lunes, 19 de agosto de 2013

Olba, con algo más que chicha en las alforjas

Entramos en el mes de agosto y el día 3  (del 2012, recuerdo) decido subir a por chicha (embutidos y fiambres varios, jamón, cecina, quesos). Estoy limitado a las alforjas, pero cabe mucha chicha, jejeje. Lugar elegido casi siempre, Rubielos de Mora. Por tanto la ruta ya es conocida. Se viene Adrián y es él quien propone no volver por el mismo camino.

Una vez almorzados convenientemente y con los embutidos en las alforjas decido probar una carretera que he visto muchas veces, pero que solo la he hecho una vez y en un sentido. Intentaría hacerla en el sentido contrario.

Para ir a Rubielos, salimos de Montán hacia Montanejos, Puebla de Arenoso y Olba. Aquí está esa carreterilla. Una vez en Olba encuentras una vifurcación. A derechas tenemos la ruta a Rubielos a izquierdas no sé muy bien lo que pone, pero te saca a la A23 a la altura de Albentosa y Manzanera. Esta es la que he hecho una vez, si no recuerdo mal, en el viaje a Benavente para el aniversario 2011. Pues bien, salimos de Rubielos a buscar la A23, Albentosa y en esa misma rotonda está la indicación a Olba, la TE-V-2001.

Un lujo de carretera. De las que a mí me gustan, solitaria, vieja, pero en buen estado, mejor de lo que parece en la foto. Combina las largas rectas y espacios abiertos




con zonas de enrevesadas curvas, sobre todo, cuando te acercas a las numerosas aldeas que encuentras camino de Olba, Los Lucas, Los Ibáñez, Los Pertegaces... Y de pronto atravesamos un pequeño puente sobre el río Rubielos. De refilón vi algo nteresante, así es que paramos la moto nada más pasar el puente para hacer las fotos pertinentes. Por este lado el río es estrecho y con mucha vegetación


Pero por este otro lado, en la parte de arriba se aprecia una especie de playa de piedra lisa y una pequeña balsa de agua. Esto es lo que había visto de refilón. Al lado del puente hay un camino que te lleva allí, así es que lo investigamos como posible lugar para pasar un día en familia en plena naturaleza. No había nadie, pero ya me extrañaba a mí que hubiese descubierto el paraíso. Volvimos toda la familia un día, y no estábamos solos. En cualquier caso pasamos un día estupendo, pues a comer solo nos quedamos nosotros y tuvimos este pequeño paraje para nosotros solos. Está a un par de kms de Olba y es un lugar frecuentado para el baño. Solo un pero, la corriente es fuerte.


Como último detalle del pequeño viaje este acueducto de la Salud. Adentrándote por él llegas a la fuente del Cantal, rincón precioso como podéis observar.


Aquí podéis ver como hay un doble acueducto. El viejo, roto en su parte central, (al parecer se lo llevó una riada a finales del XIX) y el nuevo, construido ya en el s. XX más pequeño y bajo.


Salida, pues, muy agradable con descubrimientos curiosos, tanto en nuevos caminos, como parajes de los que disfrutar. En este caso hay que agradecérselo a Adrián, que no quiso volver por donde siempre... 

La Gúdar-Javalambre siempre sorprendiéndome...


viernes, 16 de agosto de 2013

Paseando por el infierno de Alcublas

4 días después del regreso del viaje del aniversario se presentaba la oportunidad de na salidita rápida para almorzar. El día 29 de julio de 2012 había una matinal en Llíria. No me llamaba en absoluto el tema de la matinal pues hace tiempo ya que las evito en la medida de lo posible. Pero me llamaban la atención dos circunstancias, la ruta para llegar a Lliria desde Montán vía Alcublas y el reciente inciendio que se había producido en la zona a principios de mes. Incendio devastador, como pudimos comprobar.

La idea era ir solo, pero al final se unió Josele con su Fat Boy. La ruta de ida fue espeluznante. Nada más empezar a subir desde Altura comenzamos a notar el olor a quemado, que no nos abandonó hasta nuestro regreso a Montán. Todo quemado a nuestro alrededor, paisaje desolador. Ya había hecho esta ruta el año anterior y varias veces en ambos sentidos. Esta vez la ruta fue triste. Íbamos muy lentos. Observando lo que el año pasado no era más que un paisaje alucinante de la Calderona. Esta misma foto la podéis encontrar en el blog con un fondo muy distinto. A la vuelta procuré buscar el mismo sitio para poder comparar.


En fin que llegamos a Lliria con el ánimo por los suelos y el olor a quemado pegado en la nariz. No nos gustó el ambiente de la matinal y apenas nos quedamos 5 minutos. Buscamos un sitio para pegar un bocado y volvimos a casa por donde habíamos venido. Ahora sí, buscamos el sitio para hacer las fotos. Las peores fotos que puedo mostrar aquí, yo, que siempre ando buscando estas carreteras perdidas de montaña rodeadas de pinos (Calderona, Espadán, Gúdar-Javalambre)



Y menos mal que aparecen las motos. Sin ellas, el paisaje es aún más triste...


Tiempo después he ido leyendo cosas sobre el infierno de Alcublas y alrededores y los vecinos ven cosas no muy claras a propósito del protocolo de intervención de las brigadas de extinción, en las que no voy a entrar, pero si comentaré un aspecto que me inquieta y me indigna al mismo tiempo. Hay una zona entre Altura y Alcublas que quedó completamente intacta, donde no se acercó el fuego. Se trata del Santuario de la Cueva Santa. ¡Milagro! Bueno... Al comentar esto a nuestro regreso a Montán alrededor de una mesa y tomándonos unos quintos, alguien sonrió. Dicen las malas lenguas que hubo un helicóptero protegiendo el Santuario... ¿Algún obispo piloto?

Bah, seguro que tuvo que ser un milagro...

miércoles, 14 de agosto de 2013

Por un lugar de la Mancha... Epílogo

Cuarto día de viaje. 25 de julo de 2012. Toca regresar. Nos esperan cerca de 800 kms de vuelta a hacer del tirón. Con las paradas justas para comer y repostar. Será la última vez que lo hagamos, pues ha sido duro, muy duro. En todo caso lo haremos al revés. Del tirón al destino y volver en etapas que se hará más llevadero. Parece que el primer día tienes todas las fuerzas del mundo, pero el último las fuerzas van ya justas. La espalda se resiente, las manos y muñecas duelen y se agarrotan y las ganas de llegar a casa te juegan malas pasadas en la carretera.

Quedan pendientes cosas en Cáceres, por lo menos Trujillo, pero una vez más, dispone de Parador, con lo cual... Volveremos. Como dije al principio de esta salida han salido 4 futuribles destinos. Oropesa de Toledo, Plasencia, Cáceres y Trujillo. Así es que tampoco es grave no ver ciertas cosas, pues tendremos tiempo de volver.

Tras desayunar lo justito (¡ay mi bufet en el parador...! jejeje) cargamos la moto y nos ponemos en marcha, en dirección a Toledo. Busco llegar a la hora de comer a Manzaneque, donde me recomendaron un mesón donde preparan el cordero lechal más exquisito de la zona. Y doy fe de ello. No sé el resto de la zona, pero allí estaba de vicio.

Pero además Manzaneque dispone de esta pequeña joya arquitectónica del s XV, perfectamente restaurada y con un uso de lo más sugerente. Pertenece al ayuntamiento y algunas de sus dependencias se han convertido en oficinas de este y lo que más me gusta, es la biblioteca. No pudimos verlo por dentro por estar cerrado. Nos conformamos con ver el exterior.





En esa misma plaza entramos en un bar, pensando que era el famoso mesón, que resultó ser el hogar del jubilado, y donde solo nos podían hacer bocadillos fríos... Preguntamos por el mesón y nos dirigieron hacia la carretera. Lo encontramos y lo que aparentemente era un barecillo normal y corriente, se convirtió en un restaurante muy cuco al pasar al comedor. Esta es la salida a una calle lateral. La entrada principal al bar se encuentra en la misma carretera CM-4017



A partir de aquí solo quedaba regresar a casa por donde habíamos venido. Con las paradas justas para repostar y estirar las piernas. De Manzaneque a Tarancón, Cuenca, a buscar Moya, Aras de los Olmos, Manzanera y Montán. 
Como queda dicho, último tramo duro por los kms que llevábamos ya a las costillas.


Un total de 1785 kms en 4 días. Sosiego ha aguantado estupendamente para lo que fue traída, para poder disfrutar de este viaje del aniversario que se repite año tras año por estas fechas.

Al año que viene más.

viernes, 9 de agosto de 2013

Por un lugar de la Mancha... Parte III

Mantengo el título, a pesar de andar ya por entero por tierras extremeñas por agrupar las cuatro entradas del viaje bajo un mismo título.

Amanecemos descansados y dispuestos a continuar viaje. Antes un paseo por las entrañas del parador




Y a desayunar. Yo, que no desayuno nunca, a veces algún zumo, algo frío, y al cabo de una hora un cortado, me sorprendo a mí mismo cuando entro en el salón de desayunos del parador. Cambio el chip y saco la bestia. Unos fiambres con pan recién tostado, alguna fritanga, zumos (si hay varios sabores los pruebo todos) fruta en trocitos, para acabar con un cortado con bollería... Así estoy yo, de buen año, Jajaja.
Es una pena que no podamos empezar la jornada con un buen chapuzón en la piscina antes de partir. Ya he puesto varias quejas en los paradores al respecto. El horario de la piscina es de 11:00 a 20:00. La hora de cierre la puedo entender, pero me da mucha rabia la hora de inicio, pues el día que sales del parador, debes dejar la habitación a las 12:00. Con lo que viene muy corrido el chapuzón y la posterior ducha y rehacer la maleta. Casi siempre optamos por no darnos el chapuzón.

Últimas fotos del parador de buena mañana




Y a las 11:00 todo preparado para partir. Al parecer los jinetes de Albión partieron muy temprano...


Una pequeña anécdota sobre la comarca de la Vera. Supongo que todos conoceréis la fama del pimentón de la Vera... Un buen guiso cambia el sabor con un buen pimentón y el de la vera es insuperable. Pues bien, desde ayer llevamos idea de no irnos sin el famoso pimentón. Luego lo compramos, esta tarde lo compramos, en Jarandilla lo compramos... Que nos fuimos de la Vera sin el pimentón... Snif. Otro motivo para volver.

Próximo destino, Cáceres. Lo fácil hubiese sido buscar Plasencia y bajar a Cáceres por la A66 directamente. 1:30 de viaje. Pero como no tenemos prisa y lo que nos gusta es rutear por secundarias decidimos bajar atravesando el Parque Natural del Montfragüe. Todo un acierto. Ruta espectacular. Disfrutamos como enanos, de la moto, de la carretera, del entorno...

Las rapaces en reposo allá en sus atalayas naturales


Planeando en solitario


En grupo


Raseando por el río...


Como "Sosiego" no estaba muy bien colocada y un par de 4x4 del parque nos miraron algo mal al pasar, decidimos seguir ruta.


No solo rapaces encontramos. El Parque aún nos deparaba una sorpresa. De refilón me parece ver un bicho entre las mesas del merendero. Ahí está. Paro la moto sin muchas ilusiones de poder fotografiar al bicho, pues me temía que saldría corriendo en cuanto bajáramos de la moto. Nada más lejos de la realidad.


Levantó la cabeza, nos miró y siguió a su bola, pasando de nosotros. Bueno pasando tampoco, porque no nos pudimos acercar más de lo que está Pili. Daba los mismos pasos alejándose, que nosotros hacia él. Mantenía pues la distancia de seguridad, pero sin alarmarse. Deben estar acostumbrados a la presencia humana, pero tontos no son, jejeje. Bonita experiencia.


Me quedo con la espinita de no haber subido a ver el castillo de Monfragüe, pero como ya queda dicho, tenemos que volver a Extremadura y la visita será obligada.

Y sobre las 13:30 llegamos a Cáceres, tierra de conquistadores. Tomamos posesión de la habitación, en un hotel céntrico, al lado de la plaza Mayor. Aparcamos la moto, nos ponemos cómodos y nos disponemos a disfrutar del paseo por esta belleza del turismo patrio. Comimos en la plaza, con un calor sofocante. Empezamos en la terraza bajo una sombrilla, pero pronto nos refugiamos en el interior del mesón al abrigo del aire acondicionado. Tabla de ibérico, ensalada y diversas viandas a la brasa de las que dimos buena cuenta. Ya ni me acordaba del desayuno, jijiji.




Y tras retirarnos al hotel a esperar a que el sol dejara de castigarnos, entonces sí disfrutamos de Cáceres en todo su esplendor hasta la caída de la noche. Sobran las palabras.



















Muy limpia, bien cuidada y tan espectacular como Salamanca. Pero con mucha menos gente. Ambas ciudades se disputan el primer puesto en cuanto a las históricas capitales de provincia con encanto.
Finalmente y tras cenar nuevamente en la plaza, esta vez sí, en la terraza de otro mesón nos fuimos a descansar. Al día siguiente había que pensar en regresar.