martes, 2 de noviembre de 2010

La Pequeña Estrella Blanca muerde el polvo

Y no una, sino 4 veces. Ay que dolor. Pensé en crear esta entrada mientras escribía el viaje a Alcañiz, pues allí obvié una de las caídas para no deslucir tan agradable viaje. Curiosamente, fue la más divertida, si divertido puede ser ver como tu máquina muerde el polvo y se rasga aunque sólo sea levemente la epidermis. Benditas defensas.
En algún sitio he leído algo que me encantó. Hay dos tipos de moteros, los que se han caído y los que se tienen que caer. Bien, pues a pesar del título, pertenezco al segundo grupo todavía. Y es que las caídas de la pobre y sufrida máquina me han dejado a mí de pie siempre. Y lo que peor me sabe es que no le puedo echar la culpa a nadie salvo al patoso de su propietario.




Torpeza número 1: Tendría la moto una semana. Rampa del garaje. El mando que no abre, aprieto 40 veces y no hay manera y por fin clanc, la puerta comienza a abrirse. Rápidamente intento meter el mando en un bolsillo. ¿En cúal? ¿Qué más da? No da igual, que luego no lo encuentro... En este mismo... La puerta abierta del todo. Uy los guantes. Me pongo el primero, mientras cojo el otro del suelo pienso cuánto le faltará a la puerta para cerrarse. (Paréntesis técnico: la puerta no tiene célula y cuando dice que se cierra, se cierra.). Aún hay tiempo. Me pongo el otro guante. Primera. ¿Me espero y la vuelvo a abrir? No, tira que hay tiempo y antes te ha costado un webo abrirla. Empiezo a acelerar y, oh oh, clanc, la puerta que empieza a cerrarse. En décimas de segundo, acelero, freno, meto embrague, suelto gas, suelto embrague... No sé si fue en ese orden, la verdad, pero el resultado, la moto calada de golpe en mitad de la rampa y me doy con el morro en el canto de la pantalla. Pongo los pies al suelo, pero mi querida amiga decide ladearse y aunque intento evitarlo, ñasca. Al suelo. Uy que dolorrrrr. La levanté como pude, frenada y dejando que deslizara hacia atrás, a la llanura. La puerta acaba de cerrarse. Maldita sea su estampa. Tembleque en las piernas y a mirar los desperfectos. Felizmente una pequeña abolladura en el escape. No es nada, pero duele. El resto fue bien defendido por la defensa. Bendito nombre.




Torpeza número 2: Esta es por partida doble, la torpeza, no la caída. Visita al colegio del niño. Aparco en la puerta y como acababa de comprar el candado del disco, lo pongo. Venga que ya sabéis todos la torpeza, jejeje. Hago las gestiones que tengo que hacer y vuelvo a la moto para ir a trabajar. Me pongo el equipo. Meto la llave. (seguramente me puse los guantes antes y tuve que quitármelos para buscar la llave que encontré en el quinto o sexto bolsillo en el que miré). Arranco, pongo primera acelero y clanc. Noto un golpe seco, la moto se detiene y se cala. me pilla de sorpresa, pero pongo los pies en el suelo, pero otra vez la moto se ladea y ñasca. Al suelo. Me quedo pasmado, sin saber lo que ha pasado. Intento encontrar una explicación. El fin de semana anterior, yendo en marcha al ir a cambiar de velocidad apreto el embrague y noto que la maneta no vuelve al sitio. Mierda, he roto el cable del embrague... Aparco  y me pongo a observar la maneta y a seguir el cable como si yo entendiera de estas cosas. No sé si lo he mencionado ya, no me gustaría repetirme, pero me viene justo montar los juguetitos que salen en los huevos kinder. Me llena de felicidad, ver salir del huevo una figurita que no hay que montar. En fin que para mi sorpresa veo que el cable no se ha roto, pues al seguirlo veo un cable suelto con el tope y todo. ¿Vale y esto donde va? Veo el lugar donde va encajado. Intento meterlo y me dice que no hay tu tía. Esto es muy corto, no llega, jejeje. Estiro un poco y veo que cede. Ahhh es que hay que hacer fuerza hasta lograr engancharlo. unos alicates irían de perlas. ¿No había una bolsa con herrmientas en alguna puertecita de estas? Sí, y seguro que hay unos alicates expresamente para ti, no te jode el listo. Logro dar con la bolsita y para mi sorpresa, hay unos alicates. Agarro el cable y logro meter el cable en su sitio. ¿Y esto por qué se ha salido? Igual esta pestañita que está abajo si la levantara impediría que se saliera el cable. Más contento que unas pascuas. De estar pensando en llamar a la grua o al taller, solucioné el percance yo solito. En cualquier caso, en cuanto pueda al taller. Estaba todo bien, pero me dijeron que algún iluminado olvidó levantar la pestañita del cable y este se salió. ¿Y todo esto a que venía? Pues que achaqué la calada a esta misma avería. Igual se ha repetido. Miro y remiro y está todo en su sitio. Las defensas han hecho su papel de nuevo y como ha caído al lado contrario de los escapes ni un rasguño. Me encojo de hombros y vuelvo a montar. Arranco, pongo primera y salgo despacito y clanc otra vez. Esta vez estaba prevenido y ni se cayó, ni se caló la moto. Y encima vino una lucecita a iluminarme el cerebro. El puto candado del disco.




Estas dos primeras pifias, forman parte de ese famoso articulito que ronda por la red, para mofa y escarnio de los moteros novatos. 101 directrices del motero novato. Búscalo así en el google si no lo has leído aún. Altamente recomendable si te quieres reír. A mi se me saltaban las lágrimas. Pero luego haces recuento y he sacado la conclusión que no me veo reflejado en 20 de los artículos. Los otros 81, los he sufrido en mis carnes. Y estos dos están entre esos 81.


Torpeza número 3: ARC en Segorbe. El que haya estado allí habrá visto la preciosidad de acceso que tiene la tienda. Perfecta para trialeros, pero de delicada maniobra para customeros torpes y novatos como yo. Es una rampa pronunciada en S de cemento y bordeada de tierra a los lados, que por misterios de la naturaleza, a veces le da por invadir el cemento. La subida da respeto, pero la bajada ya es escalofriante. Curiosamente las dos primeras veces que fui (he perdido la cuenta de las veces que fui allí este verano) pasé la rampa con apuros, pero con un aprobado raspado. Al menos sin percances. Hasta el tercer día. Si ya dice el dicho que "A la tercera va la vencida". Ya podía haber sido, "No hay dos sin tres". Pero no, fue la primera sentencia popular. Y no fue al subir, sino al bajar. Bajaba con tiento, frenando, en primera. primera curva, bien, llego a la S, uy que he entrado mal, gira el manillarrrrrrrr, no tantoooooooo, que se caeeeeeee. Manillar totalmente girado, freno delantero, arena traicionera y mi jaca ñasca. Ahí si estuve a punto de besar el suelo, pero me mantuve firme. La moto nada. Cayó de morro y a derechas, la defensa hizo su papel y salvo un poco de gasolina que perdió, nada más. El problema era levantarla. En cuesta pronunciada y solo podía ir hacia delante. Y delante sólo había matorrales. A golpe de riñón y con el freno delantero a tope conseguí levantarla y llevarla poco a poco hasta los matorrales con firme de tierra, pero llano. Como pesa la jodía. Dos días con la faja en los riñones me costó.




Torpeza número 4: Y última. Pero fue la más divertida. Fue durante el viaje a Alcañiz. En una gasolinera que hay muy poquito antes de llegar. Lo malo es que estaba en el lado contrario. Es decir a la salida de Alcañiz. Por tanto giro a izquierdas, entro en la gasolinera, repostamos y estiramos las piernas. Hay 4 ó 5 coches repostando y bastante personal en la gasolinera. Pago religiosamente y nos disponemos a salir. Claro había que dar la vuelta para voler en dirección a Alcañiz. Monto y arranco. Se sube la señora. Pongo primera y abandono el surtidor, comienzo a girar y exactamente la misma maniobra que en ARC pero en llano. Iba a 10 por hora o menos, pero giré demasiado el manillar, demasiado no, todo. Que me caigooooooo. Esta vez la he podido dominar y aunque vence hacia la izquierda creo que la podré sujetar. Pero no, la encuentro más pesada, claaaaaaaaaro. Pili baja el pieeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee. Demasiado tarde. Nos quedamos los dos de pie, pero la moto... si, si, ya sabéis, ñasca. La verdad es que está bien enseñada mi acompañante. La había instruido bien. "Tú, si ves que tumbo a derechas, te inclinas a derechas. Y si ves que tumbo a izquierdas, tu te inclinas a la izquierda". Y eso hizo. Vio que tumbaba a izquierdas y también tumbó. Para una vez que creía que no se me caería, no contaba con los 50 kilos extras. Nos entró la risa a los dos. La levantamos como pudimos, sin parar de descojonarnos, miramos que no se hubiera hecho nada la moto y, una vez más las defensas hicieron su papel. Por supuesto ni una mirada, ni de reojo a la gasolinera y a sus habitantes, jajaja. Eso sí, en el articulito de las 101 directrices del motero novato hay uno dedicado al copiloto, realmente buenísimo, para mí el mejor, y propongo desde aquí que se complete con la siguiente instrucción para el paquete novato. "Si vas a 10 por hora y ves que la moto tumba, no es que tumba, es que se cae, así es que tú no tumbes también, saca el pieeeeeeeeeeeee y ponlo en el suelooooooooooooooo."




Sólo pido una cosa, y es que todos los percances que os cuente por aquí sean de esta guisa. Santa Bujía y San Cilindro me protejan.


PD.- Las fotos son cortesía de mi amigo Guille que se puso a trastear con los efectos de las fotos del móvil. Mira que le dije, que el fondo no era el más apropiado, pero él erre que erre. No vienen mucho a cuento, pero parece que si pones fotos la lectura se hace más amena. Además, ¡que coño! el blog es mío y ella es la protagonista. Tendré que fardar de moto ¿no?

5 comentarios:

  1. Artus, Artus..., suscribo la caida del candado, je, je, je..., yo en la puerta del Mercadona, yo que queria impresionar a las mamás, también me entró el tembleque pero menos mal que Run-run pesa casi 80 kilos menos que la Pequeña Estrella Blanca.
    Y hablando de las rutas, ¿de verad te gusta el café de Hacendado...?, a mi que no me quiten mi Marcilla mezcla con toda su cafeina..., pero bueno, vale la pena buscar el café en moto, claro que si.
    Un abrazo y Vssssssssss.

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  2. La verdad es que me da igual. Pero el de Hacendado estaba en Segorbe a 30 kms y el Marcilla enfrente de casa, jajaja

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  3. Bueno, en ese caso..., a por el de Hacendado, yo hoy ya me he dado mi paseillo de los viernes..., es curioso, ¿que tendrá esto de la moto que reconforta tanto...?.
    Un abrazo Artus.

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  4. Yo tengo una gv250 del 2007; por fortuna con esta sólo he tenido una caída por ahora (crucemos dedos que mañana tengo ruta) y ha sido algo así como:
    Resbalón en rotonda. Oh! la enderezo, la enderezo, la he enderezado! resbalón en rotando (unos metros después y con cara de "otra vez noooooo").

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  5. Y que podamos seguir riéndonos con estas cosas... por mucho tiempo

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