martes, 23 de noviembre de 2010

III Matinal Falla Els Vents en Puerto de Sagunto


Las dos últimas semanas no había podido salir con la moto al ser las fiestas de Montán. Así es que tenía mono. Rastreé por el foro de Espíritu Custom en busca de alguna matinal para el fin de semana del 2 y 3 de octubre, pero no había nada programado. La casualidad quiso que unos amigos me comentaran que en el Puerto de Sagunto, mi pueblo,  la Falla Els Vents celebraba su III Matinal motera. Hombre, la ruta iba a ser corta, la falla está tres calles más "pallá" de mi casa. Como no había nada programado en ningún sitio, se me ocurrió anunciarla en el foro. Con muy poco éxito, por cierto. Bueno, poco éxito no, ningún éxito. Solo un compañero contestó, para decir más o menos que no le inspiraban mucha confianza las matinales organizadas por fallas. Como yo no sé de estas cosas ya puse en duda incluso el acercarme. Seguí buscando alguna matinal o ruta alternativa, pero nada de nada. Eso sí me llamó el amigo Manazas para decirme que venía a Cheste con unos amigos, al circuito a unas carreras. Pero venía con el coche y a preparar una comida y tampoco quise meterme en medio. La verdad es que cuando pensé en la matinal del Puerto pensé en que era el día ideal para llevar a Adrián, mi hijo, para que viera lo que era. Ahí es donde se iba su padre los domingos. A fiestas como estas.
Sopesando las dos posibilidades, decidí dejar que Manazas disfrutara de su día en Cheste sin tener que estar pendiente de mí y me incliné por mostrarle a mi hijo qué era eso de las Matinales, a pesar de estar organizada por una falla.
A decir verdad, a pesar de estar organizada por una falla, yo la colocaría en el segundo puesto de todas a las que yo he asistido, que han sido pocas. Después de la de Torrent. En la falla hay bastantes moteros y el Komando Saguntum de Ruta 66 siempre apoya estos actos. Es más, a esta falla o al grupo de moteros que la organizaba pertenecía el matrimonio que falleció este verano con una Harley  en Jumilla en un triste accidente. Hubo un emotivo minuto de silencio en el que estaba presente la hija de los fallecidos. Se nos puso a todos un nudo en la garganta.
Pero en fin, veamos en qué consistió la Matinal. Levanté al enano pronto, para estar a las 9:00 en la zona de la Matinal y que lo viera todo desde el principio. Cuando llegamos ya había algunas motos, pero pudimos aparcar bien. Cerca de las barras. Saqué los tickets del almuerzo. Bocata de jamón para la criatura y de blanco y negro para mí. Bueno eso hasta que nos sentamos en la mesa y vio lo que era el blanco y negro y entonces fue para él y el de jamón para mí. "Es que no sabía lo que era..." Jodío pues pregunta. Inocente infancia. Nos dieron las bolsas con las camisetas y como estoy harto de camisetas que no me pongo nunca,  se me ocurrió pedir dos tallas pequeñas, una para Adrián y otra para su hermana. Error, la pequeña le viene de camisón a la hermana.
Mientras almorzábamos seguía llegando gente. Conforme llegaban, iban ampliándose las mesas y las sillas. En ese sentido, muy buena organización, pues estaban pendientes de que nadie se quedara de pie.
Terminados de almorzar, nos dimos una vuelta para que viera las motos. Estaba encantado preguntándome por cada marca y modelo. Yo que no soy muy ducho en esto, pues intentaba acertar con cada modelo y marca. A él le gustan de Motocross, pero de esas había pocas. Y después le gustan las Custom, como no. Sobre todo las Harley. ¿Por qué será? Vimos hasta un Trike y se quedó alucinado. Vimos mi futura moto, cuando las ranas críen pelo, claro, La Heritage Softail Classic y además blanca. Y encima dos, en vez de una. Había también un par de choppers en miniatura conducidas por varios críos.
Dio comienzo la ruta barítima. Nos pusimos los cascos y cogimos posición para salir. Fue lo que más le gustó. La gente haciendo ruido con sus máquinas, los potentes motores Harleys rugiendo, las que no eran Harleys, pero con los escapes algo libres, y las Rs y sus acelerones descontrolados. Uno de ellos nos empapuzó con el humo de su rueda. Se dejó medio neumático en el asfalto y a nosotros nos envolvió todo el humo. Nos pusimos en fila para salir de la zona acotada y otra R que llevábamos delante repitió la maniobra del freno y acelerador, quemando rueda. Esta vez tuvimos suerte, pues estábamos detrás y el viento iba en sentido contrario. La humareda salió hacia delante.
La ruta fue corta, no llegó a 20 kms. Subida hasta Sagunto y descenso de nuevo al Puerto por Canet. En la ruta de bajada, lo que son las cosas, me tocó al lado una de las Heritage Softail Classic blanca. Realmente es muy parecida a la mía, salvando las distancias, claro. Le dije a su propietario si me la cambiaba y me contestó: "Para qué si son iguales". Jejeje.  Llegamos  al primer bar, Cafetería Coliseum,  en la Avinguda del Maestrat. La gente empezó aparcando en las aceras y donde podía, pero eran tantas las motos, que acabaron cortando la calle, para cabreo de los coches que tenían que dar un rodeo, pues no podían pasar. Todos agolpados en la barra para la correspondiente cerveza y más Rs haciendo ruido. Estuvo uno como 5 minutos de reloj, dándole que te pego al acelerador, mientras era vitoreado por todos. Sobre todo al terminar, pues se llevó la ovación de la mañana. Yo busqué un bar menos concurrido para comprar una botella de agua. Normalmente no suelo beber cerveza en estos eventos y hoy mucho menos con el niño detrás. Además hacía calor.
Nos pusimos de nuevo en marcha rumbo al segundo bar, Jamón, jamón, en la Plaza de Cánovas, bajamos hacia la playa y recorrimos toda la avenida para subir a la plaza. En este tocaba quintos. Venga quintos corriendo de mano en mano. Nosotros seguimos con nuestra botella de agua. En este punto decidimos volver a la zona de la matinal y adelantarnos al grueso, para poder aparcar sin problemas.
De nuevo en la zona, ya se estaba preparando el grupo de música que amenizaría el resto de la mañana. Eran las 12:00 ya. Adrián lo miraba todo con los ojos muy abiertos. Aparecieron su madre y su hermana y ofició de maestro de ceremonias dándoles la vuelta por las motos aparcadas explicándoles todo. Que si esto es una custom, que si aquello es una R, mira mamá eso es un trike. Lo que no pudo encontrar fue ninguna de las dos Heritage Softail Classic... "¿La moto nueva de quién...?" Oí que le preguntaba la madre al niño. "Mira allí hay una parada de botas para chica preciosas...". "¿Qué dice Adrián de no sé que moto nueva? "... Naaaa no hagas caso, cosas de críos... Glup... Vamos a ver las botas, ven ... ejem... Si es que no se saben estar callados, jejeje.
Empezó el concierto, donde tocaba el hermano de una amiga nuestra y amenizaron el final de la mañana. Detrás nuestro ya dieron comienzo las paellas, para los que se quedaban a comer. En el descanso tuvo lugar el minuto de silencio por el matrimonio fallecido en el accidente de Jumilla este verano. Minuto de silencio, solo roto por un despistado que andaba lejos y se le ocurrió que ese era el momento de abrir el gas de su moto y atronar el ambiente sepulcral que se vivía cerca del escenario. Igual fue a propósito, pero más bien me inclino a pensar que como estaba lejos del escenario no se enteró. Un minuto de silencio es un minuto de silencio, vamos digo yo.
Tras el minuto de silencio llegó el atronador aplauso con el que se les despidió y dirigido a su emocionada hija, presente en el acto. Ráfagas donde quiera que estéis. Como detalle, decir que tan solo tenían la moto una semana y la estrenaban en ese fatal viaje.
Tras los pertinentes sorteos, continuó el concierto y nosotros decidimos que había llegado el momento de retirarnos a comer, dando por finalizada la mañana motera.
Para variar, no hice ninguna foto, pero por suerte, allí acudió Elperronegro y gracias a sus estupendos reportajes gráficos podéis haceros una idea de lo que fue la matinal. Gracias Elperronegro.
Aunque esta matinal fue diferente, pues me sirvió para mostrarle el ambientillo a mi hijo, no dejó de ser una matinal más y volvía a repetirse en mi cabeza, la frase de El Indio, de los Dracs de la Llum en mi primera Matinal en La Pobla de Vallbona: "Vista una, vistas todas". Pero vuelvo a insistir en que a pesar de organizarla una falla estuvo bastante bien.

domingo, 21 de noviembre de 2010

El día a día

La idea de comprar la moto, me vino por el trabajo. En realidad, era una excusa más. Llevaba mucho tiempo queriendo tener la moto, pero el tema del trabajo me acabó empujando a ello. Realmente no me es necesaria la moto para mi trabajo. Y ahora que la tengo me lo ha confirmado. Empecé a barruntar lo de la compra el año que trabajé en Jávea. Tengo que decir que cada año trabajo en un sitio, pues soy profesor interino y cada año me cambian de destino. Pues bien, el año de Jávea, que fue el destino más lejano (165kms), me dejaba yo medio sueldo en carburante y autopista. Si iba por la nacional eran dos horas y media de viaje. Ahí empecé a pensar en la moto. Con la moto si podría ir por nacional, esquivar atascos y evitar autopistas. El año de Oropesa del Mar volví a echar de menos las dos ruedas, por lo mismo. La nacional era un suplicio y la autopista un pastón. Pero siempre retrasaba el sacarme el carnet. Pero curiosamente, el año que más cerca estuve de casa, el año pasado en Burriana (35kms) decidí dar el paso. Ya conté por otro lado que el 10 de junio me dieron el carnet, pero no empecé a ir en moto al trabajo hasta finales. Cuando ya no había alumnos. Me daba no sé que llegar allí con la moto.
Este año la cosa cambió. Empecé a ir desde el primer día. Trabajo actualmente en Turís, a 65kms de casa con un trayecto bastante simple:

Autovía de circunvalación de Valencia A7 hasta llegar a la A3 autovía de Madrid y en la salida de Cheste, unos 12 kms por la CV50 hasta Turís.
Yo pensaba que al ir allí desde el primer día con la moto, no se armaría tanto revuelo. Pero me equivocaba. Conozco pocos profesores que vayan en moto al instituto y menos con una custom con alforjas de clavos y flecos... Llama demasiado la atención. Pero me da igual. Los compañeros la miran con curiosidad, los alumnos con admiración. La mayoría son moteros, pues están al ladito de Cheste. Y aunque son más de las Rs, no deja de ser una motarra de las gordas. Por tanto me miran distinto. Soy "el de la moto". Si además apareces con la chupa de cuero, pues ya ni te cuento.
Desde el día 1 de septiembre he ido en moto a trabajar. Decidí que hasta que no llegara el frío así lo haría. En la segunda mitad de octubre, por las mañanas empezó a hacer frío y al salir todos los días a las 8:00, aún era de noche y decidí dejar la moto. Menos los miércoles que entro bien entrada la mañana y continúo a día de hoy yendo con la moto si no llueve. Pero la verdad es que me malacostumbré y me di cuenta que cuando iba con el coche, salía de más mala leche. Con el cambio de hora a las 8:00 ya estaba saliendo el sol, con lo que volví a coger la moto a diario. Me cambia el estado de ánimo. Voy con otra alegría a trabajar. Salgo con ganas porque sé que me está esperando en el parking. Me da rabia llegar a casa porque tengo que guardarla en el garaje. Y sobre todo los viernes. Los viernes he decidido pasar frío lo que dure el invierno, pero necesito la moto al salir. El viernes es mi día más duro. Pues se hace menos duro al saber que volveré a casa en moto. Os parecerá una tontería pero yo lo tengo comprobado. Me cambia el carácter. 
Esta última semana ha estado amenazando lluvia y hacía bastante frío, con lo que solo he ido un par de días. Solo deseo que pase pronto el invierno y eso que aquí en Valencia invierno tenemos poco, pero yo soporto mal el frío. ¡Como para ir a Pingüinos! jejeje. De todas formas, ahora lo que hago por las noches es ver el tiempo en internet y lo primero que hago por la mañana es salir a la terraza a ver el cielo lo despejado que está y el frío que hace a las 8:00. Y normalmente acabo cogiendo la moto. El viernes pasado llegué con los dedos y los pies helados. Tengo pedidos los calcetines térmicos y los sotoguantes, pero no han llegado aún. Había pensado en los guantes calefactados de Kondor o en los puños calefactables de Motero solitario, pero en esta zona creo que no merece la pena. Ya veremos si lo soluciono cuando lleguen las protecciones térmicas de pies y manos.

En cuanto al trayecto en sí, tiene poco misterio, como ya he dicho. Autovía y más autovía con algo de tráfico y camiones, pero son tres carriles hasta la A3. Lo malo está en la A3 pues están de obras. Y el último tramo una nacional nueva. Poco tiene que contar. Lo único, que he descubierto que con la moto no adelanto. No llego antes, al revés. Tardo entre 5 y 10 minutos más. Le piso más al coche. Lo único bueno es que cuando en el acceso a la A3 se monta atasco, con la moto me lo salto. Así he evitado llegar tarde un par de veces. Eso sí el arcén en ese tramo es más ancho que los carriles y despacito puedes pasar, sintiendo en el cogote la mirada airada o envidiosa de los que están parados.

Solo destacaría mi segundo gran susto desde que tengo la moto. Sucedió una mañana tempranito en el viaje de ida. En el tramo de la A3 justo antes de empezar las obras. De tres carriles se pasa a dos y aunque casi nunca hay problemas, ese día yo iba algo despistado a 90km/h y cuando fijo la vista delante veo las luces de frenado de los vehículos de los tres carriles delante mío. El susto fue tremendo y el instinto obró la chapuza pisando el freno trasero a fondo. La moto en vez de frenar salió deslizándose hacia delante. La suerte, que había sido una frenada sin detener los vehículos, si no todavía me están despegando del camión que llevaba delante. La moto salió descontrolada unos 60 u 80 metros, aunque a mí me parecieron kms. El bloqueo de la rueda trasera hacía que la moto empezara a oscilar del culo a izquierda y derecha. Y la oscilación, leve al principio, cada vez era mayor. Yo solo estaba esperando el momento en el que me iba al suelo. De pronto me dio por soltar el pie del freno, la oscilación cesó y la moto se estabilizó, bajé a segunda y resoplé. Me dio por mirar por el retrovisor y alcancé a ver al camionero que llevaba detrás con las manos en la cabeza. En fin todo quedó en un susto. Pero que susto. Lo dicho. Si llegan a frenar de verdad no lo cuento.
Claro, a partir de ahí todo motero al que se lo he contado me ha explicado la teoría: "Es que hay que frenar con los dos frenos y con golpecitos breves pero intensos... blablabla...". Señores, si la teoría me la sé. Pero díganle eso al señor Instinto que la olvidó. Me salió el acto reflejo del coche. Ante un imprevisto pisar pedal de freno y el ABS hace lo demás. La verdad es que me dejó muchas dudas, pues en caso de emergencia los actos reflejos no son los adecuados y eso es muy peligroso. Supongo yo que la experiencia irá modificando esos actos reflejos, porque sino cualquier día me convierto en pegatina-vinilo de la parte posterior de cualquier vehículo. Iremos el toro embolado a la izquierda y yo a la derecha. O viceversa.

En resumen, compré la moto porque así ahorraría tiempo al ir al trabajo, cosa que es mentira. Pero que bien me lo paso. No puedo pensar que sólo voy a usar la moto para los fines de semana, y no todos. El fin de semana que no puedo salir, me consuela el hecho de que entre semana la uso todo cuanto puedo. Y los viernes... los viernes son menos viernes cuando la Pequeña Estrella Blanca me espera en el parking y al salir por la puerta del instituto, algunos alumnos gritan: "Jose, dale caña que queremos oírla". Y yo sonrío y salgo despacito y discreto con mi chupa de cuero y cara de tipo duro rumbo a casa, rumbo al fin de semana. Y a ver qué día sale el lunes. Por cierto, voy a ver que día hace mañana.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Impactado

Supongo que muchos ya habréis visto este video, pues por lo que sé lleva ya tiempo rondando por la red. Yo lo acabo de ver y me ha dejado aturdido y con un nudo en la garganta.



Por un momento he visto a mi hijo escribiendo la puta carta. Y no me ha gustado nada.
Sinceramente me ha dejado muy, pero que muy tocado.

jueves, 18 de noviembre de 2010

I Matinal en el pueblo del semáforo ENGUERA

Una semana después de Arévalo estaba programada una matinal en Enguera. Convocada por Águila Culebrera, ya que era la I Matinal de su pueblo. Llamado como bien reza el título, el pueblo del semáforo. Yo no entendía muy bien el cachondeo que se llevaban con el dichoso semáforo. Solo hay uno en el pueblo. Lo entendí cuando llegamos. Pero empecemos por el principio.
Había mucha gente apuntada para asistir y es que Aguila Culebrera es de esas moteras de rompe y rasga, en todos los sentidos. Actualmente ha sido nombrada Embajadora de la Asociación Espíritu Custom Solidario, del foro Espíritu Custom. Una tía muy querida por todos, por su forma de ser. Extrovertida, alocada, no para un momento. Organiza una ruta, salida o viaje y antes de empezarlo ya está organizando otro. Un sinvivir, oyes. Y la gente respondió. Unas 20 personas apuntadas para asistir. Cita, como siempre en la Pink Panther de Valencia y a las 10:00 en el cafestore de Masalaves, segundo punto de encuentro, cuando se sale hacia aquella zona, claro.
Quería haber llegado muy pronto, pues no quería encontrarme con tanta gente así de sopetón. Si llegaba pronto iría saludando poco a poco a los conocidos y a los nuevos por conocer. Sabía que venían los que estuvieron en Arévalo, y algunos otros con los que había compartido ya las matinales de La Pobla de Vallbona y Torrent y Bicipalo, con el que por fin podría rodar. No siempre puede escaparse para estos menesteres. Y llegué tarde, para lo que yo quería, pues la acera del lavadero de coches ya estaba repleta de gente y motos. Detuve la moto y tímidamente saludé a Bicipalo y a los que estaban más cerca. De pronto se me vino una chica encima con las alas abiertas, digo, con los brazos abiertos: Aguila Culebrera, que oficiaba de anfitriona. Había venido desde Enguera para acompañarnos. Presentaciones, saludos, parabienes... (Como siempre en estas primeras salidas las fotos no son mías sino rapiñadas de alguien. En este caso de Águila y Torres)




Así pues, estábamos todos y había que ponerse en marcha. Águila encabezó el largo dragón hasta el cafestore de Masalaves. Pero antes de la partida, fotito para el recuerdo.




Rule tranquilo hasta Masalaves, donde recogimos a los de allí. Eran más de las 10:00 cuando salíamos del cafestore. Era un poco tarde ya. Desde allí, todo autovía hasta el desvío a Enguera. El viaje sin contratiempos. A la entrada del pueblo nos detuvimos a esperar a los que venían de Alicante y Murcia. Una vez todos reunidos en la entrada del pueblo, Águila nos aleccionó: Había que hacer el mayor ruido posible. Estaba en su salsa. Se presentaba en su pueblo con una banda de moteros malos, malotes y ella a la cabeza del dragón. La verdad es que nos hicimos notar. Aparcamos donde pudimos y nos fuimos a almorzar. Y menos mal que teníamos enchufe. Ya no quedaban camisetas, así es que nos cambiaban la camiseta por otra bebida. Las camisetas se las darían a Aguila para que ella las distribuyera otro día. En cuanto a los bocatas, quedaban pocos y fríos. Pero como teníamos enchufe nos prepararon calientes. A decir verdad, yo me cansé de esperar y me pillé uno frío.
No quedaba casi nadie ya almorzando. Vi desilusionado como mientras nos sentábamos a almorzar salían todas las motos de ruta. Nosotros nos quedábamos a almorzar. 



Fue una larga sentada. Estuve con Bicipalo de charreta. Empezaron los sorteos, los premios. Águila se llevó varios, incluidos un par que le dieron los Dracs. Al parecer, ella perteneció en su día a los Dracs de la Llum, pero ya no llevaba el parche en la espalda. En su lugar lleva un águila con las alas desplegadas. Tampoco he querido preguntar mucho por el tema. Bicipalo tenía que volver pronto a casa y se despidió. Antes de la desbandada general tocaba hacerse la foto con el famoso semáforo.



Entonces entendí el cachondeo. Es un semáforo de una única luz roja. Siempre encendida. Nunca se pone verde. Está allí para indicar que por esa calle no se puede entrar... Y digo yo, una señal de prohibido no sería más baratooooooooooooo. Joder con el semáforo. Cosa más inútil, por dios. Enfrente del semáforo también había una señal graciosa, que vi repetida por otras calles del pueblo. Una señal de velocidad máxima 10 por hora y un mensaje debajo: Velocidad Humana. Alguien hizo una foto, pero no la he podido localizar.
En fin, una nueva matinal, donde acabé pensando lo mismo de siempre. ¿Qué pinto yo aquí? Está bien conocer gente y relacionarte, pero yo lo que quiero es rodar. Siempre tengo la sensación de estar fuera de lugar.
De vuelta, todo autovía hasta casa y hasta la próxima salida.

Si queréis ver más fotos de la matinal con los que allí asistieron mirad la Crónica de Águila y el blog de Torres que por cierto, apareció allí por sorpresa.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Arévalo 2010 Reflexiones finales.

Los más observadores habrán visto la drástica reducción del título de la entrada para esta cuarta y última entrega de la crónica de la II Concentración Nacional Espíritu Custom Arévalo 2010. Es lo que voy a tratar de explicar en esta entrada producto de mis reflexiones sobre lo acontecido a posteriori en el foro de donde supuestamente partía la Concentración.


Digamos que, como ya anticipé en la primera entrega, me llamaban mucho la atención esas kdds interprovinciales y esas concentraciones nacionales, donde gente de todas partes de España, se unían con el único fin de compartir su afición por las motos. También dije que no era muy partidario de las kdds multitudinarias. Pero algo me empujaba a asistir a este tipo de eventos moteros. Supongo que mi afán por conocer gente muy deprisa, para poder rodar, tener un amplio abanico de posibilidades de salida los domingos, etc. Por otro lado, siempre me llamaron la atención los chalecos del mundo Custom, llenos de parches, colores, nombres. Recuerdo a Mathius, de los Dracs de la Llum de Valencia, en la Pobla de Vallbona mostrándome con orgullo algunos de ellos. La puebla de Don Fadrique, el parche de Espíritu Custom... Nunca me dio por comprar ningún parche y, después de cinco meses en este mundillo, veo que hice lo correcto. Siempre pensé que los parches había que ganárselos, nunca comprarlos. Y eso me propuse. Como miembro activo del foro Espíritu Custom, deseaba poder coserme el parche y decidí ganármelo. Y decidí ganármelo acudiendo a la II Concentración Nacional Espíritu Custom Arévalo 2010, pues así rezaba en título del post donde se anunciaba y donde se inscribían las personas que acudirían.

En las semanas previas al evento ya dije que habían surgido dentro del foro voces discordantes, a propósito de los organizadores, del nombre de la concentración... Tampoco me voy a enredar en nombres, desmentidos y explicaciones, que se dieron. Debo reconocer que en mi interior creo que algunos de los que asistieron ya sabían o intuían que pasaría lo que pasó después una vez regresamos a casa y entramos al foro a compartir con los que no pudieron asistir, crónicas, fotos y videos de la Concentración. Yo sinceramente no lo esperaba y me sentí defraudado, engañado, como un idiota. ¿Por qué? Pues muy sencillo, la gente empezó a postear en diferentes hilos sus aventuras por Arévalo y alguien acertadamente pidió al Staff del foro que creara un subforo fijo para poder meter todos los hilos relacionados con la II Concentración Nacional Espíritu Custom Arévalo 2010, como ya lo había para la I Concentración Nacional Espíritu Custom Arévalo 2009. Respuesta del Staff: NO. Un rotundo NO y como explicación: "No la consideramos parte del foro". Sin más explicaciones. Claro la gente re rebotó muchísimo, yo entre ellos. Tras muchas discusiones, subidas de tono en algunas ocasiones, conseguimos que aclararan el por qué no la consideraban una Concentración de Espíritu Custom: Sus organizadores no eran miembros activos del foro, el nombre de la asociación que la organizaba era Espíritu Libre y el logo y el nombre de Espíritu Custom había desaparecido de los carteles y de todas partes. Tan solo el logo con la trusa aparecía en el cartel anunciador. Vale. ¡¡¡Pero todo esto ya se sabía meses antes de la Concentración!!! Quizás lo único que no se sabía era el último punto, y yo sí me di cuenta cuando llegué allí. No vi Espíritu Custom por ninguna parte. Ni en las camisetas, ni en la bolsa, ni en los carteles (salvo la trusa). Entonces fue cuando yo me sentí engañado por ambas partes. Por el Staff del foro por dejarme ir a una Concentración cuando antes de que se celebrara ya sabían que no la considerarían propia del foro. Y por parte de la Organización, por llamarme a una Concentración del foro Espíritu Custom y luego hacerlo desparecer del mapa. Bueno a raíz de esto se armó la de Dios es Cristo en el foro. Salió mierda para llenar un campo de fútbol, que no viene a cuento en este lugar. Los argumentos de los que queríamos que figurara como nuestra, pues así lo habíamos sentido, eran impepinables: más de la mitad de los asistentes fueron miembros del foro (unos 200). Era ahí donde se veía Espíritu Custom, en los chalecos de los asistentes. Y el post donde se anunciaba no dejaba lugar a dudas como queda demostrado con la foto. Lo único que conseguimos fue que el Staff pusiera una encuesta para ver si colocaba el dichoso subforo. Pero el mismo planteamiento de la encuesta estaba viciado. Aún así se colocó la encuesta y ganó el sí al subforo. Tras un mes la encuesta en marcha. Se colocó el subforo, pero el Staff dejaba muy claro lo que opinaba del subforo:


Conclusión, una vez puesto el subforo creo que nadie ha posteado para colgar nada, ni escribir nada. 

A lo largo de ese mes y fruto de las numerosas discusiones allí celebradas, muchos de los asistentes a la Concentración y foreros activos decidieron abandonar el foro para siempre. Algunos hasta pidieron la baja del foro. Otros simplemente dejaron de postear. En otras ocasiones expulsiones y baneos permanentes, sino por cuestiones de la Concentración, sí derivado de la actitud de algunos Staff en el tema que tenían encendida a mucha gente. Y gente muy activa en el foro. En resumen, entre unas cosas y otras, la mayor parte de gente a la que conocí allí despareció del foro.

A nivel personal, al sentirme engañado por las dos partes, pedí explicaciones a ambos por privado.
Al Staff mi consulta era muy clara: ¿Por qué habían mantenido un post donde se anunciaba una concentración del foro si ellos ya sabían que no la considerarían del foro? La respuesta no pudo ser más sorprendente. Simplemente no querían hacer daño a los organizadores que se lo habían currado. De haber modificado el post y haber anunciado que no la reconocían como propia del foro antes de celebrarse, mucha gente no hubiese acudido. Y según ellos el lío que se hubiese montado hubiese sido peor que el que se estaba montando en esos momentos. Pues no sé yo. En fin, que esa "loable" actitud, me llevó a mí a una Concentración que luego no existió. A partir de ese momento decidí no colocarme el parche de Espíritu Custom en el chaleco. Y de alguna manera empezó a alejarme del foro. Mi participación bajó considerablemente, hasta que se produjeron las expulsiones de por vida de algunos miembros. Todas duelen, pero la de Cerezo, especialmente. Un tipo con 9000 mensajes en el foro, que movía iniciativas, rutas, crónicas... se lo cargaban de un plumazo y sin pestañear. Incumplió las normas, cierto, pero ¿a santo de qué? El Staff mismo se lo preguntaba en la nota aclaratoria de la expulsión. Decían que no entendían como un miembro así actuaba de esa manera. Pero no quisieron encontrar la respuesta. No quisieron quitarse la venda de los ojos. Era más fácil expulsar y ale, un grano menos en el culo. Y no le demos muchas más vueltas que si analizamos las cosas, igual puede que tengamos nosotros, el staff, gran parte de culpa... En fin. Conclusión, dejé de postear en Espíritu Custom. Sigo leyendo, pues Espíritu Custom no es solo el Staff, sino que hay muchísima gente válida allí, que vale la pena, pero yo no puedo seguir participando en ese foro. Tampoco importa mucho, pues creo que casi nadie me echará de menos. Total yo era un recién llegado.

A la organización, también era muy sencilla la pregunta: ¿Por qué había desaparecido Espíritu Custom de la Concentración y tan solo aparecía la trusa en el cartel de forma testimonial? En un largo mensaje a Goloso, cabeza visible de la organización, le planteé la pregunta después de hacerle ver una serie de cosas. Anuncia una Concentración en un foro, en el foro se le llama II Concentración Nacional Espíritu Custom, me atrevería a decir que casi el 75% de los asistentes eran de Espíritu Custom. De alguna manera se aprovecha de la plataforma del foro para promover una concentración para finalmente que no aparezca su nombre en ningún sitio. Jamás obtuve respuesta. Sólo una aclaración de Goloso en un post en abierto en el que anunciaba que tenía la conciencia muy tranquila, que ya había solucionado por privado con algunos de la organización del año anterior unos líos tremendos y que no daría más explicaciones. Pues vale, pues bueno, pues me alegro.

Pese a unos y a otros, recordaré esa concentración como mi primera Concentración motera. Y la recordaré con cariño por la crónica en tres partes que os he contado. Y alguno dirá: "¿Pues no te lo pasaste bien? Entonces, ¿qué más da como se llamara o quién la organizara?" Pues a mí sí me da. Llamarme cuadriculado o como queráis, pero no me gusta que me tomen el pelo, ni unos ni otros. Recordaré esa concentración, no por el foro, ni por los organizadores, sino por las personas que allí conocí y por las que me dejé por conocer, y que conoceré en otra ocasión.

En otro orden de cosas y a pesar de habérmelo pasado en grande, tengo que reconocer, que tengo la sensación de que no tenía que haber ido. Y esto no tiene nada que ver con el lío que acabo de contar. Tenía que haberme mantenido en la firme convicción de que no soy partidario de este tipo de reuniones. Creo que me pilló muy verde en este mundillo. Hubiese conocido mucha más gente y hubiese disfrutado mucho más de haber esperado un año, por ejemplo, para acudir a un evento de este tipo. Es fácil. Yo no era muy conocido por el foro, tampoco conocía a nadie, excepto a los valencianos. Con los que más relación tenía a nivel personal, por intercambio de mps y algo más, no iban a asistir. Por tanto, y dado mi carácter, la cosa no funcionaría. Y no me quejo del trato de la gente, al revés. Pero si hubiese esperado un añito o así la cosa hubiese cambiado.
Y esto me lleva a otro asunto y es que creo que he empezado en este mundo de forma equivocada. Alocada. Como elefante en cacharrería. Con demasiadas ansias, con demasiadas prisas y he decidido echar el freno. Cambiar el chip. Esta experiencia agridulce de Arévalo, mi relación con las matinales y el descubrimiento y lectura de algunos blogs me han abierto los ojos y me han hecho iniciar un giro en mi manera de vivir la moto, porque eso sí, la moto la estoy viviendo a marchas forzadas, como si hoy fuera el último día en el que me voy a subir a la moto. Incluso me parece hasta enfermizo.
Y acabaré esta entrada como acabé un post en clave de lamento que escribí en Espíritu Custom en medio de todo aquel lío.

"Me podréis arrancar el espíritu Custom, pero el espíritu motero solo me lo arrancará la carretera."

Yo he colgado algunas fotos prestadas de la Concentración, pero hay muchísimo más. Crónicas, Fotos, videos, además de todo el berenjenal que se montó. Lo podéis encontrar aquí, pero tendréis que indicar que os muestre los posts de los dos últimos meses para poder verlos. Un consejo, visitar solo las fotos, videos y crónicas y no hagáis mala sangre con el lío que se montó.
Un saludo.

lunes, 15 de noviembre de 2010

II Concentración Nacional Espíritu Custom Arévalo 2010 (3ª parte)


Domingo 5 de septiembre, día de partida. Punto y final de la concentración. Nos levantamos sobre las 10:00 de la mañana. Empaquetamos todo bien y preparamos las motos para salir directamente desde el recinto de la concentración. Dejamos la habitación y fuimos a desayunar a la plaza de toros. Chocolate con un par de bollos.
Acto seguido fuimos a ver si había alguna novedad con el tema del seguro. No había ninguna y quedó la chica en llamar por teléfono a Josele si averiguaba algo.



Con las motos aparcadas en medio del recinto (con lo grande que era y elegimos el lugar menos indicado) esperábamos el punto y final, los sorteos de regalos y sobre todo la entrega del cheque a la Asociación Nuevo Amanecer, momento emotivo de todo el fin de semana.
Poco a poco fue acercándose la gente. Vaya por dios, la entrega de regalos se hacía justo delante de donde habíamos dejado las motos. Así es que nos vimos rodeados por la gente que se aproximaba a la tarima donde Ricardo, micrófono en mano, repartía regalos, con y sin sorteo. Para finalizar el acto subieron a la tarima 3 jóvenes de la asociación Nuevo Amancer para niños con síndrome de Dawn para recoger el cheque y agradecernos a todos el detalle. A más de un duro motero se le escapó alguna que otra lagrimilla, pero ¿qué queréis? somos duros, pero sobre todo personas y con mucho corazón.
La entrega de regalos continuó, pues había mucho que repatir, así es que Josele y yo, nos preparamos para la partida. Nos depedimos más o menos de los que más cerca teníamos y tuvimos que abrir hueco para poder salir, pues las motos habían quedado en medio de la gente, delante de la tarima… Ya notaba yo la mirada de desaprobación de algunos. Pero, oyes, cuando llegamos nosotros no había nadie, jejeje.
 


 Josele quería salir hacia las 13:00 para parar a comer en el Área 77, pasado Madrid. Si nos quedábamos a comer en Arévalo se nos haría muy tarde. En el viaje de vuelta intercambiamos los papeles y era Josele quien encabezaba la marcha y yo quien le seguía como podía. Mis esperanzas de atravesar Guadarrama por la nacional se volvieron a esfumar. Habíamos salido tarde y si no íbamos por el túnel llegaríamos tardísimo a comer. Así es que otros 9€ al garete y mis ganas de curvear por Guadarrama también. Otra vez será. Nada más atravesar el peaje paramos para que Josele se colocara el Iphone con los auriculares de mi IPod para que el GPS nos dirigiera para atravesar Madrid y evitar caer en los mismos errores que en la ida. Funcionó  a la perfección y nos guió estupendamente. Solo nos equivocamos una vez y no fue culpa del GPS, pero este nos recondujo enseguida y salimos de Madrid sin más contratiempos. Íbamos rapiditos para llegar a una hora razonable para comer, con las paradas justas para repostar, cigarrito y a continuar. En una de estas paradas, Josele comentó que notaba rara la moto. Pero en general iba bien.

Por fin llegamos al Área 77 donde comimos bien y en cantidades exageradas. No deja de ser un bar de área de servicio, pero la comida estaba aceptable. Vino bien el reposo, pero tampoco era plan de retrasar mucho la reanudación del viaje. Ya había ganas de llegar a casa y ver a la familia y contar las experiencias vividas. Bueno, todas, todas tampoco es necesario. Para qué tanto detalle, jejeje. Del Área 77 salimos como a las 16:00 y parando lo imprescindible al llegar a la altura de la CV35 nos despedimos cada uno para su destino final. Casita y familia. A las 19:00 estaba en casa sin mayor novedad. El fin de semana había tocado a su fin. Un fin de semana difícil de olvidar, pues se trataba de mi primera gran concentración motera y, aunque los acontecimientos posteriores empañen de alguna manera la concentración, no dejará de haber sido algo especial para mí.

Y acabaré la crónica de la concentración explicando la resolución del siniestro de la Fat Boy de Josele, cuyo final feliz me quita un peso de encima, pues de alguna manera, el sentimiento de culpa lo llevaba ahí dentro, aunque Josele nunca me dijo nada al respecto.
A los pocos día de volver de Arévalo, Josele recibió una llamada de la chica del seguro, con buenas noticias. Bueno, había buenas y malas noticias. En una reunión con los miembros de la organización para tratar asuntos sobre el seguro, en el transcurso de la reunión surgió el tema de la moto volcada y aunque quedó claro que nada se podía hacer, uno de los miembros, (o un conocido) afirmaba haber visto cómo y quién tiraba la moto. Estas eran las buenas noticias. Esta persona aportó el número de matrícula del vehículo que tiró la moto al suelo. Las malas noticias eran que no testificaría en caso de ser necesario. Puedo entender que la organización no quisiera meter como siniestro el accidente, pero no puedo entender que alguien vea como una persona causa unos daños y no deje una notificación y esta se niegue a testificar en caso de necesidad. La verdad es que en este punto la solidaridad en el mundo motero debo ponerla en entredicho y más aún si cabe cuando quien ha visto ese suceso es miembro de una organización que ha realizado un evento al cual el propietario de la moto afectada ha asistido.
En fin, que con el número de matrícula en la mano, Josele lo notificó a su compañía de seguros para que reclamase los daños. Tampoco teníamos muchas esperanzas. La compañía averiguó los datos del propietario y reclamó a su seguro. Como curiosidad, la matrícula correspondía a un Combo. No sabemos más datos, pero no pudimos dejar de recordar que el señor del butano tenía un combo aparcado en la puerta, justo delante de la Fat Boy. Igual es pura casualidad y pudo ser otro Combo, pero de haber sido él, ya se necesita tener rostro. Ya digo que son suposiciones y no hemos querido averiguar nada más. Sólo cabía esperar, pues la otra compañía tenía 15 días para contestar y un mes para aceptar o rechazar el parte.
Antes de ayer llamé a Josele y me dio las buenas nuevas. La compañía contraria había aceptado el parte sin rechistar. Le reparaban la moto sin coste alguno. La verdad es que personalmente no esperaba esta solución, pues de haberse negado la otra parte, no teníamos argumentos para probar el golpe. Pero esto el dueño del Combo no lo sabía y habiéndose visto pillado no tuvo más remedio que aceptar el parte.
La verdad es que respiré tranquilo. El montante de  la factura de la reparación ascendía a la friolera de 3400€. A los daños que se veían a simple vista, había que añadir el desvío de la dirección. Esto era lo que Josele notaba raro volviendo. Aún así me sigue pareciendo desproporcionado el coste de la reparación. De haber sido la mía dudo mucho que hubiese pasado de los 500€. En la denuncia en la Guardia Civil, Josele estimó los daños a ojo en unos 1300€. Fijaos en la diferencia final. Y el daño en el bolsillo, en caso de habérselo tenido que pagar él. Por eso mis dudas de adquirir en un futuro mi sueño de toda la vida. Las cifras marean.
Eso sí, este tema de los seguros y de los incrementos en la cuota en caso de partes de culpa hace mucho daño. Por evitar que nos suban la cuota 20€ o 50€ preferimos eludir la responsabilidad de nuestros actos y dejamos que el pobre al que le hemos causado el daño se rasque el bolsillo con esos 3400€. Reflexionemos un poco y seamos justos y solidarios. Por ahorrarnos unos duros hacemos que otra persona tenga que hacer un desembolso importante sin comerlo ni beberlo, habiendo una solución sencillísima, el seguro, que para eso lo pagamos.
Dejo para la próxima las conclusiones finales, valoración y  reflexiones a esta concentración. Adelanto que supuso un punto de inflexión en mi vida encima de la moto y en mi relación con internet.



Uy, ¿estas otra vez aqui? Buen colofón. Gracias Rigodón.

domingo, 14 de noviembre de 2010

II Concentración Nacional Espíritu Custom Arévalo 2010 (2ª parte)

Sábado 4 de septiembre. 11:30 de la mañana. Josele que me despierta. Por Dios que horror. Estado lamentable. Haber si una ducha lo arregla. Por supuesto la ruta mañanera con fotografía aérea nos la hemos perdido. Una lástima, pero que nos quiten lo "bailao", nunca mejor dicho. Voz estropajosa, el estómago al revés, el careto, para olvidar. Pero bueno, había que ponerse en marcha. Quedaba toda una larga jornada. Había que recoger la Fat Boy abandonada a su suerte enfrente del butano y acudir al recinto para comer.
Por supuesto condujo Josele de nuevo. Había que retrasar todo lo posible el más mínimo esfuerzo. A ver si recuperaba. Llegamos donde la Fat Boy y estaba en su sitio. Ok. La cogemos y nos vamos al recinto. Uy, ¿Esto qué es? Josele se agacha y recoje del suelo una bolita de una maneta del freno delantero. Miramos la maneta y le faltaba la bolita. "mecagoensusmuertosyentodasuparentela". Entre las 4:00 y las 12:00 alguien había tirado la moto. Inspección ocular para ver si había más desperfectos. Los había. Tenía el corazón encogido. Por mi culpa habíamos dejado su moto allí y se la habían tirado al suelo. Después de la rápida inspección, los daños parecían leves. Maneta rota, guardabarros delantero arañado y un pelin abollado, pedal de freno doblado, guardabarros trasero, como el delantero, tubos de escape abollados, tapa de intermitente delantero desaparecida. El intermitente funcionaba. Los daños no eran muchos, pero lo de la tapa del intermitente dolió. No estaba rota en el suelo, no. Sencillamente no estaba. No solo le habían tirado la moto sino que encima, el que la tiró o cualquier otro desaprensivo se había llevado la tapa. No es lo que vale la jodida tapa, es el detalle. Salió el señor del butano de la tienda y le preguntamos si había visto algo. Nada. Él había llegado allí a las 9:00 de la mañana y la moto estaba en su sitio. Eso reducía la franja horaria. Entre las 4:00 y las 9:00. Le dimos las gracias, cogío su Combo y se fue a sus tareas.
Arrancamos la moto para ver si tenía algún problema, pero arrancó a la primera y a simple vista no tenía problemas de dirección. Josele pensaba que algún coche la había tirado. Yo más bien pensaba en algún graciosillo que se había subido y la había tirado. 
Llegamos al recinto y preguntamos a alguien de la organización por el tema del seguro. No sé si fue a Ricardo o a Jimmy. Nos dirigieron hacia la chica de la barra que había dentro del recinto, pues era la que gestionaba lo del seguro. Le preguntamos por si a través de la Responsabilidad Civil se podía hacer algo y nos dijo que haría todo lo posible. Pero que igual sería conveniente denunciarlo a la Guardia Civil. Quedamos en vernos por la tarde y ya nos diría algo.
Bueno, el mal rollo que se nos había instalado en el cuerpo era guapo. Y mi cuerpo no estaba para muchos más malos rollos. Se hizo la hora de comer y probamos el guisado de toro. Le tenía un miedo yo a mi estómago... Me preguntaba yo si admitiría el guiso. Había que porbar. La verdad es que tenía hambre. Resultó mano de santo. Aunque no sé yo, realmente, que fue lo que me reanimó, si el toro o esto:




¿Y estas de dónde han salido? Estas moteras ayer no estaban que las hubiese visto yo, pardiez. Obsérvese la naturalidad de la chica de la derecha en la primera foto para pedir el toro. No lo intentéis vosotros, que no queda igual de bien. Vosotras sí, por supuesto. La verdad es que la cola andaba animada. Pero qué bien se portaron los moteros. Ni silbidos, ni piropos desenfrenados, ni vivas, ni chascarrillos. Como si fuera lo más natural del mundo.
Pero bueno, a lo que íbamos. El toro guisado estaba muy bien. Para mí algo escaso, pero dado mi estado, mejor no forzar. Pero si hubiese estado en óptimas condiciones hubiése tenido que ir a completar la comida a algún bar, jejeje. Soy de buen comer, ¡qué le vamos a hacer! Vista del platillo de toro:



Uy, perdón. Tonto estoy. Esta no es. Qué estaría yo pensando. Bueno da igual, que no encuentro la del toro. Esta la dejo que queda muy bien. Nos comimos el toro en el lugar destinado a comidas y cenas. Un rincón al abrigo del sol bajo la grada de la plaza de toros. Con unas mesas muy altas para comer de pie. Ejem. 


Este ha sido un punto negro de la concentración. Eché de menos una zona con sombra, con muchas mesas y sillas para poder comer, cenar o simplemente tomarte una cerveza. Como lo que me encuentro en las matinales. Esa zona, creo que es imprescindible para las relaciones entre los asistentes, pues coincides con mucha gente en las diferentes comidas o simplemente tomándote una cerveza o un café e intercambias impresiones. Una especie de centro neurálgico. Si no, pasa lo que nos pasaba a nosotros. Llegábamos al recinto y no sabías que hacer. A la barra a por un quinto y ¿qué? Allí de pie. Sin más. Según explicaciones a posteriori de la organización, estaba previsto eso, pero a cargo de los que montaron la barra dentro del recinto. Pero al final no lo montaron. Pues eso, a falta de este tinglado, el cortado nos lo tomamos en el bar de enfrente de la puerta. Este sí que se forró. Estaba el bar petao a todas horas. 

Tras el café y sin mucho más que hacer, decidimos retirarnos a la habitación a descansar un poco, Lo necesitábamos y total hasta las 18:00 no empezaban las actividades: recortadores, los compañeros de AV Campos y finalmente la cena. Había poco ambiente en el recinto. El DJ a veces estaba más solo que la una. Pero es que ya digo que faltaba algo que te retuviera en el recinto, a pesar de no haber nada programado. En el recinto solo había una barra, el DJ, una tienda y una carpa de aerografía. Y bueno recogimos las motos para descansar en el hotel. Bueno, ellas también estaban por el recinto.





Y nosotros preguntándonos todavía qué pintaban allí. La explicación es muy sencilla, pero solo me enteré cuando volví a casa. Eran las go-gos de AV Campos (o eso creo), pero como no fuimos a la ruta, nos perdimos la exhibición y a estas tres bellezas. Bueno, bueno, ya está bien de mirar que nos vamos a echar una cabezadita.


Recogimos las motos, que por allí andaban como queda registrado en algunas de las fotos que algunos compañeros hicieron:



La Fat Boy accidentada y la Silverado.



Aquí, las dos del medio. La verdad es que salieron más las motos que nosotros, jejeje, alabado sea el señor.


Siesta reparadora y de vuelta al recinto. A hablar con la chica del seguro a ver que nos decía. Había hablado con los de la organización para ver si lo podían meter por algún sitio, diciendo que había sido dentro del recinto, con alguna valla que había tirado la moto. Pero la organización no estaba muy por la labor. Los entiendo, porque realmente fue fuera del recinto. Además, tenían que pagar 200€ de franquicia. Nos quedaba el recurso de la Guardia Civil. Con un poco de suerte, las cámaras de las oficinas de Caja Duero, enfrente de donde estaba la moto habían grabado al culpable. Fuimos al cuartel de la Guardia Civil y denunciamos. Dimos todos los datos y sugerimos lo de las cámaras. nos dijeron que no nos preocupáramos que ellos se ocupaban y si tenían que mirar las cámaras ya se vería. Nos fuimos con la sensación de que nadie iba a mover un dedo, pero bueno. Solo un detalle. A ojo, Josele calculó los daños y los valoró en 1300€. Y pensaréis "¡Qué barbaridad, para una maneta y 3 rasguños". Explicación. La dichosa Fat Boy se la compró directamente en EEUU y se trata de la edición especial del 15 aniversario. Las piezas las tienen que traer de EEUU, sobre todo, la pintura y las pegatinas especiales. Claro que la puedes llevar a cualquier taller Harley y te hacen un apaño. Pero uno no se va a EEUU a comprarse una Harley Fat Boy del 15 aniversario para parchearla de mala manera. ¿Qué queréis? Mundo Harley. En fin, veremos en qué queda el asunto.


Tras la denuncia, volvimos al recinto y aún pudimos ver parte de la exhibición de recortadores. Entretenida, y al menos estábamos sentaditos, que el cuerpo aún estaba más "pallá" que "pacá". Había muchas fotos en los reportajes de los compañeros, pero yo no salía en ninguna, hasta que en Almansa, Cerezo me dijo que él sí me saco. La prueba:


Tras la exhibición de ganado vacuno, volvimos al recinto y estuvimos viendo la tienda de camisetas. Nos llevamos tropecientas entre los dos. Y una bandana, para ver si no se mueve tanto el jet. Un acierto, ahora con la bandana de tela se queda más sujeto y no parece que vaya a salir volando hacia atrás. También buscaba yo una máscara para el morro. Veréis, últimamente, cuando hacía alguna rutilla más o menos larga acababa con un picor de nariz impresionante. No sabía de qué. Creía yo que sería algún tipo de alergia, al polen o vete tú a saber qué. Pero últimamente me dio por pensar que era el aire. A ver si con la máscara esa lo solucionaba. Solo había 3 modelos a cual de ellos más feo. Pero como eran baratillos, me quedé el menos feo. No me veo yo con la calavera esa. Me ve mi hija así y no duerme en 3 semanas. Así es que me pongo en el pellejo de cualquier niño que me cruce y el pasmo que le puedo dar no lo quiero yo sobre mi conciencia. Chicos, el tema solucionado. Resultó ser el aire, que penetra en la nariz moviendo los pelillos y haciéndome cosquillas. Con la máscara solucionado el problema. Lo malo es que me venía pequeña y en el viaje de vuelta tenía que ir cada dos por tres quitándomela y poniéndomela, porque me apretaba la nariz. Joder hijo que delicadito es mi niño, jejeje. Ahora ya lo he solucionado con una braga de esas de esquiador que te tapa cuello y cabeza entera si quieres. Muy útil, la verdad.
En resumen, que nos dejamos los durillos en la paraeta de las camisetas. Me llevé tres para mí y dos para mis ninios. El tanga de Jack Daniels para la señora no pudo ser, no le quedaban y tampoco era plan de llevarme el que estaba expuesto. 
Tras un rato viendo las evoluciones de unos jovenzuelos haciendo diabluras con scooters y motos de cross de baja cilindrada (para un ratillo vale, pero cansaban un poquillo), tomamos la decisión del fin de semana. Ya antes de venir, me comentó Josele que no podíamos estar en Ávila sin engullir un chuletón. Era la noche perfecta. Se acercaba la hora de la cena. Y mi cuerpo no hacía cabriolas precisamente pensando en un bocata de chorizo con panceta. Necesitaba algo con más solera. Algo a lo que no le pudiera decir que no. Fue arriesgado, pero la verdad es que apetecía. Preguntamos a los organizadores por algún sitio donde ragalarnos con semejante vianda y Ricardo, muy amablemente nos indicó un lugar: El Tostón de Oro. Absolutamente recomendable. Trato magnífico, ambiente tranquilo. Había pocos parroquianos y las viandas, juzquen ustedes mismos:



Y así en solitario, no puede apreciarse en su justa medida la sobriedad del animalillo. Véase en el conjunto que forma con Josele. Yo diría que sobrepasaba el medio kilo con creces.




Regado, cómo no, con un buen rioja. Oyes. Pues parece que el cuerpo despierta. La botellita de vino cayó sin problemas. Entraba de vicio, acompañando tremendo cacho de carne. Una buena ensaladita en el centro para suavizar y nos sentimos como reyes. Café, copa y reposo del guerrero. Qué sudores nos entraron, pero acabamos con los bichos. Tras el disgusto de la Fat Boy bien valía la pena el homenaje.

Inciso: Hacia finales de septiembre, fuimos la familia de compras por cualquier centro comercial y decidimos comer en un Foster Hollywood de esos. La verdad es que las costillas a la barbacoa me encantan. Pero aquel día decidí cambiar y me pedí un filete de res triturado y recompuesto en forma de hamburguesa mal hecha. Cuando me lo pusieron delante, me entró la risa al recordar el Tostón de Oro. Estuve tentado de llamar al encargado para cagarme en el Tío Sam y en toda su progenie.



Y encima sabía a rayos. A petróleo. Total que se quedó en el plato, mientras una lagrimilla se escapaba mejilla abajo al recordar el Tostón de Oro. (La camiseta es de la paraeta de Arévalo, jejeje).



Volviendo a Arévalo, tras el inciso. Al salir del restaurante nos encontramos con la segunda sorpresa del fin de semana. Yo pensaba que la relación vecinos-moteros iba a ser algo tirante. Que 300 moteros te invadan la población con el trajín de motos arriba y motos abajo sin parar, ruido, pintas que asustan a viejas y niños (Si es que hay algunos que damos un susto al miedo) no debe ser muy agradable. Pues no, todo lo contrario. La sensación que te queda es que el pueblo disfruta con este acontecimiento. Tampoco es que se armen broncas, ni se rompan escaparates, ni se persigan a jovencitas del lugar. Simplemente disfrutamos. Y así lo entiende esta gente a la que hay que darle un aplauso. Pero vayamos a la anécdota.
Salíamos del restaurante satisfechos, dispuestos a asistir a la rulada nocturna. Nos habíamos perdido la de la mañana, pero no podíamos perdernos la de la noche. Nos estábamos colocando los bártulos para coger las motos cuando vemos tres señoras mayores ya, sentaditas en sus sillas, en la terracita del hotel mirando hacia la calle. Una de ellas nos llama y nos suelta así de sopetón: "¿Cuándo os vais?" Esbocé una sonrisa y recordé lo que pensaba. Claro. Hasta el gorro están las pobres señoras de los moteros y sus ruidos. "Mañana, señora. No se preocupen que mañana nos vamos y nos pierden de vista". Inocente de mí. Me replica la señora: "No, no, hijo, que cuando salís a hacer la ruta." Josele y yo nos miramos sorprendidos y nos entró la risa. Sería el vino. Las buenas señoras estaban allí sentaditas, esperando pacientemente a que pasaran los moteros. Como si de la procesión de San Victorino Mártir se tratara (es el patrón de Arévalo. Me he documentado ehhhhh). Alucinante. Una prueba más de cómo se portó el pueblo en general con nosotros. (Bueno, todos menos uno, el mamón que tiró la Fat Boy).


Reparados en cuerpo y alma volvimos al recinto donde ya se concentraban todos para la salida nocturna. Nos repartieron unas bengalas de esas fosforescentes. Yo no me la pude poner en ningún sitio, así es que fueron al bolsillo. Fue una ruta tranquila hasta el castillo de Arévalo, donde se guardó un minuto de silencio por los compañeros caídos. Durante el trayecto, la gente no paraba de saludar y aplaudir. Alucinante, de verdad el cariño del pueblo.




La tercera anécdota de lo bien que se portó la población la tuvimos nada más llegar al castillo. Una señora se desgañitaba: "Viva la madre que os parió. Tíos buenos." Yo miraba alrededor para ver a quién se refería. "Y ellas, valientes, que sois unas valientes." "Vivan los moteros". Nos puso coloraos, tú. Acabó cantándonos unas coplas españolas. La mujer estaba entusiasmada.


Tocaba volver al barrio húmedo donde estaban programados los conciertos de la noche y más fiesta por los pubs que tan agradables recuerdos me traían de la noche anterior. Que si camisetas mojadas por aquí, que si streptease por allá, lucha de barro más allá... En cuanto a los grupos, flojillos, pero entretenidos. INTENZE más serios y a su estilo. Y A MAMARLA, pues el nombre ya lo dice todo. Unos cachondos. La puesta en escena algo cutre, a propósito, pero con muy buen rollo. Se metieron en el bolsillo a los asistentes. Y el nombre del grupo acabó quedándose como el grito de guerra de la concentración. Así lo pudimos ver en varias ocasiones en algunos posts del foro tras el regreso. Algunos no lo entendieron. Claro, no estuvieron allí. Entre grupo y grupo Chercross subió al escenario con algunos compañeros a bailar la Tetera. Y finalmente nos hicimo sla foto de Espíritu Custom.


¿Dónde está Artus? A mí me costó encontrarme, conque tú, especialmente si no me conoces, lo vas a llevar crudo, jejeje.

En cuanto a las actividades lúdico-culturales programadas por los pubs, ni rastro. Y eso que Josele y yo las buscamos eh. Pero no hubo manera. Íbamos de pub en pub, a ratos por la plaza. Otra vez a los pubs y ni rastro oyes. Tras el reconstituyente chuletón y la botella de vino entró de nuevo el alcohol en mi cuerpo. En menos dosis y variando la sustancia. Esta noche tocaban gintonics cortitos. Ni me gusta la tónica ni la ginebra, pero ¡qué buenos etán los jodios gintonics! Josele siguió con sus whiskies con hielo a 3€. Solo en el Desván el dj se empeñaba una y otra vez en recordar el inminente streptease masculino y femenino. La primera vez que lo oímos era la 1:00. Y a las 3:30, cansados ya de tanto oírlo y no verlo, abandonamos el barrio húmedo en dirección al hotel. esta vez los dos serenos y con ambas motos.


Y con esto dimos fin a una nueva jornada en Arévalo. Pero antes de despedirme os contaré la última anécdota de la noche. La más surrealista. 

Estando yo en los aseos del Desván, pues todo lo que entra debe salir, se me coloca un personaje en el urinario de al lado. Tampoco presto mucha atención. Somos moteros, machotes, no sea que una mirada casual vaya a echar por tierra nuestra reputación. Pero de pronto la persona que tengo al lado me habla.. Con el ruido de la música no me entero de lo que me dice. "¿Perdona?" y lo miro de reojo. No sé lo que me dijo, pero algo relacionado con las motos, pues me dijo sorprendido: "¿Eres motero, no?" y yo "Sí, sí, claro". No salía de mi asombro. Había algo extraño. La situación no cuadraba. Lo que había a mi lado era una chica. Bueno no, era un chico vestido de lagarterana o de no sé qué. Pero llevaba faldas. "¿Lo estáis pasando bien?" Y yo, claro, claro. "Joder tío, no sabéis el ambientazo que le dais al pueblo. Muchas gracias por venir". Y yo sin saber donde meterme. "Hummm, sí, gracias a vosotros que nos tratáis tan bien..." No era plan de darse las manos, pues la situación era un tanto delicada, y estar estas ocupadas en otros menesteres. Pero nos despedimos amigablemente. Y la lagarterana desapareció perdiéndose entre el gentío. Digo yo que sería de una despedida de soltero o algo así.
Y ahora sí, hasta mañana en la última jornada del viaje.

sábado, 13 de noviembre de 2010

II Concentración Nacional Espíritu Custom Arévalo 2010

O la Concentración que no existió. Pero empecemos desde el principio, que trae cola. Me vienen tantas cosas a la cabeza, que no sé cómo acabará esto. Por lo pronto no sé ni cómo empezar. Antes que nada, quiero decir que me lo pasé en grande. Algunos argumentan que con eso basta, pero yo no me acabo de autoconvencer. Pero vayamos al principio que me desvío.


Desde que en junio compré la moto, seguía atentamente todo lo que se cocía por el foro de Espíritu Custom. De tanto en tanto escudriñaba por antiguos posts en busca de historias, anécdotas, rutas, iniciativas. Había mucho que leer. Había posts fijos que me llamaban la atención. Que si la I Concentración Nacional Espíritu Custom Arévalo 2009, que si La KDD interprovincial de la Puebla de don Fadrique, que si Comida en Mota del Cuervo... Había fotos, videos, crónicas... Eran como matinales a las que ya había asistido, pero a lo bestia, donde se juntaban miembros del foro de todas partes de España, sobre todo en la de Arévalo. Tampoco me planteaba yo por esas fechas asistir a semejantes eventos, primero porque  llevaba poco tiempo en el foro, segundo por mi carácter (siempre he huido de las kdds masivas en internet) y tercero, porque se trataba de pasar 3 días fuera de casa y uno tiene familia y esas cosas. Había un post para la concentración de este año 2010, titulado II Concentración Nacional Espíritu Custom Arévalo 2010. Lo seguía con interés, pues algunos comentaban lo bien que se lo pasaron el año anterior y hacían planes para la de este año, otros afirmaban con pena que no podrían asistir a la de este año... Pero de vez en cuando saltaban chispas, por cuestiones que no entendía. Que no se qué de moteros de teclado, que si poca gente, no se qué líos de la organización... Pero el hilo se reconducía y seguía su marcha con una lista de preinscritos. Finalmente salió la lista definitiva. La real. No aquella en la que te apuntabas porque ibas a ir, si no aquella en la que te apuntabas porque ya habias pagado para ir. A todo esto yo seguía mis andanzas veraniegas, por aquí y por allá. Un día charlando con Manazas (él si estaba apuntado para ir) me plantea que me vaya con él. Ufff. De entrada le dije que no, por lo expuesto un poco más arriba. Por un lado me atraía la situación, además ya no iría solo. Al menos iría con alguien conocido, con el que me había visto, muy poco tiempo, pero con el que hubo química desde el principio. No le di más importancia, pero ay, pardiez, entró la duda. Me sorprendía pensando:"¿y si me voy? Puede estar bien. Conocerás a más gente. Igual van más de Valencia." Y así tuve el runrun varios días, hasta que lo comenté en casa. Por supuesto, la señora dijo que ni hablar, que ella no iba. Que si quería ir yo... Lo desestimé enseguida. Pero luego ella me animaba. Sabe que estoy viviendo esto de la moto de manera muy intensa, como que se me escapa el tiempo. Que he perdido muchos años y los intento recuperar a marchas forzadas. Le planteaba mis dudas y ella erre que erre me animaba más. Mantenía charlas con Manazas de vez en cuando y me preguntaba: "¿Vienes o qué? Venga anímate que estará bien". Así es que un día me planté en el banco con el número de cuenta de la inscripción y pagué. Había pagado, pero no había decidido ir todavía. Supongo que sería alguna forma de obligarme a mí mismo a ir. Si finalmente no iba daba igual. Lo recaudado en la Concentración iba destinado a la Asociación Nuevo Amanecer, de niños con síndrome de Dawn. El dinero por tanto estaba bien invertido, fuera o no.
Días después de ir a Ademuz con los Moteros de Montán decidí que iría. Manazas tenía reservada una habitación individual en un Hostal y me comentaba que se lo dijera con tiempo para ver si podía cambiarla por una doble. Así es que lo llamé para decirle que lo intentara. Pero que si no, daba igual que ya me buscaría la vida. Comenzaron los preparativos. Los viajes a Segorbe a ARC se sucedían. A poner el nick en el chaleco, ya que no conocían mi careto, al menos que alguien pudiera reconocer mi nick. A comprar unos pantalones de piel. El viajecito era largo y había que protegerse algo más que con unos simples vaqueros. Lo que no pude finalmente fue el casco modular. Nada, hijos míos, que no me veo con ellos puestos encima de la Silverado. Cuestión de estética, sí, pero ya hablaré algún día de eso en otra ocasión.
El último fin de semana de agosto me fui con Alfonso a Montalbán a ver a Vitocorleone y en la crónica del viaje ya expliqué la anécdota de los Moteros de Montán ese sábado, pero especialmente me quiero detener en el de la bicicleta, jejeje. Sí, sí, el de las dos Harleys. La escapada fue un sábado, pues esa misma noche, me senté en el bar con Josele, el de las Harleys, para reirme un poco de él. El pobre no había sacado ninguna de las dos en todo el verano. Que si el trabajo, que si las niñas, que si la bicicleta. Tanto le toqué las narices y la moral, que comentando que a la semana siguiente me iba de concentración a Arévalo me suelta que le pille habitación que se viene conmigo, jajaja. Este Josele es la leche. Aprovechaba que la mujer y las niñas se iban a Javea para venirse de picos pardos conmigo. Pensé que iba de farol. Pero a Josele no se le tocan los pelendengues así como así sin que haya consecuencias, jajaja. A mitad de semana me confirma que se viene y que pille la habitación doble. Total que llamo a Manazas para que no cambie su habitación simple. Menos mal que no había tenido tiempo de hacerlo. Llamo al mismo Hostal y aún hay suerte, pues tenemos habitación. Solo tocaba esperar. Dos o tres días antes, me llama Manazas con malas noticias. Se le ha torcido el asunto y no podrá ir a Arévalo. Vaya por dios. Menos mal que finalmente se venía Josele, porque si no, no me veo yéndome solo a Arévalo.


Por el foro, la cosa se iba liando un poquillo, con el tema de que habia poca gente inscrita. Más líos con la organización, que si el año pasado, que si este. Que si la organiza Espíritu Libre y no Espíritu Custom Solidario, por una cuestión legal, de papeles. Justificaciones por aquí, justificaciones por allá. Gente que muestra su desaprobación por el cambio de nombre de la concentración. Pero el post sigue su marcha y las inscripciones también. El 29 de agosto había 179 inscritos. Menos que el año anterior. Pero luego había que contar los que asistieran directamente allí sin preinscripción. Finalmente asistieron unos 300 y pico. Yo calculo que del foro más o menos unos 200.


Quedaban pocos días. Intenté quedar con los que salían de Valencia, pero ellos saldrían pronto por la mañana del viernes. Yo creía que tendría media mañana libre, pero al final salía del trabajo a las 13:00h. De todas formas, Josele no salía hasta las 14:00.  El día anterior estaba hecho un manojo de nervios, no obstante era mi primer viaje largo, largo y además, para dormir fuera. Muchas sensaciones juntas. Por la mañana en el curro, con la cabeza puesta en el viaje. Lo tenía todo listo, pero el tiempo corría y hasta las 13:00 no pude salir de allí. De prisa y corriendo a casa a comer y a montar el baúl trasero. Despedidas de la señora y los niños "ve con cuidado, pásatelo bien, te queremos papá..." jejeje. Josele me esperaría en la A3 pues el trabaja en Manises. Lo recogería yo a las 14:00 y en cuanto saliera, directos a Madrid a intentar llegar a Arevalo a las 18:00 o las 19:00. A las 14:00 estaba yo llamando a Josele para advertirle del retraso. Eran las 14:30 pasadas cuando nos vimos en una gasolinera de la A3 para llenar depósitos y ponernos en marcha. Allí estaba él con su Fat Boy Edición 15 Aniversario. Por fin. Después de estar todo el verano encerrada la pobre iba a rodar libre como el viento, pero retenida por la Silverado, más pequeñita y de menos potencia. Pero joer gastando más. Paramos cada 200 Kms y siempre le echaba yo un par de € más a la jodía. Mas del doble de cilindrada, bastante más potencia y gastaba 2 litros menos que yo en cada repostage. Encima tener que aguantar las bromitas de los harleys, claro: "Quita el cacho de plástico ese de ahí... Parece que vayas marcha atrás... Si fuera solo ya habría llegao..." Grrrrrrr, jodío mamonazo. Como encima sabe que mi objetivo futuro es una Harley y el muy jodío tiene dos, pues me pone los dientes largos. Aunque el objetivo es para pensarlo, a tenor del resultado del viaje, y más adelante sabréis por qué. Y es que Harley es Harley en todos los aspectos y con todas las consecuencias...




En fin, el viaje no tuvo mucha historia, 611kms. Kms y kms de autovía hasta Madrid, con la Silverado marcando el rumbo y el ritmo, para desdicha de la Fat Boy. Antes de llegar a Madrid, en uno de los repostajes debatimos qué hacer para cruzar Madrid. Conclusión, evitar la M30 para evitar atascos. "Tú dejame a mí, que he venido mucho por aquí y un colega me ha dicho por donde tirar para evitar la M30"... Jodío Josele y su amigo... Metidos en medio de Madrid, en la M30 parados. Mas de 1 hora nos costó atravesar la capital del reino. Encima había que encontrar la salida hacia Valladolid. Mirábamos todos los cartelitos azules que indicaban las autopistas de salida y creo que vimos todas las capitales de provincia Españolas, excepto Valladolid. Creo recordar que vi hasta Ceuta... Pero al final lo conseguimos y pudimos salir. Mucho tráfico de salida, un calor de la ostia, pero finalmente salimos. ¡Que bien! Nos acercamos a Guadarrama. Según el mapa había que coger la NVI, pero no, Josele se empeñó y acabamos atravesando el túnel. Ale, 9€ a tomar viento y mis anisias por cruzar Guadarrama por la nacional curveando, para otra ocasión. La verdad es que se nos había hecho tarde y por el túnel se acorta bastante. Al final llegábamos a Arévalo pasadas las 20:30. Antes de llegar, ya se veían idas y venidas de motos. Encontramos rápido el recinto, bien señalizado y al lado de la plaza de toros. A partir de aquí, las fotos que vayan apareciendo las he rapiñado de los reportajes de otros compañeros asistentes, pues aunque llevé la cámara, no hice ni una foto ni media. Siempre la olvidaba en el hotel. Así es que a partir de aquí agradezco a Santi, Customzamora, Aguila Dorada, Dama Negra, Chercross, SergioDem (conocido ahora por Kondor), Osito, Richi, Kenia y Cerezo sus fotos, que me servirán para ambientar este tocho y que se haga más ameno, si es que alguien ha conseguido llegar hasta aquí.



Dudabamos si ir al Hotel y volver al recinto a hacer la inscripción o hacer la inscripción primero y luego ir al hotel. Dadas las horas que eran decidimos lo segundo. En la puerta reconocí el primer nick del foro Espíritu Custom, el de Kenya, pues lo llevaba en una pegatina blanca. Lo primero que me sorprendió, fue precisamente no ver Espíritu Custom por ningún lado, salvo en los chalecos de muchos de los asistentes. Nos acercamos al garito, nos identificamos, recogimos la bolsita con los tickets, nos colocamos la pulserita que nos acompañaría todo el fin de semana y nos fuimos al hotel a pegarnos una duchita rápida, pues había que ir a la plaza del barrio húmedo a cenar el cochinillo.
Llegamos al Hotel y aunque les costó encontrar la reserva, pagada ya, finalmente nos asignaron habitación. Sencillita pero decente y limpia. Total, solo íbamos a gastarla para dormir. 
Tras ducha reparadora, aseaos, recién peinaos y oliendo a colonia Jacks, por si aparecía la del escote... (con tanto motero y motera nunca se sabe) nos dirigimos al centro de la población en busca del cochinillo.

Un pequeño inciso. Tras 611 kms de viaje, quería más. Estaba deseando arreglarme para bajar de la habitación y volver a coger la moto, aunque solo fuera para ir 2 kms hasta el pueblo. Después de la paliza, podia haberme hecho otros 600. Y es que me lo pide el cuerpo. Necesito moto. Y esto es prueba de ello, creo yo.

Nos costó encontrar el lugar, pues la plaza en cuestión estaba metida entre callejuelas. Paramos y preguntamos a un señor que no dudó en coger su coche y guiarnos hasta la entrada a la plaza. Esta fue la primera prueba de lo bien que se portó el pueblo con nosotros los moteros. Gente encantadora (menos uno).

LLegamos pronto, entre las 21:30 y las 22:00. Aparcamos las motos a la entrada  de una calle peatonal, en la puerta del distribuidor del gas (¿tan importante es saber dónde aparcamos las motos? Pues sí y lo entenderéis a su debido tiempo). Llegamos andando a la plaza. Aún había poca gente. No se veían mesas y sillas para poder cenar, así es que mientras esperábamos nos apalancamos en un bar de la plaza hasta que hubiera movimiento. Unas cervezas bien frías. Unas jarras de medio litro heladas. ¡Que bien entraban después del viaje! Ahí empezó "mi noche loca". Las furgonetas de los del cochinillo ya estaban allí, preparando los bichos para repartirlos. Estaban colocando las vallas, así es que aproveché en cuanto la gente empezó a acercarse para coger mi ticket y el de Josele y ponerme en la cola para recoger el bicho. Pasé rápido. Intentaba dar los dos tickets, pero todos me decían: "a mí no" y yo seguía adelante. Me dieron un plato y visto y no visto, me encuentro al final del trayecto con los dos tickest y un solo plato de cochinillo. "Esto... que eran dos... ". Pero ya era tarde. No podía volver atrás. Torpe soy pardiez. Miré la cola... Ufffffffff. Se salía de la plaza. Resignado, no quería entorpecer la cola, ni meter líos, volví a ponerme en la cola. Dejé el plato en la mesa con Josele y a esperar. Esta vez sí, casi una hora, jejeje. Por pardillo. Eso sí, en la cola, me encontré con los valencianos. Habían llegado Mathius y la novia, Pájaro y Patri, Chiwi y María y Bermu, al que no conocía. Además estaban con los Murcianos. Saludos de rigor y resultaba que estábamos en el mismo Hostal. De todas formas, tampoco nos vimos mucho. Tras el tostón de la cola (Josele quería hacerla él, pero me autocastigué por idiota y poco resuelto), por fin pudimos degustar el cochinillo.



 Estaba de vicio. A nivel culinario, lo mejor de la concentración, exceptuando el chuletón que nos metimos entre pecho y espalda, pero que no entraba dentro de la inscripción. Ya hablaremos del chuletón ya. Cayó otra cervecita, café, copita e iniciamos la ruta por los bares de la zona. Impresionante el número de pubs y discotecas en apenas dos calles, para población tan pequeña. Y lo mejor de todo, Josele estaba entusiasmado. Los Whiskies a 3€. Acostumbrado a Javea a los 6, 7 u 8€ por copa, aquello era jauja. Ale a mamar como descosidos. Y los excesos se pagan y la edad no perdona... y la falta de costumbre... De pub en pub y tiro porque me toca. Conociendo gente, poniendo cara a los nicks. Cada vez más envalentonado gracias al destilado con hielo.  Aquí salgo justo en el centro de la foto.



A día de hoy recuerdo algunos nicks, pero no voy a mencionar a ninguno, porque seguramente me dejaré a más de la mitad, pues a partir de las 3:00 de la mañana, recuerdo más bien poquito. (glup).  De hecho, por la mañana, me saludaron algunas personas, con cierta familiaridad, a las que juraría no haber visto en mi vida, jejeje. Lo siento mucho. Seguramente hablaría con ellos por la noche, pero debió ser cerca de las 3:00. Solo espero, no haber dicho ninguna barbaridad o haber hecho cualquier sandez. Si algo de esto sucedió, pido humildes disculpas. ¡Qué bochorno! Pero ¡qué bien me lo pasé! Hacía tiempo que no salía en ese plan. Me lo pasé muy bien, hasta que se torció el asunto. Y todo por culpa de aquellas dos malditas tequilas en el Desván. Con cada consumición te daban un ticket para participar en una especie de ruleta de la fortuna manejada por dos jovenes de sexo opuesto y ligeritos de ropa. Como llevábamos alguna consumición que otra ya en el gaznate, disponíamos de algunos tickets y a Josele se le ocurrió la feliz idea de subir a la puñetera ruleta. Al parecer no debía quedar mucho motero ya, porque no he aparecido en ninguna foto, cosa que agradezco enormemente. Sobre todo después de la ruleta. Total que en la ruleta nos tocó una tequila para cada uno. Jooooooooooder. Con el whisky que llevaba encima solo me faltaba la tequila. Pero a ver como decías que no. Un rudo motero encuerao, diciendo que no a una tequilita, encima de una tarima y todo el mundo mirándote... tequila "padentro". Y la chica ligerita de ropa: " Ale otra de regalo, por ser tan majos"... y nosotros, "que no, que no... si eso ya mañana..." Mirada de reojo al respetable y que remedio. Tequila "padentro". Y eso me mató. Pero muerto matao. Apalanque en la barra. Salí del bar como pude. Casi me mato en el jodido escalón. Intentaba coger algo de aire. Pero no había manera. Las tequilas habían hecho mucho daño, jejeje. Salió Josele buscándome, me encontró y me sentó. Ala, salió todo, la cena, la merienda, la comida y el desayuno. Que triste, a mis 41 años echando las tripas como un vulgar quinceañero... Pero ¡qué bien me lo pasé!
Para algo tenían que servir los 41 años ¿no? Dado mi estado, aún tuve la lucidez de darle las llaves de mi moto a Josele no fuera a ser que me diera por hacerme el valiente e intentara llegar al hotel conduciendo. Igual me pilla con 20 y me empeño en volver con mi moto. El regreso iba a ser divertido. Pero eso ya me lo ha contado Josele. Yo le dije que dejara mi moto y nos fuéramos con la suya. Él también iba entonado, pero ni punto de comparación. De hecho le dije que si quería nos esperábamos lo que hiciera falta, pero se empeñó en volver. Lo siguiente que recuerdo es despertarme a las 11:300 en ropa interior en mi cama del hotel. Según me contó Josele, decidió coger mi moto, porque como la tenía poco tiempo, pensó que no querría dejarla allí. Craso error. En fin cogió mi moto, monté como pude y me obligó a abrazarme a él por la cintura (pero sin mariconadas eh) y a pegar la cabeza en su espalda. Al parecer le hice caso. Volvimos tranquilamente, despacito y en una rotonda antes de llegar al hostal, la Guardia Civil, de control. Pero en sentido de entrada a Arévalo, no de salida. Josele me sacudió y me ordenó ponerme tieso y al parecer me porté como un machote y me erguí con toda la dignidad que pude. Nos saludaron y nos dejaron en paz. Josele aún está resoplando, porque si nos llegan a hacer soplar nos enchironan fijo. El pobre tuvo que quitarme la ropa y lo peor, las botas, que le costó un huevo. Sin ayuda es complicado sacar esos trastos de los pies. Me acostó y me arropó. "Josele ¿y nada más?" Aún andamos con la broma. Desde esa noche tengo mis dudas de si todavía soy virgen y el muy mamón no me las despeja. Jajaja.

Con este relato de mi noche más loca cerramos la primera jornada en Arévalo. Mañana más.