martes, 1 de noviembre de 2011

Montalbán 2011

A finales de agosto realicé la última salida estival teniendo como base Montán. Como el año anterior, el último fin de semana lo reservé para visitar el sábado 27 de agosto al amigo Vito en Montalbán, donde como cada año, el Moto Club Despiste organiza su concentración motera anual, este año la número XVIII, que se dice pronto. Estuve el año pasado con Alfonso, de los Moteros de Montán, pero solo subimos a almorzar. Este año subí solo y me quedé a comer. Igual al año que viene hasta me planteo la tienda de campaña, jejeje.

Como viene siendo habitual este verano, me levanté tempranito, para salir a las 7:00 de la mañana, pues quería estar allí entre las 9:30 y las 10:00. El año pasado al no conocer la carretera de interior e ir acompañado opté por salir a la A-23 hasta Teruel para coger la N-420 hasta Montalbán. Más kilómetros por el rodeo, pero menos tiempo invertido. Este año lo tenía claro, atravesaría por interior la provincia de Teruel, entrando por La Puebla de Arenoso y cruzando parte de la comarca Gúdar-Javalambre hacia el norte por la A-228. menos kilómetros, pero más tiempo invertido, por la sinuosidad y, en algunos tramos, el pésimo estado del firme por el que transitamos. Parte de esta ruta ya la conocemos por formar parte de la primera ruta de las tres que componen la Gúdar-Javalambre: Olba, Fuentes de Rubielos, Rubielos de Mora, Mora de Rubielos, Alcalá de la Selva, Gúdar... A partir de aquí todo era nuevo. Nuevo por desconocido, porque de nuevo no tenía nada. Es más a partir de Gúdar la carretera empeora y mucho. Hay un tramo entre Gúdar y Allepuz, pasado Jorcas y un poco antes de llegar a Aguilar del Alfambra que deja mucho que desear... Precisamente cuando abandonamos la comarca Gúdar-Javalambre y la A-228 discurre en la frontera de las comarcas del Municipio de Teruel y el Maestrazgo. Allepuz pertenece al Maestrazgo y Jorcas y Aguilar del Alfambra a la del municipio de Teruel. Como decía, poco antes de llegar a Aguilar de Alfambra de nuevo encontramos firme en buen estado y carretera ancha, para disfrutar de buenas velocidades en carreteras poco transitadas. Pasamos por Camarillas, Galve, hasta llegar a la N-420 en Cañada Vellida, donde giramos a derechas en dirección a Mezquita de Jarque, introduciéndonos en la cuarta de las comarcas turolenses que visitamos hoy, la comarca de las Cuencas Mineras, donde se encuentra nuestro destino, Montalbán, pasando por el puerto de Valdeconejos, Escucha y Utrillas, donde enlazamos con la A-211 que nos lleva a destino.

A todo esto, ya es la segunda vez que me ocurre. El paso por Valdeconejos es criminal. Finales de agosto y pasé un frío de narices. Tanto es así que una vez en Montalbán, tardé una hora y media en entrar en calor. Vito estaba alucinando. Porque la verdad es que a las 10:00 el calorcito ya empezaba a notarse y yo seguía con la chupa puesta y tiritando. En fin que Teruel existe, pero hace un frío del copón, incluso en agosto, jejeje.

Un poco antes de llegar llamé a Vito para anunciarle mi inminente llegada. La noche anterior le insistí en que no hacía falta que se levantara tan temprano, para recibirme. Que no se preocupara, que me haría la ruta de la concentración y a la vuelta ya nos veríamos, pero, jodó, parece mañico. Bueno, es que lo es. Y él, cabezón como el solo, que no, que le avisara. Como el año pasado, apenas había cerrado los ojos esa noche. Pero claro es joven todavía y aguanta esos achuchones... yo ya no puedo, jijiji. Total que lo desperté como a las 9:45 y llegamos practicamente a la par al campo de fútbol, zona de la acampada. Saludos, abrazos y cervecitas de bienvenida... Eso tampoco ayudó a que entrara en calor. El vaso me temblaba en las manos para regocijo de Vito. Increíble, pero me castañeteaban los dientes cosa mala.

La zona de acampada no presentaba un panorama muy alentador. Era sábado ya y la crisis se dejaba notar. Mucha menos gente que el año anterior.



Muy pocas tiendas en la zona de acampada, siempre en los bordes del campo, buscando la poca sombra que dan los arbolillos e intentando evitar el centro, donde más aprieta el calor. Bajé al campo en busca del campamento de Los Perros Negros de Castellón, pues sabía que algunos de ellos asistirían a la concentración. A ver si de una vez podía saludarlos. No fue difícil encontrarlos y tampoco tomar al asalto el campamento, pues estaba desierto, tan solo el pendón.


Un par de cervezas más tarde, las motos comienzan a rugir. Señal de que comienza la ruta matinal, con picoteo incluido en el pabellón de Muniesa, a unos 30 kms al norte por la A-222. Aquí opté por el vinillo del terreno, a ver si terminaba de entrar en calor.


De regreso a la zona de acampada había más ambientillo. Hay motos de todos los estilos. Hasta hay espacio para este moterillo con mucho futuro. Con la moto, eso sí, te puedes hacer un llavero. Y lo que flipará el niño con ella...



Eché un vistazo de nuevo a la zona de acampada por si había movimiento en el campamento de los Perros Negros y allí estaban. Bajé a saludar y me encontré con Tonimax y Caballa. No hay instantánea, pues olvidé la cámara en la chupa, pues por fin, me había podido desprender de ella. Si es que el vinillo de la tierra resucita a un muerto... Por cierto que por este motivo me llevé la reprimenda de Joaquín, el administrador del Blog del Perro Negro. No por el vinillo, si no por no llevar la cámara cargada. Quisiera además felicitar desde aquí a Tonimax pues fue galardonado con el premio a la moto más maqueada de la concentración. Y no me extraña, la V-Max es preciosa. Si la queréis ver, aquí

Bajamos al pueblo antes de la comida. Otra cervecita para abrir el apetito y de vuelta al recinto para disfrutar de una excelente comida. Un estofado de alubias (o garbanzos, no lo recuerdo) que quitaba el hipo y el frío, que no es que hiciera, al contrario, sino que lo llevaba yo aún dentro. Me lo había bajado de Valdeconejos. Eso sí, no me quiero imaginar esa noche en la zona de acampada. Más de uno no pasaría frío dentro de la tienda, no. Y los fuegos artificiales serían de aúpa. Lo que sí constatamos de nuevo es la mengua de personal este año. Solo se puede achacar a la puñetera crisis, pues la organización lo lleva de categoría. No obstante va por la XVIII edición y la experiencia se nota. Y eso que yo solo paso un día. Pero los comentarios de los asistentes durante el fin de semana no deja lugar a dudas. Está todo muy bien organizado.



Mientras rellenábamos el buche, las monturas reposaban tranquilamente, bien protegidas por las monturas de los miembros de la organización. Queda claro que el Moto Club Despiste es eminentemente R... Allí descansaban las dos customs custodiadas por esos caballos desbocados, jejeje. Predominaba la Kawa Ninja.



Volvimos al pueblo a tomar un café y un chupito. Y ahí tuve que parar o Vito todavía está pidiéndome cervezas. Me quedaban 2 horas y media de viaje y no era plan de castigar más el cuerpo. "Pues quédate" me decía el jodío, jejeje. Con ganas me hubiese quedado, pero las obligaciones familiares mandan. Está bien que de vez en cuando me pierda con la moto por ahí. Incluso que alguna vez me quede a comer, pero de ahí a irme de jarana un fin de semana... jejeje. En fin, a las 17:00h me despedía de Vito, que andaba organizando no sé qué fiestorra con unos amigos. Si es que no para el jodío. Pero ya llegará a mi edad ya, jajaja. Un saludo campeón. Y disfruta mientras puedas, que la vida son 4 días... Dos aquí, dos allá...


Y puse rumbo a casa por donde había venido. El mismo recorrido pero a la inversa. Bueno, en realidad cogí una variante. Me metí en la Interestatal A-228 que une Aguilar del Alfambra City con Allepuz Town, atravesando mi particular Valle de la Muerte (Para que veas que no me das envidia pajarito... jejeje).






Bueno, venga, vale... No es lo mismo, pero se le parece. Se le parece hasta que llegamos a eta señal... Spain is different...


Este es el punto del que os hablaba a la ida. Un punto intermedio entre Jorcas y Aguilar del Alfambra. En medio de la nada y de repente una carretera de doble sentido ancha y con muy buen asfalto, se convierte sin venir a cuento en una carreterucha de mala muerte, sin explicación alguna. Bueno... Ya me imagino yo al encargado de las obras llamando al capataz: "Gutiérrez, me arreplegas la maquinaria que se ha acabado el dinero..." Y adiós muy buenas...


El paisaje cambia radicalmente al abandonar la comarca del Municipio de Teruel y adentrarnos en mi querida Gúdar-Javalambre. Bajando de Alcalá de la Selva hacia Mora de Rubielos



Y ya puestos hice una última paradita en Rubielos de Mora por dos razones. La primera para comprar cecina en casa Mata, que está de muerte y se había terminado la que había comprado la semana anterior. La segunda inmortalizar Rubielos en su fin de semana medieval, pues justamente coincidía con la concentración de Montalbán. Me hubiese encantado poder fotografiar las mismas calles que puse en el reportaje sobre Rubielos, pero ahora ambientadas, pues ya os anticipé que el pueblo es una preciosidad este fin de semana, pero me tuve que conformar con estas dos instantáneas desde la puerta, pues era tal el gentío que había que hubiese sido una locura intentar adentrarme en el mercado, por las callejuelas, armado con el casco, la chupa, la cámara y la cecina... Mejor al año que viene os dejáis caer por aquí, que vale la pena.



Y poco más que contar de esta última salida estival. Tan solo una recomendación y una advertencia. he pasado muchas veces por cierto punto de la carretera que une la Puebla de Arenoso con Montanejos y siempre estoy tentado de hacer el comentario y siempre lo retraso por no hacer la foto que ilustra el comentario-advertencia. Este tramo de la CV-20 que une Onda con Olba es increíble para pasear con la moto. Otros vienen a hacer otras cosas... No me cansaré de decirlo, es una ruta guapísima para disfrutar de sus curvas, pues discurre paralela al río Mijares. Pues bien, concretamente hay que tener mucho cuidado en una curva que hay entre La Puebla de Arenoso y Montanejos. La peor curva que me he encontrado yo en mi corta experiencia motera, pero es que la curva se las trae. Se cierra, se vuelve a cerrar y cuando crees que ya se ha cerrado bastante, aún se cierra más. No llegan a ser 360 grados, pero casi. Es más peligrosa de La Puebla hacia Montanejos que al revés. La reconoceréis al ver la siguiente señal


Atentos a la carretera y si la veis... Hacedle caso, copón, si no queréis comeros las cuchillas asesinas aquellas que se ven enfrente. Seguramente el rótulo lo escribió alguno con la cara pálida por el susto, jejeje. He pasado 40 veces este verano y en más de una ocasión me la he comido con patatas... Y sé que está ahí. Pero te confías. Esta vez si que la pillo bien... etc... y cuando menos te lo esperas te la has comido.

Pues eso, ojito con la carretera, no solo con esta curva, si no con todas, y con las rectas, y con las latas y con los camiones... Mucho cuidado ahí fuera hermanos...

lunes, 24 de octubre de 2011

Peracense hasta las cocinas

Allá por el mes de mayo hicimos una escapada para ver el castillo de Peracense, pero quedó incompleta, pues llegamos a las puertas a falta de un cuarto de hora del cierre. No quisimos verlo con prisas y dejamos la visita a su interior para más adelante. Y ese adelante llegó este mes de agosto.

El día 23 de agosto montamos la excursión con familia y amigos. Un coche lleno de niños y dos motos con dos parejas. El coche salió vía Caudiel a la A-23, menos curvas y mejor ruta para los niños. Las dos motos hicimos una ruta alternativa. Subimos a Rubielos de Mora por Montanejos y Olba, para salir a la A-23. Tenía previsto seguir subiendo por interior hasta Teruel, pero nos hubiese retrasado demasiado y los del coche con los niños hubiesen tenido que esperar demasiado nuestra llegada.

Llegamos como a las 11:00h. La pequeña población se encontraba en fiestas. Gestionamos la comida en el único restaurante, aunque por ser fiesta estaba cerrado. A pesar de eso, se comprometieron a darnos de comer, así es que muy agradecidos. Tomamos un cortadito  y subimos al castillo a realizar la tan ansiada visita a su interior.

En sus puertas, mucha más animación que en mayo, pero quedaba sitio para las dos máquinas


Descendemos por el caminito y nos dirigimos a la entrada principal. Pasada la primera puerta que ya conocemos, pagamos (no recuerdo cuánto, pero fue poco) y accedimos al primero de los tres recintos. El castillo dispone de tres recintos concéntricos, de tal manera que el acceso al siguiente protege el acceso al anterior.
El más amplio, por supuesto es el recinto exterior. Aquí podemos ver las caballerizas


La muralla sur


La norte


El castillo se asienta sobre la montaña y se aprovecha cualquier roca para integrarla en las murallas


Desde las caballerizas vemos el acceso al segundo recinto


Un poco de zoom


Detalle de la puerta de este segundo acceso


Ya dentro del segundo recinto vemos una de las torres atalaya.


Mucho más irregular y escarpado que el primero


Otra atalaya al fondo


Detalle de la torre


En el segundo recinto vemos como también allí había unas caballerizas. Desde aquí vemos las dos


Desde este segundo recinto podemos ya ver la Torre del Homenaje


En realidad, falsa torre del homenaje, como se puede apreciar en la siguiente imagen


La fachada no es mas que un muro muy ancho que esconde detrás la verdadera Torre del homenaje, que presenta este magnífico aspecto asentada en la roca


Visto de costado


Descendemos por el lateral


Y llegamos a uno de los acesos al segundo recinto por el lado este. De bastante difícil acceso.


Que desemboca en una pequeña puerta en el muro


Esta puerta


Volvemos arriba, pues tenemos ganas de ver la verdadera torre del homenaje, pero antes vemos el aljibe


Por fin, atravesamos la falsa Torre del Homenaje por una empinada escalera


y desde su terraza 


vemos ya sí el acceso a la verdadera torre


Una vez más, vemos como se aprovecha la montaña natural. La parte baja de la puerta es roca pura


Desde aquí vemos la puerta de acceso al segundo recinto. Por tanto desde aquí se protegía perfectamente ese acceso


La puerta de la verdadera Torre del Homenaje vista desde dentro.


Y llegamos a las estancias personales de los regentes del castillo. En un pequeño recinto encontramos las puertas de las cocinas y las despensas


Las cocinas



Lo que no pude encontrar fue la toma para enchufar la vitro...

Un pozo natural


Y lo que al parecer era la mazmorra


Y el acceso a las habitaciones personales de los señores del castillo. Esta puerta da acceso a una estancia alargada y abovedada



A mano izquierda, antes de llegar a la puerta del fondo, se encuentra el acceso a la pequeña habitación o dormitorio, donde todavía se conserva la pequeña chimenea.


Volvemos a la sala abovedada a ver a dónde lleva esa puerta


A una pequeña terraza interior, con piscina excavada directamente en la roca


Subimos a la terraza superior y vemos esta pequeña estancia.


Y en la terraza superior encontramos un nuevo pozo 


Y bueno, las vistas que se pueden ver desde distintos puntos del castillo son muy variadas

La pequeña población de Peracense



Las caprichosas formas que adquieren las rocas que rodean el castillo




En fin, un lujazo de castillo, restaurado con mucho mimo. Pero había que volver al pueblo para comer. Despedida del castillo


Pero no volvería solo. Esta vez se subía a la moto Adrián, quitándole el sitio a su madre... Es que en el coche se marea, dice, jejeje.





Llegada a Peracense, comida, mejorable, sin duda, pero aunque tenían la excusa de que la cocinera estaba enferma y que estaban en fiestas, no se notó en el precio, aunque sí en la calidad...


Tras reposar la comida con los cafés de rigor, había que ir pensando en volver a Montán. Esta vez sí volveríamos por donde a mí me gusta, curveando. Por una ruta que no hacía mucho acababa de hacer y me apetecía repetir. 

Regreso por la vía de servicio hasta Teruel, para enlazar allí con la A226 en dirección a Cedrillas, Alcalá de la Selva, Mora de Rubielos y Rubielos de Mora. Adrián disfrutó como un enano, al igual que Vicente y Silvia.

En Rubielos decidimos parar en Casa Mata a comprar la cena para todos: Embutidos de la sierra de Gúdar y fiambres varios. Es una especie de mercadona, pero la mitad del local está dedicado a los salchichones, chorizos, jamones y cecinas... Mi perdición, vamos. Y ahora aún se puede entrar. Recuerdo yo cuando esta tienda era más pequeña y estaban todos los embutidos allí amontonados. No se podía aguantar con los aromas. Te daban ganas de liarte a bocados con todos los salchichones y jamones. Ahora como todo está envasado al vacío se ha perdido esa esencia. En cualquier caso, si no te entra por la nariz, te entra por los ojos.

Llegamos a Montán sin más novedades después de disfrutar de una estupenda jornada.

Un saludo y hasta pronto, aunque estoy un poco perro últimamente...