Además trabajé el año pasado en Burriana y me apetecía volver por allí. A los de ACDM La Bruixa no los conozco, pero si he coincidido con ellos un par de veces, la primera en mis inicios moteros en el primer motoalmuerzo que me encontre por casualidad en Mora de Rubielos. Allí vi por primera vez el parche de la Bruixa. Luego me los volví a encontrar en la matinal de la Falla els Vents, de aquí de Puerto de Sagunto.
El caso era salir y cualquier sitio era bueno. Me levanté tempranito y me pertreché con los bártulos de invierno, que las lluvias se habían ido pero hacía fresquito. Pregunté en el foro dónde andaba el Llar Faller, donde se realizaría el almuerzo y no me costó mucho encontrarlo. Había bastantes motos ya en el parking y por encima de la mediana que hace de paseo. Aparqué la moto para darme una vuelta por si conocía a alguien. En la calle había poca gente y al interior del local no llegué a entrar. Total no iba a almorzar. Apenas llevaba 10 minutos allí cuando decidí coger la moto e irme a rodar. Había pensado esperar para hacer la ruta, pero no tuve paciencia. No esperaba encontrar a nadie conocido, así es que nada me retenía allí. Tampoco había quedado a una hora y en un sitio concreto con los de Castellón, por lo que sería difícil encontrarlos, sobre todo por no conocer ni sus caras. Cuando ya me iba, vi un chaleco que me llamó la atención. Un parche con un águila con las alas desplegadas, Los Águilas Negras de Castellón... ¿De qué me suena a mí esto? Pues no sé los habré visto en alguna matinal. Y me fui. Más tarde y ya en casa, recordé de qué me sonaban los Águilas Negras. ¡Qué cabeza la mía! Red Rhino, en el foro Moteros Custom, había comentado el resurgimiento de este grupo en Castellón, al que él pertenecía. Había pasado por detrás de él o de sus compañeros sin darme cuenta. Pero bueno, ya quedaremos algún día y los conoceré.
Antes de abandonar el llar faller de Burriana, otra cosa captó mi atención, una moto que había encima de la acera. Impresionante, pero no la identificaba. ¡Leches! ¿Eso que es? Era preciosa, imponente... Tan acostumbrado a intentar identificar modelos de Harley (que aún me cuesta un web) y no me di cuenta que estaba ante una auténtica Indian. Bonita. Era la primera vez que veía una en vivo y en directo.
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En fin, con el recuerdo de la Indian en la retina salí de Burriana en dirección a Onda. Aún no sabía el destino y lo mejor aún, me importaba un huevo. Si llegas a Onda por el Este y sales por el oeste todas sus carreteras enfilan hacia arriba, hacia las montañas. Bien ascendiendo por el río Mijares hacia Teruel o metiéndote de lleno en la Sierra de Espadán. Así es que tanto daba. Como el río Mijares y sus poblaciones me lo tengo bastante visto aunque sea con el coche, decidí explorar nuevas rutas y meterme de lleno en la Sierra. Así pues al salir de Onda me dirigí hacia Artesa.
Nada más salir de Onda vi un edificio que me retrotrajo a mi infancia. El Museo de Ciencias Naturales de Onda, que visité con mi colegio en 4º o 5º de EGB. No suelo tener grandes recuerdos de mi infancia (mi madre siempre menciona este dato), pero hay algunos flashes que se quedaron ahí y este era uno de ellos. Nada más ver el edificio me acordé de lo que vi dentro: Una oveja disecada con dos cabezas. Había otros bichos con rarezas parecidas, pero aquella oveja no la olvidaré en la vida. De hecho no recordaba ni cómo era el edificio, pero la imagen de la oveja la tengo bien grabada.
Pero bueno que me voy por los cerros de Úbeda. Dejé atrás el Museo de los Horrores (pues esa imagen tengo yo de aquella visita con 9 ó 10 años) y comencé a ascender. Debo reconocer que no conocía ni las poblaciones que atravesaba ni por el nombre. Artesa, Tales, Suera y Ayodar. Pero el paisaje me era muy familiar. Tan similar a los alrededores de Montán.
Los colores del otoño son impresionantes, pero la naturaleza nos ofrece colores para todos los gustos y los del invierno me encantan. Me acercaba a Ayódar y paré a ver lo que dejaba atrás.
Desde la curva ya tenía a la vista el pueblo. Me pasó un grupo de trails mientras andaba parado. Me los encontré varias veces esa mañana.
A partir de Ayódar ya conocía las poblaciones, que no las carreteras. El siguiente pueblo era ya conocido por mí por haberlo visitado desde Montán. Curiosamente la antigua pista forestal, ahora asfaltada, no aparece en el google maps, jejeje. Mi intención era parar allí a tomar un cortadito caliente.
Carreteras solitarias y buen firme. Alguna recta y muchas curvas. ¡Qué más se puede pedir! Me alejaba de Ayódar, pero de vez en cuando giraba la vista a izquierdas tras una de tantas curvas y volvía a aparecer en la lejanía.Miraba al frente y veía más curvas. Estaba disfrutando como un enano.
Varias curvas más adelante, volvía la vista atrás y Ayódar se resistía a desaparecer de mi vista. Pero cada vez más lejos.
Hasta que por fin desapareció y apareció ante mí Torralba del Pinar.
Estos pueblecitos son un encanto. Tranquilos, solitarios. Demasiado tristes en invierno, pero alegres y festivos en verano. Decidí parar a tomar el cafetito caliente. Pero, es lo malo de estas pequeñas poblaciones, hay tan poca gente activa que el bar estaba cerrado. Pues nada. Sería en el siguiente. Estuve tentado de llegar hasta Montán, pero esa ruta ya me la conocía y preferí buscar Caudiel a través de Pavías e Higueras. Estas dos poblaciones no las conocía, solo de ver los nombres cuando paso por Caudiel en dirección a Montán, pero nunca las había visitado. A por ese cortado.
La sierra de Espadán en todo su esplendor
Por ahí has subido chiquitinaY esta porque se lo merece, que me está dando muchas alegrías. Es la verdadera protagonista.
En Pavías si había un bar abierto, en la carretera, que se convierte en la calle principal de la población.
Convergiendo hacia ella, pequeñas callejuelas que o bien ascienden hacia las montañas O descienden hacia el barranco
Los ayuntamientos se esmeran por adecentar algunos rincones. En verano, este pequeño rincón debe servir de tertulia a los mayores del lugar, sin duda. ¡La de batallitas que sonarán en esos bancos!
"Fernando está chalao", decía el hombre, "Me dice que le ayude el fin de semana a recoger la oliva y que me paga tanto o cuanto y que me quede tantas... Yo para qué quiero más aceituna. Con las mías tengo aceite para mí y para mi hermana. No quiero más." El joven de la pareja apuntaba. "Que le ayude la mujer". "Uy esa, jajaja", reía el cincuentón. "Si es que las mujeres sois malas". La conversación captó mi atención. Esta seguía su curso como si yo no estuviera allí. "Trabajar esa, si no lo ha hecho en su vida... Si tiene a la niña abandonada. La ves a la cría por el pueblo sola con 5 ó 6 años que tiene... Un día me dice que se la recoja yo del colegio... ¿Cómo se la voy a recoger yo del colegio, si no sé ni la cara que tiene... Qué necesidad tenía el Fernando de liarse con esa... Si es puta..." Poco más y me atraganto. Joder con la conversación. De la recogida de la aceituna adonde habíamos ido a parar. La chica suavizaba el tema. "Yo puta no sé si será, pero que le gusta la bebida... va muchas veces con una cogorza... Así va la niña abandonada por el pueblo...". "Puta y bien puta que te lo digo yo" confirmaba el hombretón, "y además borracha. Se está fundiendo el dinero del Fernando y este está ciego. La mora lo tiene embrujao... Qué malas sois las mujeres...".
Lo más sorprendente de todo esto es que hablaran sin tapujos delante de mí. Los trapos sucios del pueblo se quedan dentro del pueblo y me sorprendió que hablaran tan abiertamente del tema con un forastero presente. En fin, que normalizada la conversación de nuevo y terminado mi cortado, salí de allí con una sonrisa de oreja a oreja. Por este momento valió la pena toda la mañana. La España rural en estado puro.
En fin, que salí de Pavías y pasando por Higueras, muy parecido al anterior, llegué ya a zona conocida, Caudiel. No había más que salir a Jérica y coger la A-23 para volver a casa, tras una estupenda ruta de descubrimiento.
Queda mucha zona por explorar en la Sierra de Espadán. Muchos desvíos a izquierda o derecha que me tentaban y me repetía una y otra vez... para la próxima. Y le estoy cogiendo el gusto a estas salidas sin rumbo fijo a solas con la Pequeña Estrella Blanca.
Solos ella y yo... y que la carretera nos guíe.
Macho, es un placer leerte. Dan unas ganas de salir.
ResponderEliminarYo reconozco que las "jarlis" no me seducen nada. Yo soy de Indian. La proxima sin duda, una.
Tú es que tienes muchos duros. Cuando te la compres, si te sobra algo, pilla una pa mi... La Dark Horse si no es mucho pidir... ;)
ResponderEliminarPero mi dinero no es fruto de mi trabajo, como el tuyo. El mio sale de las drogas malas que corrompen cuerpo y mente. Un par de alijos más y te compro la dark horse esa, o dos.
ResponderEliminarTu juega con esas tonterías y verás... Cualquier día se t epresenta en casa una brigada de la DEA
ResponderEliminarmuy chula tu cronica. Te puedes creer que no he visto en vivo una Indian en mi vida?? cuando sea mayor queria comprarme una harley davidson y volver a fumar tabaco. Un dia compensaré la vejez con ciertos placeres. Espero.
ResponderEliminarToofast, prueba con una India y a mascar el tabaco en vez de fumártelo, que queda más duro. Luego nos vamos a la route 66. Es mi sueño. Harley, Indian, cuando llegue el momento decidiré... Queda tanto aún...
ResponderEliminarMagnifica crónica Artus..., que realmente empieza con la aparición de esa Indian..., para despues continuar con tu rodada en solitario.
ResponderEliminarLa Sierra de Espadan es impresionante, sus pinares, sus alcornocales, sus moles de rodeno rojo y esos pueblos que nombras, tan silenciosos en invierno y de vida cruda.
Me ha gustado la secuencia de fotos de las callejuelas y los comentarios..., y realmente es como lo cuentas, caminas un poco y terminas en el barranco o cuesta arriba, en plena montaña, casi al alcance de la mano desde la ventana de la casa o desde esa mesa del bar, entre chanzas y chismes descarnados.
Tu y la pequeña Estrella Blanca, como anunciaste en su día, a solas con ella..., recuerdas que me dijiste que mi blog destilaba cierta soledad..., ahora tu también lo dejas entrever, pero es una soledad que te llena de gozo.
Un abrazo Artus.
Querido Bicipalo, como bien sabes, sigo buscando mi camino. Me encanta rodar en grupo, pero tiene sus inconvenientes y es que como miembro de la manada, está feo salirte de ella a mitad de camino, detenerte a hacer una foto o volverte a casa si te apetece. Por eso también busco la soledad, para desviarme por donde me apetezca, pararme a fotografiar el arco iris, un arbusto o un castillo, pararme a tomar un café o volverme a casa si hace frío sin dar explicaciones a nadie. Son distintas formas de rodar y hoy por hoy no me quedo con ninguna. A veces me apetece una y otras otra, jejeje. Y ya sabes mi invitación...
ResponderEliminarSabia decisión, libre para darte placer de una manera u otra pero siempre encima de la moto. Yo normalmente ruedo solo, es como más disfruto, lo reconozco, soy un puto ermitaño celoso de la libertad de hacer a cada momento lo que te sale...
ResponderEliminarSolo quiero concentrarme en entrar a la curva por el sitio y disfrutar como un cabrón con el sonido de la moto subiendo vueltas de tercera a cuarta... se me cae hasta la baba... No quiero más distracciones, soy un puto egoísta. Lo sé.
Pero ojala algún día nos encontremos, sin saber quien somos ni de donde venimos por alguna comarcal perdida y disfrutemos de una buena cerveza en la tasca del pueblo... UN SALUDO.
Lo tuyo no es egoismo "la romana desnuda", es el placer interior, íntimo de cuando estas haciendo algo que te abstrae completamente de la realidad..., sentirse así es un "don" y en absoluto egoismo, y si es egoismo es del bueno y no del que pervierte las relaciones humanas.
ResponderEliminarArtus, sabes que tenemos esa pendiente y todas las que hagan falta..., pero a este paso no habrá ruta que TU hayas disfrutado ya.
vsssssss.
Brindemos por ello "la Romana". Últimamente ando encontrándome con gente muy curiosa por la carretera.
ResponderEliminarBicipalo, quedan muchas carreteras por descubrir. Tranquilo y lo de tu ruta queda pendiente, pero puede haber otras.