jueves, 28 de abril de 2011

Castillos de Cervera del Maestre, Morella y Borriol

Miércoles 27 de abril. Por fin sale el sol, tras seis días de vacaciones pasados por agua. Menudas vacaciones de pascua. Me las prometía muy felices. Pero ya el Jueves Santo se puso a llover y nos fuimos al pueblo, Montán, quedándose la moto en el Puerto, snif. Noche tras noche mirando el tiempo a ver si tenía una oportunidad de bajar al Puero a por la moto, pero nada de nada, ni un momento de respiro. Ha llovido todos los días. Ahora mismo está lloviendo de nuevo. Teníamos previsto quedarnos hasta el día 2, lunes de San Vicente, pero para estar metidos dentro de casa nos volvimos el martes. Para el miércoles daba buen tiempo, así es que tocaba sacar a la bicha de su encierro. ¡Por fin!

Así pues a las 9 de la mañana del miércoles agarro los bártulos y de ruta. Rumbo a Cervera del Maestre. Ruta habitual cuando voy hacia el norte de Castellón. Antigua nacional 340 hasta Nules para coger allí la CV10 y llegar del tirón. La CV10 es una autovía de dos carriles que circula por el interior de Castellón que ha desahogado la N340 a partir de Nules. Te permite llegar por la vía rápida a Castellón desde Valencia, ahorrándote el peaje. Los Catalanes que vienen a la Comunidad Valenciana, esperan ansiosos que continúen esa CV10 hasta Tarragona, pero me temo que van a esperar sentados, pues los dos carriles han llegado hasta el aeropuero de Castellón y ahí se convierte en una nacional con un desvío hacia la N340 hasta Torreblanca, que también hacía falta. En fin...

Para llegar a mi destino tenía que continuar la CV10 en Cabanes, convertida ya en una carretera normal y corriente con un carril por sentido para dirigirme hacia San Mateu. Muy poco transitada, y , aunque no es una carretera estrictamente de montaña tiene su sinuosidad. Vamos, que no se hace aburrida. Una vez en San Mateo, sigo la CV10 hasta el desvío a Vinaroz para llegar a Cervera del Maestre.Antes de llegar ya nos encontramos con esto:




Pero antes de ascender, una paradita logística para reponer fuerzas. Un cortadito es suficiente, que hay que guardar la línea. Un bar a pie de carretera de lo más cuco. Una terracita empedrada y como puerta de entrada un arco, a través del cual vemos a la máquina en reposo. Hoy la verdad, es que estaba ella predispuesta y fotogénica.


Había que buscar por dónde acceder al castillo. Y mucho me temo que lo que me he encontrado hoy va a ser la tónica general. Calles empinadas, estrechas y sinuosas, que ponen en verdaderos aprietos a un servidor. He llegado hasta la base del campanario-torreón y allí he aparcado para continuar a pie. Están en proceso de restauración. Reconstruyendo el muro y el torreón norte. El calor empieza a apretar y la chaqueta y el caso pesan más de la cuenta.
La base de construcción del Castillo de Cervera es musulmana y del s. XI y a pesar de la reconstrucción cuando entras al recinto la decepción es grande. Desde lejos esperas otra cosa. Una vez dentro el recinto está prácticamente vacío. Quedando solo en pie las murallas exteriores y fragmentos de los torreones.

Puerta de acceso:


Esto es lo que queda de la Torre del Homenaje:


Se sitúa sobre un cerro que domina la Rambla de Cervera


Muralla Norte restaurada


El Torreón del norte en proceso de consolidación y restauración




Torrrón del este, con la rambla de cervera abajo. Es un impresionante río de grava.


La muralla sur también restaurada


Y la salida:


Justo a los pies del castillo encontramos la torre de San Vicente pegada a la iglesia dando algún que otro rincón pintoresco:






Una de las calles que dan acceso al Castillo


A estas alturas eran las 11:30 de la mañana y esta vez sí, tenía tiempo de acercarme a la comarca dels Ports y visitar la bella ciudad de Morella. Así es que puse rumbo a las montañas. Vuelvo sobre mis pasos hasta San Mateu y de allí por la CV132 a buscar la N-232 que nos lleva a Zaragoza. A mí con que me lleve a Morella es suficiente. Buena carretera de montaña. Sin mucho tráfico, aunque de vez en cuando parece que suelten riadas de camiones que pasan a una velocidad endiablada. Sobre todo en el puerto de Querol, sin duda lo mejor de la mañana, pero hay que ver los sustos que te pegan los camiones bajando y subiendo zumbados ese puerto. Tanto al subir como al bajar he intentado parar para fotografiar la carretera, pero me ha sido imposible. Al subir por no haber sitio donde dejar la moto sin poner en peligro la circulación y al bajar porque en los sitios donde podía dejar la moto, cuando buscaba un enfoque adecuado no lo encontraba... Así es que he optado por echar mano de Google Earth:


No es lo mismo, pero os podéis hacer una idea de lo divertida que es la ascensión. No me ha gustado tanto el descenso. Una vez pasado el puerto de Querol comienza el descenso y tras unas cuantas curvas nos aparece a lo lejos la villa insigne de Morella en todo su esplendor:


Lástima de no tener mejor zoom. No se aprecia tanto. Pero desde este punto, Morella parece un pastel. Ya de más cerca



Y por su lado norte, abajo a la izquierda podemos observar la Puerta de SAn Miguel


Pero antes de llegar unas fotitos a los Arcos de Santa Llucia






Como os decía la blanquita estaba de pose hoy, jejeje. En fin, me he adentrado por la puerta de San Miguel y he enfilado hacia arriba. La famosa calle central de Morella llena de comercios y bares y cómo no, llena de turistas. Un poco agobiante. No se podía aparcar en ningún sitio, ni siquiera la moto. Así es que he entrado por una puerta y he salido por la de Forcall:



He salido de la población y he vuelto a entrar por la Puerta de San Mateu



La ascensión al castillo era impensable, por la hora y porque tenía que dejar la moto abajo del todo y subir cargado con casco y chaqueta. A estas horas el calor apretaba de lo lindo. Además, el acercarme a Morella, era simplemente de forma testimonial. Para ver Morella completa necesitas toda una jornada. Os animo a que la visitéis a quienes no lo conozcáis aún, no os decepcionará.

Tocaba regresar a casa. Volviendo sobre mis pasos, regreso a San Mateo a buscar la CV10. Tentado he estado de coger un desvío donde ponía A Castellón por Ares, pero el tiempo se me echaba encima y quería intentar sacar una foto del descenso de Querol. No ha sido el único desvío que he estado tentado de coger. Ha habido muchos otros, por muy diversas razones, pero ya hay excusa para volver por estos andurriales. Antes de llegar al puerto de Querol he parado a observar este paisaje bucólico:


Justo a mis espaldas uno de los letreros tentadores... Villabona 18 kms. Atención carretera estrecha, 5 metros de anchura máxima... jejeje. Volveré, volveré... A mí no se me hacen esos guiños sin quedar impune... Cualquier día de estos me preparo una salida a ciegas, como los antiguos caballeros andantes. Hacia donde me guíe mi montura...

Una vez en la CV10 a la altura de Borriol ya había visto en varias ocasiones un castillo en lo alto de un cerro dominando esta población. Así es que he aprovechado para desviarme, entrar en la población y buscar el acceso. De nuevo me he encontrado con callejuelas estrechas y empinadas y algo peor... Según iba ascendiendo he perdido de vista el castillo y por una de las calles que ascendían a mi derecha bajaba un muchacho. Le he preguntado si por ahí subía al castillo y me ha dicho que sí. Al fondo de la cuesta veía que viraba a derechas. Le he preguntado si estaba difícil para subir con la moto... No, no, sin problemas. Tampoco tiene la culpa. Un niño de 10 años no sabe lo difíciles que son de manejar estos bichos por esas cuestas. Total enfilo hacia arriba y primer susto, he salido culeando hacia arriba. La rueda de atrás se ha vuelto loca, patinando a izquierda y derecha. Empezamos bien. Logro estabilizarla mientras asciendo y al llegar a la curva... ayayayay... es más cerrada de lo que esperaba... La moto se cala en medio de una curva y en una pendiente de vértigo, juas. Y ahora que hago yooooooooooo. Me fijo en el suelo y entiendo porque ha patinado al principio de la cuesta. El firme es cemento, pero en muchas partes parece mármol de lo pulido que está. A ver como salgo yo de aquí. Con el freno delantero a tope, arranco la moto, pongo primera y acelero soltando embrague y sale rugiendo y culeando como una loca. A punto he estado de irme al suelo. Arriba del todo, tres lugareños me observan con curiosidad. Finalmente logro estabilizar la moto y enfilar hacia arriba sin que patine... Ufffffff. He pasado por al lado de los lugareños con aire de suficiencia, pero ¡qué mal lo he pasado! Encima, del castillo ni rastro. He descendido a la calle principal y he continuado un poco más adelante hasta encontrarme de nuevo bajo el castillo.


El castillo de Borriol es de origen musulman, pero la práctica totalidad de la construcción es cristiana. Al parecer sería primitivamente una torre de vigilancia, que servía para vigilar la Vía Augusta que pasa a sus pies. Desde la carretera y desde donde hice la foto no se ven posibles accesos, así es que deduzco que el acceso estará por la parte norte, justo por detrás.

Para variar, se me había echado el tiempo encima y con el susto de la ascensión casi accidentada, se me han quitado las ganas de buscar los posibles accesos. Otro día será. De vuelta a la CV10 y directo a Sagunto. Esta vez, ni secundarias ni gaitas.

343 kms de ruta muy variada y entretenida.



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domingo, 17 de abril de 2011

Conjunto Histórico de Moya, Cuenca

Tras dos fines de semana seguidos sin poder salir, ayer sábado había que rodar, sí o sí. En realidad la moto no ha parado, pues con la llegada de la primavera estas tres últimas semanas el coche se ha quedado aparcado y la Pequeña Estrella Blanca se ha llevado el protagonismo. Pero solo para ir a trabajar. Los fines de semana se ha quedado parada. Hasta ayer. Y las previsiones meteorológicas no pintaban bien.

Para esta salida, sí ha habido previsión. He estado toda la semana escudriñando la geografía valenciana y alrededores y en un par de blogs aparecieron pueblos abandonados. Esa podía ser una opción. Pero tras varios intentos, tuve que desistir, pues para acceder a esas poblaciones abandonadas, normalmente en plena montaña, solo hay pistas forestales, en el mejor de los casos. Son territorio off-road y para llevar, mínimo una trail. Como no es el caso, pues iba a cambiar la búsqueda hasta que di por casualidad con el Conjunto Histórico de Moya, en Cuenca, muy cerca de la frontera con la Comunidad Valenciana, una villa medieval abandonada. Pintaba muy bien y aunque tuviera que hacer un trecho andando, decidí que había que intentarlo.

Miré la previsión del tiempo y mala suerte, daba lluvias en la zona de Cuenca a media mañana. Daba igual, ya había decidido el destino y hasta allí me iría. Como no estaba muy lejos rastreé la zona en busca de algunos otros castillos que poder visitar. Algarra, no muy lejos de Moya y un poco más arriba, Salvacañete. Este último, con especial interés por ser el pueblo de mi abuela materna. Para la vuelta, ya que tenía previsto volver por Utiel, me acercaría a Caudete de las Fuentes. Bueno, todo esto es la teoría, porque al final, nada de nada. Moya y ya es bastante. Como planificador, estoy resultando un desastre. Pero qué queréis, en el google maps está todo tan cerquita... jejeje. Pero luego la realidad es otra. El estado del asfalto, las curvas y la pésima señalización que tenemos en este país, dan al traste con cualquier planificación. Si además esta es tan generosa por exigente, pues pasa lo que pasa.

Salgo a las 9:00h. Como voy solo y quiero ver varias cosas, no busco secundarias y me voy directo a la CV35 en dirección al Rincón de Ademuz. Aún en la A7 a la altura del desvío de Náquera, empieza a llenarse la panatalla de agua. Pues empezamos bien. Ha faltado el pelo de un calvo para que diera media vuelta y me fuera a casa. Pero he apretado los dientes y me he repetido en mi interior: "Semos moteros y hemos nasío pa rodar"... jejeje. Adelante pues. El traje de lluvia en la alforja. Ha sido solo un chaparrón. El cielo estaba gris, bastante cerrado, pero al entrar en la CV35 ha dejado de lloviznar. Hacia el interior se veía, no la luz, pero algo más de claridad.

Velocidad de crucero por la autovía de 3 carriles que es la CV35 de Ademuz. Claro que esto va perdiendo fuelle, conforme de alejas de la costa. Esta autovía que comienza con 3 carriles por sentido, pierde uno en cuanto desaparecen los centros comerciales y las urbanizaciones. No sé si pasado Casinos o antes, pierde otro carril. Yo conocía esta autovía hasta el desvío de Chulilla, nada más. A partir de ahí, todo era nuevo. Así pues la autovía de 3 carriles se convierte en una carretera decente con un carril por sentido. Pero esta carretera va perdiendo personalidad conforme te vas acercando a las montañas y se convierte en una gozada, pues de los tres carriles iniciales llegamos a esto:


Carretera de Montaña pura y dura. Muy divertida. Supongo que para el que lleve años en la moto, esta ruta será de lo más habitual, pero a mí me pillaba de nuevas. A disfrutar como un enano. Pero por otro lado, empiezan a torcerse las previsiones. De pensar en llegar por la vía rápida a destino a encontrate con el goce del paseo a mitad de camino. Atravesar Calles, Chelva (paradita logística para repostar montura y jinete), Tuéjar, Titaguas, Aras de los Olmos... Antes de llegar al río Turia, parada para estirar las piernas y disfrutar del paraje a través del mirador de los Rubiales.


 La CV35




Un pequeño descenso, creo recordar con un 18% para llegar al puente sobre el rio Kwai... uy, tonto estoy, el Turia, quería decir el Turia. Aquí por cierto estuve cuando desde Montán fui a Ademuz con los Moteros de Montán. El paraje extraordinario. Parada obligada a pesar de la peligrosidad y de las rayas amarillas de todo el puente para que no pares. Pero a ver quien se resiste a esto:





Lástima el día gris, que ha deslucido el paisaje, amén del fotógrafo y su máquina...

Sigo bordeando el río Turia en dirección a Ademuz hasta Santa Cruz de Moya. Ha terminado la CV35, pues estamos en Cuenca y cojo el desvío hacia Cuenca, la N330a. El cambio espectacular.


Sobran comentarios. Lástima no poder ver la sonrisa de oreja a oreja tras subir eso. El asfalto parecía de circuito. Parecía que lo habían puesto ayer. A partir de aquí me hice un poco de lío, pues al llegar a Manzaneruela, me desvié hacia allí en vez de seguir hasta Landete, bajando tontamente hasta Graja de Campalbo y Talayuelas, para subir de nuevo a Landete. En talayuelas paré a tomar un cortado calentito, pues al estar el cielo encapotado y con una especie de neblina que empapaba constantemente la pantalla de la moto, hacía algo de frío. Ya lo notaba yo en el cuerpo, pero cuando ves a los lugareños paseando por la calle con el polar puesto...

En el bar de Talayuelas, la anécdota de la mañana. Un bar muy chiquitín en la plaza. Dentro 4 mujeres, 5 con la camarera. 50 y muchos o 60 y pocos. Hace apenas 20 años esto era muy poco habitual en zonas rurales o en pequeñas poblaciones, donde el bar era territorio exclusivamente masculino y si una mujer entraba la miraban con malos ojos... Los hombres no, por supuesto... Je, je, je. Al poco entra un joven de unos 20 muchos, hijo de la dueña y comentan entre risas, no sé qué del endocrino y de que tiene el mozo el colesterol por los aires y se han puesto todas a darle consejos y a compararse los niveles de colesterol y triglicéridos de cada una. A todo esto, el mozo ha explicado lo que ha almorzado y si su endocrino se entera se le para el corazón. El almuerzo ha consistido directamente en una sobredosis de colesterol descomunal. Que le quiten lo bailao, oyes.

Llover no llovía pero las sillas de la plaza aparecían cubiertas de pequeñas gotitas de agua, al igual que la pantalla de la moto. Ha estado toda la mañana igual. Yo no veía caer las gotas, simplemente aparecían allí.

He salido de Talayuelas en dirección a Landete y preguntando he dado con Huertos de Moya y finalmente con Moya. Alguna señal indicando el conjunto Histórico hay, pero a veces no están muy a la vista y sinceramente, me parece muy triste que semejante conjunto no se anuncie, no por los alrededores, no, en las carreteras Nacionales, aunque estén a 70 kms.

Ya de lejos el conjunto promete:



Rodeamos la montaña y llegamos a la parte este, a los pies del Conjunto, El Arrabal. Se pueden ver algunas casas habitadas.


A la izquierda, en la zona sur de la loma, las ruinas del castillo.


La carreterilla que da acceso al Arrabal, aunque en mal estado, como se puede apreciar, todavía tiene asfalto. Subo hasta donde pueda con la moto y el resto lo hago a pie. Al llegar al Arrabal giras a izquierdas por un camino que algún día estuvo asfaltado, jejeje. Pero bueno, se puede circular. Para llegar a las puertas de la villa medieval sube ese camino en un par de zigzags de esta guisa:


En la ultima rampa el asfalto desaparece y quedan unos 100 metros de pista de tierra, donde el agua ha hecho unos cuantos surcos que casi dan con mis huesos en el suelo. Faltó poco la verdad. Aparco la moto, dejo el casco y los guantes y admiro el panorama. Se me pone la carne de gallina ante lo que tengo delante. Por cierto son las 12:00 ya y en este momento he decidido que no veré nada más hoy. De aquí directamente a casa. A simple vista, aquí hay mucho que ver. Y lo mejor, he podido llegar hasta las ruinas con la moto, sin tener que andar.

Una vez acabado el recorrido por las ruinas, queda clara la importancia que tuvo la villa en la Edad Media. La villa no es muy grande, pero encuentras cuatro iglesias, un convento, y dos hospitales, además del castillo. Buscando información por internet se confirma la importancia de la villa, por su situación geográfica, en la intersección de los Reinos de Aragón, Castilla y Valencia. Además los estudiosos hablan de la importancia de la población, por el número de puertas de acceso. Un total de cinco, más la del Castillo 6. La mayor parte de las puertas están en la vertiente este de la loma, pues en la oeste la villa se asienta sobre unos escarpados riscos y con una sola puerta se controlaba el acceso por ese lado. 

Los primeros trabajos de recuperación del conjunto histórico se han dedicado a las murallas del recinto y a las puertas, todas ellas restauradas.

Entrando desde donde he dejado la moto, esta es la primera puerta que encuentras.


Pero si entras subiendo desde El Arrabal andando esta es la primera que atraviesas. Una doble puerta. Cruzas la primera:


 Y giras a derechas para afrontar la segunda, que da acceso al primer recinto que rodeaba la antigua villa.


Y nada más cruzar la puerta y dentro del pasillo que bordeaba la segunda muralla nos encontramos las ruinas de la primera iglesia:






Justo enfrente de esta iglesia nos encontramos una tercera puerta.


Pero decido continuar hasta el final de la muralla:


Ese caminito desemboca en la cuarta puerta, la situada más al norte.


Antes de entrar vuelvo la vista atrás para fotografiar de nuevo la iglesia semiderruida que acabamos de dejar:


Atravieso la puerta y por fin me encuentro dentro de lo que es estrictamente la villa medieval. Lo primero que nos encontramos es el Convento de las Monjas de la Concepción, en proceso de restauración.



Justo detrás de mí, aparece la segunda iglesia, aunque no lo parezca. Tiene más pinta de corral.


Y yo como un niño con zapatos nuevos. Mi debilidad cuando visito castillos es poder moverme libremente por ellos, sin puertas cerradas, ni nadie molestando. En un castillo en ruinas acabas en seguida, pero el placer de colarte por puertas semiderruidas, localizar estancias y las distintas partes del castillo es impagable. Pues bien, aquí no solo tenía un castillo, ante mí tenía 4 iglesias, un convento, dos hospitales y un par de calles flanquedas por casas en ruinas... Se me hacía la boca agua.

Desde la puerta de esa iglesia arranca la calle que nos lleva a la tercera iglesia, la única iglesia que queda en pie, ya que ha sido restaurada, situada en lo que debió ser la plaza de la villa. Se pueden apreciar los arranques de los muros de las casas flanqueando la calle, en la que se ven todavían algunos adoquines.


Antes de llegar a la plaza, aparece a la derecha y detrás del Convento la cuarta iglesia, también en ruinas.




Y ya en la plaza la Iglesia restaurada:


Me he sentado en un banco de piedra que hay adosado a las escaleras de la iglesia, abrumado por tanta historia en el suelo. Me consuela el hecho de que se está invirtiendo en la recuperación de este conjunto. Pero me da a mí, que las inversiones vienen con cuentagotas. Actualmente se está trabajando en el Convento, que por cierto, estaba cerrado, grrrrrrr... Lo entiendo, por los trabajos, además, hay tanto para ver... Este conjunto debería restaurarse al completo, piedra a piedra, casa por casa. No es más que un fragmento de nuestra historia. Solo de ver la distribución de la villa, las calles, las puertas, las iglesias, el castillo... se puede mostrar como se vivía en nuestra antigüedad. No puedo imaginarme la cara de felicidad de un profesor de historia en medio de la plaza rodeado de sus alumnos explicando la forma de vivir de nuestros antepasados. Impagable.

Saliendo de la plaza hacia el sur de la loma encontramos a mano izquierda los restos de uno de los hospitales:


Y a mano derecha, una calle que desciende hacia la puerta cinco, la única del acceso oeste. En esta calle si se aprecian perfectamente los adoquines del suelo:


Vuelvo a la calle principal y me dirijo al sur, en dirección al castillo:


Seguimos viendo los restos de las casas a ambos lados de la calle. Denro, se aprecian también las diferentes estancias, todas ellas muy pequeñas. Nada de pisistos de 120 m2. Volvemos la vista atrás para ver la plaza que hemos dejado.


Y al final de la calle, la joya de la corona:




La puerta de acceso


 El foso


En el interior, mucha ruina. Se ven algunas dependencias y la planta baja de la torre del homenaje, muy deteriorada por desalmados que tienen la manía de dejar su firma para la posteridad. "Vanesa y Luisma estuvieron aquí en 2001"... Pues me cago en la estampa de Luisma y de Vanesa. La próxima vez os lo tatuáis en la frente... Que asco, por dios. Toda la planta baja llena de restos de botellas, hogueras y pintadas... Una pena. Las demás plantas de la torre se encuentran cerradas por una verja. Grrrrrrrrrr. Pero en fin, viendo la planta baja casi prefiero que preserven el interior de las Vanesas y los Luismas... Poco más que ver en el interior, así es que me he dedicado a hacer fotos de lo que me rodeaba.




Vista al oeste


La villa desde el castillo


La quinta puerta, la del acceso oeste. Por cualquier otro sitio de esta zona es imposible el acceso por lo escarpado del terreno.







El foso por el otro lado.






A esta última foto solo le falta el anochecer brumoso de las leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer. La ligera niebla, las ruinas, la tranquilidad, el silencio... hacía volar mi imaginación una y otra vez a esas leyendas llenas de elementos sobrenaturales. Divisando desde aquí el campanario de la iglesia, solo faltaba escuchar el sonido fantasmagórico de unas campanas inexistentes...

En resumen, un lujo de visita y un lujo de ruta.

Hora y media he pasado en las ruinas y había que volver a casa. No había tiempo para más. Queda pendiente, pues, para otro día las visitas previstas. Es lo que más me gusta de estas salidas. Lo que te dejas por ver, para tener que volver.

La ruta hasta Utiel un lujo de carretera, muy divertida. Una vez en la A3 velocidad de crucero hasta la A7 y a casa, cruzando los dedos para no pillar un chaparrón que he estado evitando, sin querer, durante toda la mañana. Parecía que iba por detrás de la tormenta, pues en algunos tramos veía la carretera con charcos, pero nunca me ha caído nada serio encima, con lo que el traje de lluvia se ha quedado en la alforja.



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