Ancestros, Salvacañete, Cuenca

Otra idea que llevo en mente desde que tengo la moto es la de visitar los lugares de donde procedo, es decir los pueblos de mis abuelos. Tras casi otro mes parado, el 26 de noviembre decidí salir a rodar por rodar. Necesitaba hacer kilómetros, sin más. 

Según salía de Puerto de Sagunto iba decidiendo hacia donde tirar y se me ocurrió coger la CV35. Esa autovía que comienza con 4 carriles por sentido y acaba siendo una carreterucha de montaña que te lleva al Rincón de Ademuz. Me pareció buena idea y hacia allí me dirigí. Muchos kilómetros, buena carretera y al final buenas curvas.

Según iba avanzando me vino a la cabeza la idea de los pueblos de los abuelos y Salvacañete andaba cerca del Rincón de Ademuz, así es que decidí dar comienzo a esas visitas. Además de rodar por rodar, me acercaría al pueblo de mi abuela materna. Salvacañete, Cuenca. Aunque a decir verdad, era ella de Casas Nuevas, una aldea de Salvacañete. Ya no nos queda allí familia. Hasta hace poco quedaba un primo de mi abuela, pero ya se lo han llevado de allí.

Casas Nuevas. Apenas un par de calles de casas medio abandonadas. Aunque todavía vive gente.

Avanzamos un par de kilómetros y encontramos Salvacañete, pequeña población de la provincia de Cuenca que cuenta con alrededor de 300 habitantes. Imaginaos  Casas Nuevas... 15 habitantes...

La antigua casa cuartel de la Guardia Civil, convertida en viviendas particulares.

La iglesia... Y poco más.

Hizo fresquito esa mañana. Siempre me pasa lo mismo. El calorcito de la costa se torna en frío de la ostia en cuanto empiezas a subir montaña. Pero esta vez iba equipado.

Esta será la última entrada en la que la protagonista sea la Pequeña Estrella Blanca, pues solo hice una nueva salida a Rubielos de Mora a por chicha, jejeje, y tampoco vamos a gastar una entrada para una ruta de sobras conocida ya. 
A partir de ahí los fines de semana estuvieron difíciles para salir con la moto. O fútbol, o mal tiempo o cualquier otra gaita que me llevó hasta el mes de febrero donde recibí la fatídica llamada del GIAT. Desde entonces, prisión preventiva. Arresto domiciliario. De vez en cuando la sacaba a pasear muy cerquita para mantenerla en forma, pero nada de rutas. Desde que llegó "Sosiego" ni eso. A veces la arranco en el garaje, pero la última vez, la semana pasada, ya no quiso arrancar... Pero algún día volverá a rodar y a darme nuevas alegrías.