sábado, 29 de enero de 2011

A Gaibiel con el Komando Saguntum

Día 2 de enero de 2010. Domingo soleado, ideal para la primera salida del año. Normalmente por estas fechas ando por Jaca para que esquíen los niños. Pero este año las cosas no van muy bien. Eran malas fechas para mis anfitriones y teníamos a mi abuela muy delicada desde mediados de noviembre. Mejor retrasar el viaje a la nieve para marzo. Así es que había que decidir dónde salir el domingo.

Sopesando posibilidades y rastreando salidas por los foros, ya estaba meditando hacerme una escapada en solitario cuando en el foro del Komando Saguntum de Ruta 66 Custom vi que iban a almorzar a Gaibiel. Así es que me presenté en la Cubana a las 9:00. Ya conocía a algunos de mi anterior salida con ellos, pero había nuevos integrantes. Siempre es bueno conocer gente nueva. La parte negativa estaba en Michel, al único que conocía en la anterior salida. Había tenido una caída en la comida de Navidad del grupo y se había quedado sin moto. Afortunadamente él no tenía nada. Tan solo magulladuras.

Tras los saludos y presentaciones pertinentes nos pusimos en marcha. Había que salir rumbo a Sagunto para recoger a un miembro que nos esperaba en el Carrefour.
De allí salimos por Sagunto a la A-23, Autovía Mujéjar, para salirnos enseguida en Gilet, para subir por la vía de servicio, mucho más divertida que la autovía. Además he descubierto que puedo llegar a Montán evitando la autovía, con lo que  mis viajes al pueblo van a cambiar de ruta. Tardaré más, pero evitaré la autovía.

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Hasta Segorbe, son carreterillas secundarias sin mucho tráfico, y a partir de Segorbe carreteras de montaña llenas de curvitas. Las poblaciones muy similares a las que me encontré subiendo a Torralba del Pinar. Es la misma Sierra de Espadán, ahora por la vertinete suroeste. En mi última salida en solitario entré en la sierra por la parte nordeste. Así es que el paisaje y las carreteras similares. 

Llegamos a Gaibiel sin contratiempos, salvo la retirada de Perseo, que siempre sale con el grupo, pero al parecer nunca acaba las salidas. Siempre tiene que volver antes por cuestiones familiares. Pero eso sí, no se pierde ni una, jejeje.

Accedemos a una placilla por unas callejuelas empinadas y nos cuesta encontrar un sitio donde dejar las motos. Poco a poco vamos encontrando huecos en llano y nos dirigimos al bar del almuerzo. Una grata sorpresa. Un Bar-Restaurante muy moderno. No le pega al pueblo, para nada. Pero almorzamos de lujo. Bocatas variados, algún plato combinado por aquello de evitar el pan y guardar la línea, olivitas, cacaos y un lugareño nos ofreció un plato con guindillas y táperas del terreno y caseras, todo ello remojado con vinito, cervezas y gaseosa. Bueno y con algún que otro paseillo al exterior por aquello de cumplir la nueva ley del demonio. Manolo Mavis hizo un intento con el camarero: "Por favor, ¿un cenicero?" Y el camarero muy amablemente nos dijo: "Está en la puerta". Jejeje. Pues eso, hay que adaptarse. Algunos lo llevan mejor, otros peor. Algun lugareño mostraba abiertamente su disconformidad con el dueño del local, en broma, claro. Pero a fumar a la calle, con nosotros.

Tras el agradable almuerzo, salimos a 8€ (un pelín más caro que de costumbre, pues últimamente ronda los 5 ó 6 €), había que volver a casa. Mientras cada cual recogía su montura, esperábamos en la carretera la llegada de todos. Un total de 10 motos.
Y todo esto bajo la atenta mirada de un testigo mudo:

El Castillo de Gaibiel. Es a lo que me refería en mi entrada anterior. Apenas pude hacer esta foto del castillo. Me hubiese gustado acercarme, visitarlo, escudriñar por sus alrededores y fotografiarlo en condiciones. Además, en otra de las poblaciones por las que pasamos, de la que no recuerdo el nombre, había otro castillo. Pero vas en grupo, perteneces a la manada, y en ella debes permanecer. Yo entiendo esto así. 

Volveré por la zona a visitar estas reliquias de nuestro pasado. Es otra de mis pasiones. Antes de tener niños mi mujer y yo viajábamos para ver ruinas, torres, castillos y fortalezas. Encontrarme con este castillo me hizo reencontrarme con mi pasado y ¿por qué no?, con mi futuro. Pienso hacer salidas a la busca y captura de ruinas, torres, castillos y fortalezas. De hecho, hoy que ando escribiendo esto, acabo de volver de esa primera salida. Pero eso será motivo para otra entrada, con la que daré por terminada mi historia en pasado con la moto, para dejar paso al presente y al futuro. Por fin, me pondré al día. Pero acabemos esta primero.

Abandonamos Gaibiel, rumbo a Jérica, a buscar de nuevo la Autovía Mudéjar que nos llevará directamente de vuelta a Puerto de Sagunto. Algunos habían quedado en ir al Grao a terminar la ruta con unas cervecillas. Yo decidí volver a casa, pues eran cerca de las 14:00. Pensé en pasar a ver como andaba la abuela, pero como se hacía tarde decidí volver a casa directamente, comer y visitarla por la tarde. 

Así di por finalizada mi primera salida del año... solo empañada por la llamada de mi padre a las 15:30h.  El corazón de mi abuela había decidido dejar de luchar tras mes y medio haciéndolo y se paró. A sus 89 años nos dejó, pero seguro que allá donde esté velará por mí, como lo ha hecho siempre en mis 41 años de existencia. Ráfagas por ti, Manolita... y sí, tendré cuidado con la moto.

2 comentarios:

  1. Se ve que fue una jornada muy gratificante, asi da gusto!. Ya ando impaciente por leer la próxima, que creo va sobre ruinas, promete...

    Un saludo.

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  2. Esta mal que yo lo diga, pero no te la pierdas... Hubo un encuentro especial, de esos que no te esperas.

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