Una vez almorzados convenientemente y con los embutidos en las alforjas decido probar una carretera que he visto muchas veces, pero que solo la he hecho una vez y en un sentido. Intentaría hacerla en el sentido contrario.
Para ir a Rubielos, salimos de Montán hacia Montanejos, Puebla de Arenoso y Olba. Aquí está esa carreterilla. Una vez en Olba encuentras una vifurcación. A derechas tenemos la ruta a Rubielos a izquierdas no sé muy bien lo que pone, pero te saca a la A23 a la altura de Albentosa y Manzanera. Esta es la que he hecho una vez, si no recuerdo mal, en el viaje a Benavente para el aniversario 2011. Pues bien, salimos de Rubielos a buscar la A23, Albentosa y en esa misma rotonda está la indicación a Olba, la TE-V-2001.
Un lujo de carretera. De las que a mí me gustan, solitaria, vieja, pero en buen estado, mejor de lo que parece en la foto. Combina las largas rectas y espacios abiertos
con zonas de enrevesadas curvas, sobre todo, cuando te acercas a las numerosas aldeas que encuentras camino de Olba, Los Lucas, Los Ibáñez, Los Pertegaces... Y de pronto atravesamos un pequeño puente sobre el río Rubielos. De refilón vi algo nteresante, así es que paramos la moto nada más pasar el puente para hacer las fotos pertinentes. Por este lado el río es estrecho y con mucha vegetación
Pero por este otro lado, en la parte de arriba se aprecia una especie de playa de piedra lisa y una pequeña balsa de agua. Esto es lo que había visto de refilón. Al lado del puente hay un camino que te lleva allí, así es que lo investigamos como posible lugar para pasar un día en familia en plena naturaleza. No había nadie, pero ya me extrañaba a mí que hubiese descubierto el paraíso. Volvimos toda la familia un día, y no estábamos solos. En cualquier caso pasamos un día estupendo, pues a comer solo nos quedamos nosotros y tuvimos este pequeño paraje para nosotros solos. Está a un par de kms de Olba y es un lugar frecuentado para el baño. Solo un pero, la corriente es fuerte.
Aquí podéis ver como hay un doble acueducto. El viejo, roto en su parte central, (al parecer se lo llevó una riada a finales del XIX) y el nuevo, construido ya en el s. XX más pequeño y bajo.
Salida, pues, muy agradable con descubrimientos curiosos, tanto en nuevos caminos, como parajes de los que disfrutar. En este caso hay que agradecérselo a Adrián, que no quiso volver por donde siempre...
La Gúdar-Javalambre siempre sorprendiéndome...