toca sufrir. Pobrecilla. Eso sí, les gustó mucho a todos. Pero coincidieron también en: ¡Qué grande!¿No te has pasado?

6 comentarios:

  1. Me encantan estas historias :)

    Felicitaciones por la burra y bienvenido al mundo Custom de parte de otro novato.

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  2. Gracias Sergio, por las felicitaciones y la bienvenida.

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  3. Vaya, vaya..., ¿y a mi porque no se me ha informado del nacimiento de este blog...?, bueno, da igual..., lo importante es que ya he escribes desdde el corazón para todos nosotros.
    Gracias Artus..., un hombre libre mas que hablará cuanto quiera.
    Un abrazo.

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  4. Jajaja, si total este precisamente ya lo pudiste leer en Espiritu Custom... Un saludo

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  5. Claro que lo leí en Ec..., ¿ y porque no leerlo de nuevo...?, es bueno.
    Por cierto, vaya fondo de blog mas chulooo....¡¡¡¡, demasiado rapido aprende usted.

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  6. En Cocentaina te doy un cursillo acelerado.

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