sábado, 29 de enero de 2011

A Gaibiel con el Komando Saguntum

Día 2 de enero de 2010. Domingo soleado, ideal para la primera salida del año. Normalmente por estas fechas ando por Jaca para que esquíen los niños. Pero este año las cosas no van muy bien. Eran malas fechas para mis anfitriones y teníamos a mi abuela muy delicada desde mediados de noviembre. Mejor retrasar el viaje a la nieve para marzo. Así es que había que decidir dónde salir el domingo.

Sopesando posibilidades y rastreando salidas por los foros, ya estaba meditando hacerme una escapada en solitario cuando en el foro del Komando Saguntum de Ruta 66 Custom vi que iban a almorzar a Gaibiel. Así es que me presenté en la Cubana a las 9:00. Ya conocía a algunos de mi anterior salida con ellos, pero había nuevos integrantes. Siempre es bueno conocer gente nueva. La parte negativa estaba en Michel, al único que conocía en la anterior salida. Había tenido una caída en la comida de Navidad del grupo y se había quedado sin moto. Afortunadamente él no tenía nada. Tan solo magulladuras.

Tras los saludos y presentaciones pertinentes nos pusimos en marcha. Había que salir rumbo a Sagunto para recoger a un miembro que nos esperaba en el Carrefour.
De allí salimos por Sagunto a la A-23, Autovía Mujéjar, para salirnos enseguida en Gilet, para subir por la vía de servicio, mucho más divertida que la autovía. Además he descubierto que puedo llegar a Montán evitando la autovía, con lo que  mis viajes al pueblo van a cambiar de ruta. Tardaré más, pero evitaré la autovía.

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Hasta Segorbe, son carreterillas secundarias sin mucho tráfico, y a partir de Segorbe carreteras de montaña llenas de curvitas. Las poblaciones muy similares a las que me encontré subiendo a Torralba del Pinar. Es la misma Sierra de Espadán, ahora por la vertinete suroeste. En mi última salida en solitario entré en la sierra por la parte nordeste. Así es que el paisaje y las carreteras similares. 

Llegamos a Gaibiel sin contratiempos, salvo la retirada de Perseo, que siempre sale con el grupo, pero al parecer nunca acaba las salidas. Siempre tiene que volver antes por cuestiones familiares. Pero eso sí, no se pierde ni una, jejeje.

Accedemos a una placilla por unas callejuelas empinadas y nos cuesta encontrar un sitio donde dejar las motos. Poco a poco vamos encontrando huecos en llano y nos dirigimos al bar del almuerzo. Una grata sorpresa. Un Bar-Restaurante muy moderno. No le pega al pueblo, para nada. Pero almorzamos de lujo. Bocatas variados, algún plato combinado por aquello de evitar el pan y guardar la línea, olivitas, cacaos y un lugareño nos ofreció un plato con guindillas y táperas del terreno y caseras, todo ello remojado con vinito, cervezas y gaseosa. Bueno y con algún que otro paseillo al exterior por aquello de cumplir la nueva ley del demonio. Manolo Mavis hizo un intento con el camarero: "Por favor, ¿un cenicero?" Y el camarero muy amablemente nos dijo: "Está en la puerta". Jejeje. Pues eso, hay que adaptarse. Algunos lo llevan mejor, otros peor. Algun lugareño mostraba abiertamente su disconformidad con el dueño del local, en broma, claro. Pero a fumar a la calle, con nosotros.

Tras el agradable almuerzo, salimos a 8€ (un pelín más caro que de costumbre, pues últimamente ronda los 5 ó 6 €), había que volver a casa. Mientras cada cual recogía su montura, esperábamos en la carretera la llegada de todos. Un total de 10 motos.
Y todo esto bajo la atenta mirada de un testigo mudo:

El Castillo de Gaibiel. Es a lo que me refería en mi entrada anterior. Apenas pude hacer esta foto del castillo. Me hubiese gustado acercarme, visitarlo, escudriñar por sus alrededores y fotografiarlo en condiciones. Además, en otra de las poblaciones por las que pasamos, de la que no recuerdo el nombre, había otro castillo. Pero vas en grupo, perteneces a la manada, y en ella debes permanecer. Yo entiendo esto así. 

Volveré por la zona a visitar estas reliquias de nuestro pasado. Es otra de mis pasiones. Antes de tener niños mi mujer y yo viajábamos para ver ruinas, torres, castillos y fortalezas. Encontrarme con este castillo me hizo reencontrarme con mi pasado y ¿por qué no?, con mi futuro. Pienso hacer salidas a la busca y captura de ruinas, torres, castillos y fortalezas. De hecho, hoy que ando escribiendo esto, acabo de volver de esa primera salida. Pero eso será motivo para otra entrada, con la que daré por terminada mi historia en pasado con la moto, para dejar paso al presente y al futuro. Por fin, me pondré al día. Pero acabemos esta primero.

Abandonamos Gaibiel, rumbo a Jérica, a buscar de nuevo la Autovía Mudéjar que nos llevará directamente de vuelta a Puerto de Sagunto. Algunos habían quedado en ir al Grao a terminar la ruta con unas cervecillas. Yo decidí volver a casa, pues eran cerca de las 14:00. Pensé en pasar a ver como andaba la abuela, pero como se hacía tarde decidí volver a casa directamente, comer y visitarla por la tarde. 

Así di por finalizada mi primera salida del año... solo empañada por la llamada de mi padre a las 15:30h.  El corazón de mi abuela había decidido dejar de luchar tras mes y medio haciéndolo y se paró. A sus 89 años nos dejó, pero seguro que allá donde esté velará por mí, como lo ha hecho siempre en mis 41 años de existencia. Ráfagas por ti, Manolita... y sí, tendré cuidado con la moto.

lunes, 24 de enero de 2011

Abriendo caminos

Por fin las lluvias nos habían abandonado y se abrían grandes claros en los cielos de la Comunidad Valencia. Había que salir el domingo sí o sí. Tenía en mente varias posibilidades, pero en casi todos los foros que frecuento se hablaba del almuerzo de ACDM La Bruixa de Burriana, Castellón, para el 12 de diciembre. Últimamente se han unido en el foro de Moteros Custom algunos castellonenses y ya ha habido algunos intentos de quedar para conocernos, pero nunca han llegado a cuajar. Parecía un buen evento para conocer a los de Castellón. 

Además trabajé el año pasado en Burriana y me apetecía volver por allí. A los de ACDM La Bruixa no los conozco, pero si he coincidido con ellos un par de veces, la primera en mis inicios moteros en el primer motoalmuerzo que me encontre por casualidad en Mora de Rubielos. Allí vi por primera vez el parche de la Bruixa. Luego me los volví a encontrar en la matinal de la Falla els Vents, de aquí de Puerto de Sagunto.


El caso era salir y cualquier sitio era bueno. Me levanté tempranito y me pertreché con los bártulos de invierno, que las lluvias se habían ido pero hacía fresquito. Pregunté en el foro dónde andaba el Llar Faller, donde se realizaría el almuerzo y no me costó mucho encontrarlo. Había bastantes motos ya en el parking y por encima de la mediana que hace de paseo. Aparqué la moto para darme una vuelta por si conocía a alguien. En la calle había poca gente y al interior del local no llegué a entrar. Total no iba a almorzar. Apenas llevaba 10 minutos allí cuando decidí coger la moto e irme a rodar. Había pensado esperar para hacer la ruta, pero no tuve paciencia. No esperaba encontrar a nadie conocido, así es que nada me retenía allí. Tampoco había quedado a una hora y en un sitio concreto con los de Castellón, por lo que sería difícil encontrarlos, sobre todo por no conocer ni sus caras. Cuando ya me iba, vi un chaleco que me llamó la atención. Un parche con un águila con las alas desplegadas, Los Águilas Negras de Castellón... ¿De qué me suena a mí esto? Pues no sé los habré visto en alguna matinal. Y me fui. Más tarde y ya en casa, recordé de qué me sonaban los Águilas Negras. ¡Qué cabeza la mía! Red Rhino, en el foro Moteros Custom, había comentado el resurgimiento de este grupo en Castellón, al que él pertenecía. Había pasado por detrás de él o de sus compañeros sin darme cuenta. Pero bueno, ya quedaremos algún día y los conoceré.


Antes de abandonar el llar faller de Burriana, otra cosa captó mi atención, una moto que había encima de la acera. Impresionante, pero no la identificaba. ¡Leches! ¿Eso que es? Era preciosa, imponente... Tan acostumbrado a intentar identificar modelos de Harley (que aún me cuesta un web) y no me di cuenta que estaba ante una auténtica Indian. Bonita. Era la primera vez que veía una en vivo y en directo.




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En fin, con el recuerdo de la Indian en la retina salí de Burriana en dirección a Onda. Aún no sabía el destino y lo mejor aún, me importaba un huevo. Si llegas a Onda por el Este y sales por el oeste todas sus carreteras enfilan hacia arriba, hacia las montañas. Bien ascendiendo por el río Mijares hacia Teruel o metiéndote de lleno en la Sierra de Espadán. Así es que tanto daba. Como el río Mijares y sus poblaciones me lo tengo bastante visto aunque sea con el coche, decidí explorar nuevas rutas y meterme de lleno en la Sierra. Así pues al salir de Onda me dirigí hacia Artesa. 
Nada más salir de Onda vi un edificio que me retrotrajo a mi infancia. El Museo de Ciencias Naturales de Onda, que visité con mi colegio en 4º o 5º de EGB. No suelo tener grandes recuerdos de mi infancia (mi madre siempre menciona este dato), pero hay algunos flashes que se quedaron ahí y este era uno de ellos. Nada más ver el edificio me acordé de lo que vi dentro: Una oveja disecada con dos cabezas. Había otros bichos con rarezas parecidas, pero aquella oveja no la olvidaré en la vida. De hecho no recordaba ni cómo era el edificio, pero la imagen de la oveja la tengo bien grabada.


Pero bueno que me voy por los cerros de Úbeda. Dejé atrás el Museo de los Horrores (pues esa imagen tengo yo de aquella visita con 9 ó 10 años) y comencé a ascender. Debo reconocer que no conocía ni las poblaciones que atravesaba ni por el nombre. Artesa, Tales, Suera y Ayodar. Pero el paisaje me era muy familiar. Tan similar a los alrededores de Montán.





Los colores del otoño son impresionantes, pero la naturaleza nos ofrece colores para todos los gustos y los del invierno me encantan. Me acercaba a Ayódar y paré a ver lo que dejaba atrás.
Desde la curva ya tenía a la vista el pueblo. Me pasó un grupo de trails mientras andaba parado. Me los encontré varias veces esa mañana.
A partir de Ayódar ya conocía las poblaciones, que no las carreteras. El siguiente pueblo era ya conocido por mí por haberlo visitado desde Montán. Curiosamente la antigua pista forestal, ahora asfaltada, no aparece en el google maps, jejeje. Mi intención era parar allí a tomar un cortadito caliente.
 Carreteras solitarias y buen firme. Alguna recta y muchas curvas. ¡Qué más se puede pedir! Me alejaba de Ayódar, pero de vez en cuando giraba la vista a izquierdas tras una de tantas curvas y volvía a aparecer en la lejanía.


 Miraba al frente y veía más curvas. Estaba disfrutando como un enano.


 Varias curvas más adelante, volvía la vista atrás y Ayódar se resistía a desaparecer de mi vista. Pero cada vez más lejos.


Hasta que por fin desapareció y apareció ante mí Torralba del Pinar.
Estos pueblecitos son un encanto. Tranquilos, solitarios. Demasiado tristes en invierno, pero alegres y festivos en verano. Decidí parar a tomar el cafetito caliente. Pero, es lo malo de estas pequeñas poblaciones, hay tan poca gente activa que el bar estaba cerrado. Pues nada. Sería en el siguiente. Estuve tentado de llegar hasta Montán, pero esa ruta ya me la conocía y preferí buscar Caudiel a través de Pavías e Higueras. Estas dos poblaciones no las conocía, solo de ver los nombres cuando paso por Caudiel en dirección a Montán, pero nunca las había visitado. A por ese cortado.
La sierra de Espadán en todo su esplendor
 Por ahí has subido chiquitina
 Y esta porque se lo merece, que me está dando muchas alegrías. Es la verdadera protagonista.


En Pavías si había un bar abierto, en la carretera, que se convierte en la calle principal de la población.
 Convergiendo hacia ella, pequeñas callejuelas que o bien ascienden hacia las montañas
 O descienden hacia el barranco
Los ayuntamientos se esmeran por adecentar algunos rincones. En verano, este pequeño rincón debe servir de tertulia a los mayores del lugar, sin duda. ¡La de batallitas que sonarán en esos bancos!

 Y la anécdota de la mañana. Serían sobre las 12:00. Entro en el pequeño bar. Tras la barra, la camarera, de unos 60 y muchos o 70 y pocos. En la barra una pareja de unos 30 y pocos y un cincuentón con pinta de venir del campo, de trabajar, apuraba su cerveza mientras comentaba sus asuntos laborales (en el campo no existen los domingos). Me pedí mi cortado y me situé en una mesa a fumarme un cigarro tranquilamente. La conversación giraba en torno a las aceitunas y su recogida, de lo más habitual en la zona. Yo ajeno a la conversación disfrutaba de mi cortado y de mi cigarrillo.
"Fernando está chalao", decía el hombre, "Me dice que le ayude el fin de semana a recoger la oliva y que me paga tanto o cuanto y que me quede tantas... Yo para qué quiero más aceituna. Con las mías tengo aceite para mí y para mi hermana. No quiero más." El joven de la pareja apuntaba. "Que le ayude la mujer". "Uy esa, jajaja", reía el cincuentón. "Si es que las mujeres sois malas". La conversación captó mi atención. Esta seguía su curso como si yo no estuviera allí. "Trabajar esa, si no lo ha hecho en su vida... Si tiene a la niña abandonada. La ves a la cría por el pueblo sola con 5 ó 6 años que tiene... Un día me dice que se la recoja yo del colegio... ¿Cómo se la voy a recoger yo del colegio, si no sé ni la cara que tiene... Qué necesidad tenía el Fernando de liarse con esa... Si es puta..." Poco más y me atraganto. Joder con la conversación. De la recogida de la aceituna adonde habíamos ido a parar. La chica suavizaba el tema. "Yo puta no sé si será, pero que le gusta la bebida... va muchas veces con una cogorza... Así va la niña abandonada por el pueblo...". "Puta y bien puta que te lo digo yo" confirmaba el hombretón, "y además borracha. Se está fundiendo el dinero del Fernando y este está ciego. La mora lo tiene embrujao... Qué malas sois las mujeres...".
Lo más sorprendente de todo esto es que hablaran sin tapujos delante de mí. Los trapos sucios del pueblo se quedan dentro del pueblo y me sorprendió que hablaran tan abiertamente del tema con un forastero presente. En fin, que normalizada la conversación de nuevo y terminado mi cortado, salí de allí con una sonrisa de oreja a oreja. Por este momento valió la pena toda la mañana. La España rural en estado puro.


En fin, que salí de Pavías y pasando por Higueras, muy parecido al anterior, llegué ya a zona conocida, Caudiel. No había más que salir a Jérica y coger la A-23 para volver a casa, tras una estupenda ruta de descubrimiento.
Queda mucha zona por explorar en la Sierra de Espadán. Muchos desvíos a izquierda o derecha que me tentaban y me repetía una y otra vez... para la próxima. Y le estoy cogiendo el gusto a estas salidas sin rumbo fijo a solas con la Pequeña Estrella Blanca. 
Solos ella y yo... y que la carretera nos guíe.

jueves, 20 de enero de 2011

Salida fallida a Utiel

Volviendo al relato de mis salidas, tras la de los Dragsters, tenía una pendiente con un amigo. Desde que compré la moto, mi círculo de amistades tampoco es que hayan mostrado mucho interés en la máquina. El día que la enseñe, coincidían todos en lo mismo: "que bonita", "está chula", "un poco grande ¿no?" y poco más. Solo uno mostró interés en probarla y salir un día conmigo a almorzar, Miguel. Y eso es lo que tenía pendiente. No disfrutábamos del mejor tiempo para salir, pero aprovechando el puente de la Inmaculada Constitución nos propusimos hacer esa salida. Puesto que él es de Utiel decidimos ir hasta allí a almorzar, para luego dar alguna vueltecilla por cualquier lugar montañoso cercano.


Quedamos para el miércoles 8. Las previsiones meteorológicas no eran muy buenas, aunque tampoco eran desastrosas. Se anunciaban muchas nubes, pero de entrada no daba lluvias por la zona en la que nos moveríamos.
Efectivamente, el día amaneció nubladillo. Pasé a recogerlo a las 8:30. No hacía excesivamente frío. Nos abrigamos bien y pusimos rumbo a Utiel. La ruta era conocida. Autovía A7 hasta la salida de Madrid a coger la A3 y directos a Utiel. Dejábamos las curvas para después de almorzar. Entre nube y nube salía el sol y no se estaba mal, pero a la altura de Cheste se torció el asunto. Al fondo, hacia Buñol se veía un cielo bastante gris. Efectivamente, nada más subir el Portillo nos esperaba la tormenta. Empezó a caer agua y conforme avanzábamos más agua caía y más negro se veía hacia Requena-Utiel. La cosa estaba clara. Había que dar la vuelta, pues no parecía una nube pasajera. Así lo hicimos y en Buñol hicimos cambio de sentido. Volvimos por la A3 sobre nuestros pasos hasta la altura de Cheste para coger la CV 50 en dirección a Turís (otra vez Turís?????) Je, je, je. Definitivamente este año esta población me persigue.

Simplemente había que encontrar un sitio rápido para poder almorzar sin mojarnos. Como era inviable llegar hasta  Utiel y por la zona de Tuís no llovía hacia allí nos dirigimos. Todo sea dicho, conozco un barecito allí, enfrente del instituto, donde hacen unos bocatas de aunténtico lujo. Lo malo era que la lluvia corría más que nosotros y si cuando pasamos no llovía, ahora ya chispeaba. La tormenta bajaba hacia la costa. Tanto es así que a mitad de camino entre la A3 y Turís tuvimos que parar debajo de un puente a la altura de Godelleta. Mala idea, según me contaron después, pues la Guardia Civil, parece ser que está bastante puñetera con el tema de pararse debajo de los puentes y están denunciando. Bueno, ya lo sé para otra vez. Tuvimos suerte y no aparecieron.

Estuvimos un ratillo debajo del puente, pero veíamos que no paraba ni tenía intención de hacerlo. Como ya habíamos visto en Buñol, no era una nube pasajera. El cielo estaba gris del todo y no se vislumbraba un descanso. Había que decidir si esperar allí o mojarnos un poco más, pero llegar a Turís y esperar a que dejara de llover a resguardo y almorzando. Decidimos lo segundo. Tampoco llovía tanto, pero era molesta y el agua estaba helada.

Llegamos al Tribel y pillamos mesa, de milagro, porque estaba bastante concurrido. Y lo que ya sabía. Almorzamos de lujo por 5€. Bocata, bebida, olivitas, cacaos, café y chupito. Un saludo a las chicas del Tribel, que aunque sé que no leen esto, se lo merecen, jejeje. Que me tratan muy bien durante la semana.

Fue sentarnos tranquilamente a almorzar y parar de llover. Y al ratito, salió el sol. Se había hecho un poco tarde, pues con el cambio de planes y la parada bajo el puente almorzábamos a las 11:00. Salíamos del Tribel a las 12:00 y como me sabía mal volver a casa sin haber rodado mínimamente por curvitas le propuse a Miguel subir a Venta Gaeta, rutilla muy conocida por la zona. Salimos de Turís en dirección a Alborache y Macastre, para desde allí dirigirnos a Cortes de Pallás.

En Alborache tuvimos que parar. Algo no andaba bien en la moto. Ya por la mañana noté algo raro. Un ruido extraño. No sé si a vosotros os pasará, pero yo me precio de conocer el ruido, tanto de mi coche, como de la moto, y en cuanto suena algo diferente lo noto en seguida. No tengo ni idea de mecánica, pero los ruidos los percibo en seguida y normalmente cuando algún sonido cambia en cualquier vehículo es señal de que algo no va bien. Pues bien, llegando a Alborache el ruido era cada vez más fuerte. Un ruido como de tornillos sueltos, un clanc, clanc continuo, que además sonaba por la rueda delantera. Ya había tenido algún sustillo por deslizarse la rueda delantera. Nada serio, pero ya me veía yo con algún tornillo suelto y estampados los dos por el suelo. Además la carretera estaba mojada. Paramos e identificamos enseguida el problema. Nada grave, a nivel mecánico claro está. La defensa estaba partida por la base. De ahí el ruido, clanc, clanc.

Como no he tenido ninguna caída seria, solo puedo achacar la rotura a las 5 caídas tontas que ha tenido la pobre máquina. 4 de esas caídas han sido hacia el lado de la defensa partida. Si no es de eso, no sé de que puede ser, pero si es de eso... ¡Vaya mierda (con perdón) de defensa llevo en la moto! Si con una caída con la moto parada se parte, no quiero ni pensar lo que hará si me pego un piñazo gordo... En fin, en cuanto pueda las cambairé por unas de una sola pieza.

Aclarado el misterio del ruido y ya más tranquilos, continuamos viaje. La carretera se empinaba cada vez más y la sinuosidad iba en aumento. A pesar de la ascensión y de haber llovido, no hacía nada de frío. Se nos había quedado un sol radiante. Lo único malo fue el tener la carretera mojada. No pudimos disfrutar al 100% de la carretera. Pero la ruta vale la pena. Como teníamos prisa, pues se estaba haciendo tarde, no paramos a hacer fotos, pero no os preocupéis, volveré a disfrutar de la ruta con Pili y la inmortalizaré como se merece.

Nos cruzamos con bastantes motos y yo esperaba encontrar muchas más en la pequeña población, pero seguramente por ser ya tarde, solo quedaban tres motos. Por cierto, que Miguel a la tercera moto que nos cruzamos y realizó el saludo de rigor ya se quedó flipado: "¡¡¡¡¡¡¡Joder, os saludáis todos!!!!!!!! Hombre, no todos, pero casi. Será una tontería, pero me hizo sentir orgulloso de formar parte de este mundillo. Daba igual que fueran Rs, Nakeds, Trails o Custom, aquella mañana todo cristo saludaba, jajaja. Y Miguel flipaba en colores.

Nos tomamos un cortadillo en el bar, donde me han dicho que se almuerza muy bien. A mí me pareció excesivo el precio. Bastante más caro que en Turís, pero claro, aprovechan que sube mucha gente. A mí no me parece normal. Yo de todas formas lo tengo claro. Si vuelvo por la zona, almorzaré en el Tribel y subiré luego a Venta Gaeta, jejeje.


En fin, para volver a casa, volvimos buscando Buñol para coger pronto la A3. El descenso fue algo mejor, pues el sol había secado partes de la calzada y pudimos disfutar más de las curvas. Una vez en la A3, velocidad de crucero hasta casa y una promesa para el futuro. Había que repetir la salida, pues nos quedaba pendiente el almuerzo en Utiel.
Al final la ruta quedó así:



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domingo, 16 de enero de 2011

Y van 5

El hombre (Homo, que diría mi amigo Bicipalo) es animal de costumbres. Como miembro de esta especie, yo también soy animal de costumbres. Hay determinadas cosas que uno hace sistemáticamente, como una rutina. Son pequeñas cosas, que si alguna vez cambias, enseguida lo notas. Algo ha fallado en la rutina habitual.


Guardo la moto en garaje cerrado, dentro de un garaje subterráneo, de estos que tenemos debajo de las fincas. Siempre hago la misma rutina. Abro el garaje, enciendo la luz, me coloco los bártulos: Braga (de cuello, por supuesto... que soy motero machote...), gafas de sol y casco. Saco la llave y la meto en el contacto. Me pongo los sotoguantes y los guantes (a decir verdad he hecho esto primero y he tenido que rectificar pues es muy difícil encontrar la llave en el bolsillo con los guantes puestos). Subo a la moto, la enderezo sin quitar el caballete, la saco de culo hasta librar mi persiana.  A la vez que desmonto, la inclino hasta apoyarla en la pata de cabra. Vuelvo a entrar en el garaje, apago la luz, bajo la persiana, vuelvo a montar en la moto, arranco y me voy.


Pues bien, el otro día, llego al garaje, abro la puerta, enciendo la luz, me pongo los bártulos: Braga (de cuello, bla bla bla), gafas de sol y casco. Saco la llave y la meto en el contacto. Me pongo los sotoguantes y los guantes (bla bla bla). Subo a la moto, quito el caballete, la saco de culo hasta librar mi persiana. A la vez que desmonto, la inclino hasta apoyarla en la pata de cabra...


(A poco que seais observadores, y me precio de tener unos seguidores muy observadores, habréis notado el cambio en la rutina... Para mi desgracia, bueno, más bien para desgracia de mi Pequeña Estrella Blanca. Pues sí, señores. Quinta caída tonta de mi pobre motocicleta. Con lo bien que me trata ella a mí y las estupideces que llego a hacer con ella).


...inclino hasta apoyarla en la pata de cabra... y la puta pata de cabra no está¡¡¡¡ Porque este Homo Absurdis había decidido cambiar su rutina. Catapum, la moto al suelo. Lo que os decía. En seguida notas el cambio en la rutina, jejeje. Pero esta vez me di cuenta tarde.



Mil perdones a todos los moteros de buena voluntad, con o sin rutinas.

jueves, 13 de enero de 2011

Modo Invisibilidad Activado

Hacía ya bastante tiempo que no experimentaba el vértigo que supone el superpoder de invisibilidad del motero. Hasta hoy, que se ha activado sin previo aviso y a punto ha estado de darme un disgusto.


Como el fin de semana no pude salir con la moto, decidí usarla todos los días para ir a trabajar, dado el buen tiempo que nos ha ofrecido la Madre Naturaleza en esta tierra mía. Si es que vivo en la "millor terreta del mon" (La mejor tierra del mundo). Salgo a las 8:00 de la mañana a unos 10º-12º C y vuelvo rondando los 20º C. Lo siento, pero me siento un ser privilegiado en este sentido. Pues bien, en el trayecto hacia el trabajo ni un percance ni medio, ni sustos, ni maniobras raras... Nada de nada. Viajes placenteros y eso que hoy el By-Pass de circunvalación de Valencia andaba cargadito. Pero lo dicho, todo sobre ruedas, nunca mejor dicho. Hasta hoy en el viaje de regreso a casa.


Al entrar en una rotonda, más bien despacito, que anda la rueda delantera algo escasa de dibujo y ya me ha dado algún que otro susto, veo que un señor mayor, con la ventanilla bajada, tiene intención de entrar en la rotonda cuando yo estoy ya en medio de ella. Digo yo que parará. Me está mirando. Me está viendo. Los cojonessssssssssss, "to pa dentro", hasta la cocina. Juro por San Cilindro y Santa Bujía que me estaba mirando a los ojos. Así pues, solo puedo entender la maniobra porque el modo invisibilidad que todo motero lleva intrínseco se ha activado de repente y no me estaba mirando a mí, sino a través de mí. En fin, maniobra evasiva, frenazo al canto y, para variar, al no encontrar el pito, la cantidad de improperios que han salido de mi boca los ha tenido que oír por narices. Él y su santa esposa que le acompañaba en el asiento del copiloto, toda digna ella, con su bolsito en el regazo, agarrándolo con ambas manos. Me he acordado de toda su estirpe, ascendente y descendente, habidos y por haber. Oírme me ha oído, porque ha sacado el brazo por la ventanilla haciendo aspavientos. Supongo yo, que sorprendido por oír tal cantidad de improperios provenientes del aire, porque recordad que yo andaba con el modo invisibilidad on. Je, je, je.


Al final te lo tienes que tomar a cachondeo... hasta el día que te pille despistado y el piñazo sea de órdago. Por eso mismo solo puedo deciros que tengáis cuidado ahí afuera. Que mil ojos son pocos y que toda precaución es escasa. Hoy me ha librado la atención puesta en la carretera y llevar a rajatabla una máxima que leí por algún foro según la cual el motero no solo debe respetar al 100% las normas de circulación si no que además tiene que dar por hecho que los demás no lo van a hacer. Palabrita de San Cardán de los Tres Cirios.


PD.- Además hoy he descubierto otra cosa. El Modo Invisibilidad Activado no se desactiva inmediatamente después de abandonar la moto, sino que permanece unos minutos más... porque un capullo a punto ha estado de llevárseme por delante al pasar por el paso de cebra que hay enfrente de mi garaje. "Mardita sea su estampa".

Dragsters MG Valencia


La entrada anterior no es que tuviera mucho misterio, salvo en lo que respecta a los kilómetros realizados. La verdad es que las rutas no tenían ningún fuste, no hay fotografías, y la puse simplemente porque fue el rodar por rodar, pues para lo que iba a hacer podía haber cogido el coche. Pero no, la moto siempre que se pueda. En realidad, la puse porque me servía también para enlazarla con esta otra entrada.


En mi charla con el dueño de  Ruta CV 90 salió a relucir el tema de las matinales y los grupos moteros, agrupaciones, MGs, MCs y demás gaitas. Estábamos de acuerdo en lo de las matinales, que han degenerado un poco, pero siguen existiendo matinales a las que vale la pena asistir. Y alguna de vez en cuando no hace daño. Ves a la gente, compartes experiencias y amplías tu círculo de amistades con unas cervecitas de por medio. Y en cuanto a los grupos me recomendó que visitara el foro de los Dragster MG, pues tenían un capítulo en Valencia y eran muy buena gente. Me animó a darme de alta y a conocerlos, a salir con ellos, bien de cena o bien de ruta.


Así lo hice, ingresé en el foro de Dragsters, que es general para toda España y con subapartados solo para kedadas. En este sentido me paró un poco, pues me pareció que no había espacio para interrelacionarse entre los más cercanos y las conversaciones son muy generales. Los subapartados solo se usan para quedadas de rutas o cenas. Cualquier otro asunto se trata de manera general. No digo que esté mal, pero para un recién llegado al foro, le resulta algo incómodo participar de esa manera. Al menos es lo que me pasa a mí. Hasta las presentaciones se hacen a nivel general. En mi presentación tuve 14 respuestas, solamente dos de miembros de Valencia. Resultado. Cuando me presenté en la primera salida, nadie sabía quien coño era yo, jejeje. Pero vamos, en general la acogida fue muy buena.


El primer paso ya estaba dado. Ahora había que ir mirando el momento adecuado para unirme a una cena o ruta. Prefería lo segundo. Estuve viendo fotos y crónicas de otras salidas, para ver que tipo de gente componía este MG. La verdad es que cuando oí lo de MG me paró un poco, pero Jordi de Ruta CV 90 ya me había tranquilizado, pues era gente muy normal, con la cabeza sobre los hombros, matrimonios y con idea de pasear en moto, almorzar y reunirse de vez en cuando a comer o cenar. Sonaba bien.


Surgió una oportunidad en una fiesta de Gladiadores Lucentum MC para el 20 de Noviembre. Interesante. Y tenía la oportunidad de ver un MC de bien cerquita, a ver si muerden en la yugular nada más verte o no es tan fiera la bestia como la pintan. Finalmente se torció el asunto y no pude asistir. Era una parte de la cultura custom que me faltaba por conocer y hubiese sido una estupenda ocasión dadas las buenas relaciones de los Dragsters de Valencia con este MC. En fin, ya habrá otras ocasiones.


Por estas fechas teníamos lluvia un día sí y al otro también. El último fin de semana de noviembre teníamos la cita de Daroca a comer con unos amigos. La intención era subir con la moto, pero dado el mal tiempo y el hecho de aprovechar un coche para subir cuatro me hizo desistir y cogimos la lata. Y menuda lata. En el viaje de vuleta me hicieron un bonito retrato que me envió la DGT justo antes de Navidad. Al principio creía que era una postal, pero vaya, que no, no era una postal. En fin la vida es así. Lo de no subir en moto fue una gaita, porque al final quitando dos chaparrones salió un día estupendo. Algo de frío, pero estupendo y además había ese fin de semana una concentración allí mismo. La verdad es que había muy pocas motos. El tiempo no acompañaba.


En fin que por unas cosas o por otras llevaba ya más de 15 días sin oler la moto. El 3 de diciembre vi en el foro Dragsters una salida a Gandía para el domingo 5. Era mi oportunidad. Pedí permiso para asistir y el sargento me animó a ir para conocernos.

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Llegó el 5 por la mañanita y preparé bártulos para, esta vez sí, no hacer tarde. El punto de quedada es la rotonda de los anzuelos en Valencia. Para allá que me fui. No salió muy buen día. De hecho amenazaba lluvias, aunque entre tanta nube salía el sol de vez en cuando. Por si acaso, cogí el mono de lluvia. Una vez más de camino pasé junto a una solitaria Pink Panther... Snifff. Creo que definitivamente la han dejado en el olvido. Ya nadie queda allí, creo. De los antiguos Dracs, digo. Ni los que se fueron, ni los que se quedaron. Llegué a la rotonda de los anzuelos y me encontré con el primer problema. La rotonda es muy grande y no sabía dónde demonios quedaba esta gente. Nada más entrar en la rotonda había dos motos paradas, pasé despacito, pero no logré ver distintivos reconocibles. En la gasolinera de la derecha, se veían algunos grupos diferenciados... y en la otra parte de la rotonda otro par de motos... Y yo sin saber qué hacer, ni dónde parar. Hice una bonita vuelta completa a la rotonda y decidí meterme en la gasolinera, principalmente para no parecer gilipollas, a ver si reconocía algún distintivo. Efectivamente, era uno de los grupos que había dentro de la gasolinera. Aparqué discretamente y me acerqué al grupo, presentándome como Artús. Me miraron todos con cara de sorpresa. No sabía dónde meterme, jejeje. Nadie había oído hablar de mí. Joer, que mal rollo. De pronto, Jimmy, el sargento, dijo: "Ah, sí, tú eres el que preguntó si era solo para Dragsters..." Uf, por lo menos alguien se acordó. Se presentaron todos, pero claro, apenas sí recuerdo algunos nicks: Boni, el presidente, Chapi, creo que era el capitán de ruta, J, Pondi, Mitius...


Llegó el momento de salir. Aproveché la espera para repostar, aunque llevaba gasolina suficiente. Más valía no cagarla. Cuando nos disponíamos a salir empezó a chispear. Cada vez las gotas eran más gordas. Algunos sacaron los chubasqueros. Pensé en ponerme el mono de agua... pero había ya varios con las motos en marcha dispuestos a salir y yo tendría que montar la de san Quintín para ponerme el mono. Pues nada, a joderse y a mojarse. Cuando salíamos de la gasolinera la lluvia era ya constante. No muy fuerte, pero constante. Joder qué mala suerte. Pensé que pararían, o que suspenderían la salida... Nada de nada... "Semos moteros" y "palante". Pues nada, yo a ocupar mi sitio, como si hubiese ido con ellos toda la vida. Qué fácil es rodar con estos grupos cuando se tienen las cosas claras.


Bajamos hacia Gandia por la carretera de el Saler. Pasamos por la Albufera rumbo a Favara, lugar elegido para almorzar. La lluvia caía intermitentemente. Pensé que acabaría calado hasta los huesos, pero de vez en cuando salía el sol y te secabas rápido. Ya digo que la lluvia no era muy fuerte y paraba de vez en cuando. Paramos, pues en Favara en un bar de los que hay en la carretera y almorzamos de lujo, por 5€ por cabeza. Salió el sol y a partir de ahí se nos quedó un día estupendo, con buena temperatura y soleado.


De Favara salimos rumbo a Gandía para buscar las curvas de ascensión a Barx. Lo mejor de la mañana. Sobre todo el descenso hacia Simat de la Valldigna. Simplemente espectacular. Lo malo fue que la lluvia había dejado la carretera mojada y nos impidió disfrutar al 100% de aquellas curvas. De hecho hubo algún que otro susto. Se podían haber hecho mil fotos. Pero ese es el precio de salir en grupo. No puedes ir parándote cada dos por tres a hacer fotos. Y ese día me hubiese parado unas cuantas veces. Como tengo que volver a hacer esa ascensión con Pili ya os pondré las fotos, pues vale la pena.


Terminado el descenso, llegamos a un bar de carretera donde paramos a tomar algo. Había dos miembros Dragsters por la zona y se acercaron a saludar. Charla tranquila y amena, algunos con cerveza, yo con mi cortadito, a ver si entraba en calor, que había cogido frío en las manos y los pies, como siempre. Era ya cerca de las 13:00 y había que ir pensando en volver. Salimos del bar a buscar la A7 en L' Alcudia y de allí rumbo a Valencia. Al llegar al desvío de Barcelona aceleré adelantando a todos y despidiéndome de ellos. De vuelta a casa tras una mañana muy bien aprovechada y en buena compañía.


Tendré que salir más con ellos. Lo malo es que no puedo relacionarme como quisiera a través del foro. No me atrae en absoluto. Así es que será cuestión de relacionarse aprovechando más salidas. Una pieza más del abanico que voy abriendo. Abanico de posibilidades de rutear cuando no te apetece rodar solo.

lunes, 10 de enero de 2011

Sumando Kilómetros

Entre los días 12 y 16 de noviembre hice más de 1000 kms, como yo digo, a lo tonto. Pero que disfrute. Fueron realmente intensos esos días.
Desde el viaje a Alcañiz este verano, Pili andaba buscando una chaqueta para protegerse del frío en la moto. Teníamos pensado ir a finales de Noviembre a Daroca y aceleramos la búsqueda, pues no encontraba nada de su agrado. Estuvimos mirando por internet y hubo algo que le gustó, pero la tienda estaba en Torrevieja y Catral. Bueno, ahí estaba como alternativa si no encontrábamos nada más. Primero había que encontrar alguna cosa más cercana y opciones teníamos, así es que pleneé un fin de semana a la busca y captura de la dichosa chaqueta.


El viernes 12 me fui con la moto a trabajar y después de comer y dejar a los niños aparcados convenientemente nos fuimos a Zona Custom Valencia, tienda en la que conocí a Bicipalo y donde me compré yo mi chaqueta. La verdad es que para mujer había poca cosa, o al menos lo que había no era del agrado de mi chica. Ella huye de las cremalleras y esas cosas moteras, de moteras malas malotas. Le gustan más sencillas, pero claro esos modelos son más finos y poco abrigados para la moto.

No hubo suerte en la primera opción. Al día siguiente había que llevar al niño a su partido de fútbol a Museros. Aproveché el buen día soleado para llevarlo en la moto. Es un paseito de 22 kms. Tras la comida y volver a dejar a los niños a buen recaudo, la siguiente etapa era Llombai. Ya habíamos estado allí en octubre, pero en todas las tiendas nos decían que volvieramos para el invierno, que sacarían más modelos. Y por supuesto, cuando decíamos lo que buscábamos todos nos enviaban a Vallese. Estuvimos dos veces antes de esta tercera vez y siempre estaba cerrada. Esta vez sí la encontramos abierta. Es la tienda más especializada en motos de Llombai, aunque se dedica más a los monos para las Rs. También tienes chupas de cuero normales y corrientes, pero lo de siempre. Los modelos para chica eran o macarras con cremalleras, como me gustan a mí, o lisos y sencillos, como le gustan a Pili, pero muy finos. A decir verdad, la chica se ofreció a hacernos a medida el modelo que quisieramos y con piel gruesa y forro adecuado. Pero las prisas por tener la chaqueta antes de finales de noviembre nos hicieron desistir. Pues nada. En Llombai tampoco hubo suerte.


Para volver, lo hicnos buscando la CV 50, por Turís. Últimamente parece que me persigue. Por un pito o por una flauta siempre acabo dando con mis huesos por Turís. En esta ocasión tenía su explicación. Había una tienda en Lliria con proveedores comunes a la de Catral, donde había visto varios modelos de su agrado. Así es que vía Turís pusimos rumbo a Lliria. Una vez allí y tras hacernos un cafetito calentito, era de noche ya y empezaba a refrescar, nos pusimos a buscar la tienda. No fue fácil. Nadie había oído hablar de la dichosa tienda. Nos mandaban de aquí para allá sin ton ni son. La tienda no aparecía. Empezaba a pensar que me había equivocado de pueblo, pero lo llevaba bien apuntado, con la dirección y todo. Eso era lo más raro. A la gente no le sonaba ni la calle. Después de muchos tumbos dimos con la dichosa calle, muy cétrica y con el teatro de la población en medio. Conclusión el tema cultural no lo llevan muy bien en la población, al menos a la gente a la que preguntamos, porque anda que no saber la calle donde se encuentra el teatro del pueblo..., en pleno centro... je, je, je. La tienda resultó estar en frente del teatro y para nuestra desdicha, estaba cerrada. No habíamos llegado tarde, no. Al parecer llevaba bastante tiempo cerrada al público. Maldita crisis. Aún se veían algunos carteles con eventos moteros pegados por los cristales, pero los escaparates estaban vacíos y el correro se acumulaban en el interior, tirado por debajo de la puerta. En fin solo quedaba volver a casa y esperar a la última alternativa. Catral. Pero eso sería para el martes, único día factible, pues llego a casa a las 14:00 y da tiempo a bajar y subir en la misma tarde. El problema de la tienda es que cierra los sábados por la tarde.

El domingo 14 volvía a coger la moto para acompañar al Komando Saguntum en la matinal de Almussafes.


Y llegó el martes. Cómo no, me fui en la moto a trabajar y llegué a casa a las dos. Comimos, llevamos a los niños al colegio y dejamos encargo de que nos los recogieran y entretuvieran hasta la noche. Nos esperaba un largo viaje de 232 kms de ida y otros tantos de vuelta. En fin, todo sea por la dichosa chaqueta. Antes de hacer el viaje había llamado para confirmar que disponían de los modelos que nos interesaban. Hice bien, pues el encargado, Jordi, me dijo que cogería los modelos que tuviera en la tienda de Torrevieja y los llevaría a Catral. En fin a las 15:30 pusimos rumbo a Catral por la autovía de Albacete hasta Fuente la Higuera para luego buscar la costa en dirección a Catral. Destino la tienda Ruta CV 90. Llegamos sobre las 18:00 pasadas ya. Gracias a las indicaciones de Jordi por teléfono, encontramos la tienda en seguida. Había bastantes modelos, pero no todos los que habíamos visto en la web. En algunos faltaba la talla. Que díficil es esto de las tallas. Por eso prefería bajar a Catral, antes que comprar por internet. Hay ciertas cosas que es preferible palparlas y tenerlas en las manos. Las chaquetas estaban muy bien. Buen grosor, aunque sin llegar al de la mía. Pero al menos más que las que ya tiene. Por fin dimos con la chaqueta. El viaje no había sido en vano. Bueno, a mí realmente me daba igual. Al menos había rodado que es lo que yo quería. A buenas horas me pego la panzada de kilómetros con el coche para buscar una chaqueta, jajaja. (Si lee esto quien yo me sé me mata). Pero en moto me voy a La Coruña a tomar café si es preciso.


El trato en la tienda fue genial. Jordi, muy majo. Hablamos de motos, de rutas, de matinales, de grupos... Incluso me recomendó un MG de Valencia. Me animó a conocerlos y a salir con ellos. Los Dragsters. Pero esa será otra historia. Se hacía tarde y había que volver a casa. Eran las 20:00 y nos dispusimos a desandar el camino. Otros 232 kms de vuelta sin apenas novedad. Bueno solo un par de detalles. Sentimos por primera vez el frío. El paso por Fuente la Higuera fue terrible para nosotros, acostumbrados al calorcito. Que frío pasamos allá arriba. Tanto es así que al ver que no entrábamos en calor paramos en el cafestore de Masalavés a tomar algo calentito y a repostar. Y aquí viene el segundo detalle. Me tiré el cortado encima llevándolo a la mesa. Me temblaban tanto las manos que me lo tiré todo, todito.


En fin y sin más percances dimos fin al viaje y por ende a la caza y captura de la chaqueta, que por cierto, no ha podido estrenar aún. A daroca finalemente fuimos en coche por el mal tiempo y hoy que teníamos previsto hacer una escapada se nos fastidió el asunto. Con el domingo perfecto que ha salido para rodar aquí en la costa y me he tenido que quedar en casa. Y la mala leche que he tenido todo el día... En fin, ya vendrán más días.


Así pues con el viaje a Catral daba por finalizado también el intenso ajetreo con la moto de esos cuatro días. En total, unos 1100 kms... a lo tonto, a lo tonto... Pero qué bien saben.