jueves, 27 de septiembre de 2012

Villahermosa

Comienzan las vacaciones de verano y a principios de julio comienza nuestro particular ir y venir del Puerto a Montán y de Montán al Puerto. Fue el caso del primer fin de semana, días 8 y 9 de julio. Hay que ir adecentando y preparando la casa para las jornadas estivales que se avecinan. Tenemos en ciernes el viaje del aniversario de este año y hay que ir preparándolo todo.

Y desde Montán se imponía una salidita corta pero intensa. El domingo 9 de julio salí a rodar por mis carreteras favoritas en busca de lugares ya visitados pero por carreteras nunca transitadas. Destino, Villahermosa del Río vía Zucaina.

De Montán a Montanejos por la CV-195, trayecto este que habré hecho este verano más de 40 veces. Pasado Montanejos, en el puente que cruza el Mijares, desvío a la derecha en dirección a Zucaina. Como a mitad del camino viene un desvío hacia San Vicente de Piedrahita que es el que cojo habitualmente, pero esta vez decido visitar Zucaina. A partir de ahí carretera desconocida. Suele ser destino de los moteros de Montán para hacer una salida corta para curvear, almorzar y a casa. Como era muy pronto aún hice una parada de cortado y a continuar por la CV-190 en dirección a Castillo de Villamalefa, pero antes de llegar, tomo el desvío de la CV-176 en dirección a Villahermosa del Río. La carretera no decepciona. Toda la parte nueva que no conocía es divertidísima.

Villahermosa se encuentra situada en la ladera de  una montaña justo entre la confluencia de dos ríos, el Carbo y el Mayor. Cuando vienes por San Vicente, que es la ruta que hago habitualmente y por la que volveré a casa tienes que descender al río para ascender de nuevo a Villahermosa por una carretera espectacular, llena de curvas vertiginosas, pero con muy buen firme y rodeado de pinos. Antes de descender, ya encontramos esta bonita estampa


Nada más llegar en la parte alta tenemos la joya de la población, el castillo de Villahermosa.


La primera vez que visité el castillo, en la puerta pequeñita que se ve en la puerta de entrada, tenían colocada una cortina de esas de aluminio... El efecto era demoledor. Menos mal que han prescindido de ella. El castillo es propiedad privada y vivienda habitual. Que lujazo de residencia y en plena población...
El castillo es de estilo mudéjar y data del siglo XIII probablemente, mandado construir por Abu Zayd, aliado del rey Jaume I.

Tras una breve parada en el centro de la población para pegar un bocado, decido poner rumbo a casa, esta vez por carreteras ya conocidas, pero no por ello menos divertidas. La ya mencionada variante hacia San Vicente de Piedrahita, la CV-197. San Vicente es una pequeña población, famosa por su embutido. Parada en la plaza del pueblo a tomar un cortado y anécdota de la jornada.

En la mesa de al lado, unos afables lugareños almuerzan junto a mí. Uno de ellos se queda mirando la moto y me dice: "Te compro la moto. Eso tiene que ser bueno para arar el campo..." Jodó. Jajaja. Declino la oferta amablemente, no sin antes decirle: "Fuerza tiene, pero no me la veo yo entre caballones y con un arado en la parte de atrás..." Al final no supe si tomármelo como un cumplido o como una mofa... opté por lo primero, jajaja.

Salí de San Vicente, despidiéndome de la compañía a buscar el enlace a la CV-195 que me llevaría primero a Montanejos y después a Montán.

Salida corta, como dije al principio, pero muy agradable, por las carreteras conocidas y por las que acaba de conocer.

CARPE DIEM

martes, 18 de septiembre de 2012

Incursión por la Sierra de Espadán


Cuando escribí la entrada anterior, me quedé sorprendido al ver que desde mayo que compré la moto hasta el 24 de junio que fue la matinal del Grao, no la había cogido para rodar un fin de semana. Efectivamente me equivocaba. Los bailes de fechas me llevan loco. Efectivamente, el 10 de junio saqué la nueva adquisición a pasear. Decidí atravesar la Sierra d' Espadà de sur a norte. Una ruta de 200 kms. en las que pasé 6 horas encima de la moto y no pasé de 90 en toda la mañana, ni siquiera en el tramo final de autovía de vuelta a casa. 

El objetivo era entrar a la Sierra por Soneja, pero evité la autovía Mudéjar y subí por la antigua vía de servicio. Una vez en Soneja, hacia el interior, en busca de las montañas, hacia Almedíjar. Las vías y el entorno, de lujo, para rodar con tranquilidad, disfrutando de la naturaleza...




Restos del castillo de Aín, situado en lo alto de un cerro entre Almedijar y Aín. De origen islámico, anterior al siglo XIII. Fue foco importante durante las revueltas moriscas del siglo XVI. De esta zona me llamó la atención dos poblaciones muy cercanas entre sí, con toponimia cristiana e islámica, Castellnovo y Almedíjar, que denota la influencia árabe en la zona. Desgraciadamente, como pasa en casi todas las fortificaciones del entorno está en ruinas y muy deteriorado. Apenas queda un torreón y partes de muralla. No tiene acceso por carretera, así es que me limité a las vistas desde la carretera, con pésimo resultado, jejeje. 




Continuamos ruta, rumbo a Alcudia de Veo, sin abandonar las carreteras estrechas, sinuosas, pero con buen firme, aunque no lo parezca.


Hacía hambre ya, así es que de refilón vi este hostal al borde de la carretera y decidí parar a reponer fuerzas. Fue el acierto de la mañana. A posteriori, y viendo cómo había almorzado, creo recordar haber oído mencionar el nombre del pueblo en conversaciones motero-gastronómicas. Eran las 9:15 y no daban de almorzar hasta las 9:30. Me sorprendió al principio, pero luego lo entendí. El bar estaba a rebosar y cuando dieron la salida, todo el mundo se agolpó contra la barra. Yo detrás. "Donde fueres, haz lo que vieres". Curioso sistema. Te acercas a la barra donde un camarero con un plato en la mano, te pregunta con qué quieres que lo llene. Toda la barra llena de cositas "ligeras", jejeje. Embutidos, bacalao, calamares, sepias, pimientos, pancetas, torillas varias... "¿Y esto como va?", pregunté ingenuo... "Lo que te quepa en el plato"... contestó el camarero, con un plato llano de los grandes en la mano... Fui comedido, últimamnete, procuro cuidarme un poquito, pero como tampoco sabía ni el precio... Luego resultó, que daba lo mismo que te pusieras una longaniza, que te llenaras el plato. Con cerveza, olivas, cacaos, cebolla tierna con sal y el café... 6€. Pa flipar. Y todo buenísimo, oiga. Y recién hecho. La especialidad parece ser que es el bacalo frito, más que nada, por que todo el abuelar autóctono, lo pidió. Incluso acabaron con las existencias en un santiamén, y esperaban a que saliera otra tanda. Había que probarlo, pues. Buenísimo. A parte del personal autóctono, el bar se llenó de ciclistas de buen comer y moteros de toda raza y condición. Conclusión, totalmente recomendable y por supuesto repetiré.


Antes de continuar viaje, un cigarrito a las puertas del bar y justo enfrente, el castillo de Alcudia. También de origen islámico, más o menos de las mismas fechas que el anterior. Las primeras noticias de ambos es que fueron conquistados por Jaume I, entre 1235-1240. Aunque está en ruinas, se conserva prácticamente la totalidad del recinto amurallado y gran parte de la torre del homenaje. Se accede por un sendero empinado no apto para Dragstars. Un día de estos cojo la lata y a la familia y nos hacemos una excursión... Al parecer vale la pena.


Nos encontramos en pleno corazón del Parque Natural de la Sierra de Espadán y decido salir por Tales y Onda, para buscar Argelita, en la CV20. En realidad, no tenía predefinida la ruta. Lo único que pensé es entrar por Soneja y ya veremos por dónde salgo. Una vez en Argelita, vi el desvio a Ludiente y hacia allí me encaminé, dejando a la derecha un puente que daba acceso a una carretera de lo más apetecible. Pero ya volveremos por allí. Hacia Ludiente, más de lo mismo. Buen firme, curvitas y pinos. Por toda esta zona es difícil pasar de 40 k/h.


Paradita de reposo y viendo que me estoy desviando hacia el noroeste, decido volver sobre mis pasos, hacia esa carreterilla del puente, nada más pasar Argelita, que me llamaba con susurros.


Y desde esa carretera...


El castillo-palacio de Argelita, situado en la misma población. Más de lo mismo, data del S. XIII, de origen morisco, como todos los de la zona. Las torres que se aprecian están restauradas.


Seguimos empapándonos de naturaleza, mimetizándonos con el terreno


Y disfrutando enormemente de las estampas que nos ofrece la Sierra de Espadán, más pequeña que la de Gúdar-Javalambre, pero igualmente agradecida...


Y aun quedaba el ascenso hasta Lucena del Cid y por la CV190 descender a L' Alcora a buscar la CV10 de vuelta a casa. Como el tiempo apretaba ya, poco podía detenerme, pero esos dos tramos son también geniales, con algunas curvas de infarto, de pasarlas a 20...

En resumen, esta sí fue la primera salida con la nueva bicha y realmente, salí a disfrutar y es lo que hice. Lo echaba de menos, curvas, montañas y soledad... Y un buen almuerzo, claro está. De hecho todavía llevaba el asiento original de la Dragstar... Hasta ese día, porque enseguida decidí poner el mustang...

CARPE DIEM...